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Cambios

sin resumen de edición
En la primera jornada del día viernes, se hizo énfasis en la presentación y ubicación, pero todo el taller fue sobre todo para recoger insumos de realidad que pudieran servir para llenar el proceso de los seis meses.
Teníamos participantes de Torola, San Fernando, Perquín, Arambala y Jocoaitique como de pertenencia de la Ciudad Segundo Montes, con 4 sectores (Hatos 1 y 2, San Luis, Quebrachos). Según mis propios registros, la persona de mayor edad en el grupo declaró tener 64 años y la menor, 11 años, quien en realidad venía como ayuda a su madre, para tomar apuntes. Posteriormente este detalle de participación tomar´ıa tomaría gran relevancia por su simbolismo, su funcionalidad y su impacto posterior en la vida de ambos (madre e hijo).
Llegamos a la primera sesión enfocándonos en el tema “Introducción a la Biblia”. Nos habían propuesto seguir el guión guion de un librito del Equipo Maíz, pero dado que yo estaba terminando mi formación bíblico-teológica en San Jos´e José de Costa Rica, decidí diseñar una ruta propia, en la que la prioridad era escuchar las motivaciones, necesidades y experiencias a la base de la escuela de formación de agentes de pastoral.
De las primeras cosas que fueron quedando evidentes:
La marginación y olvido de las múltiples administraciones gubernamentales y posteriormente las condiciones de una guerra popu- lar popular prolongada, habían hecho mella en las infraestructuras civiles, bastante deterioradas, lo que significa que había que contar con retrasos por falta de transporte público, estado de las carreteras, comunicación diferida (pocos teléfonos en la zona) y durante el invierno, con algunos derrumbes y cortes de caminos.
Traumas psicosociales.
Analfabetismo práctico.
Aunque durante el conflicto se hab´ıa he- cho había hecho esfuerzos significativos por alfabetizar a grandes grupos de población en el Norte de Morazán, los efectos de un abandono práctico de la lecto-escritura por las duras condiciones de sobrevivencia, muchas personas participantes tenían dificultades para in- teractuar interactuar con párrafos largos, lecturas breves o folletos y a menudo incluso para leer algunas frases. 03 personas del grupo declaraban no saber leer y escribir.
Cultura lenca presente pero poco reconocida.
Etiquetas tradicionales.
En el grupo se podía notar que existían etiquetas convertidas en prejuicios entre los participantes. Los que logramos consignar referían a: “Perquín es el pueblo de los riquillos que tienen café”, “Torola siempre ha sido más atrasado porque allá hay más indio”, “en la Segundo Montes son algo rudos para el trabajo porque vienen de los refugios en Colomoncagua”. “Morir en casa grande, es morir mejor, y aqu´ı aquí todos somos de casas chi- quitas”. “Nos gusta venir a Perqu´ınPerquín, porque uno se divierte viendo casas grandes”.
Diferencias generacionales. Las generaciones de participantes m´as jo´venes pod´ıan más jóvenes podían notarse no solamente en su est´etica estética de vestir, uso de palabras diferentes (urbanas o en ingl´esinglés), sino tambi´en también en cierta actitud cr´ıtica crítica frente a lo vivido en los recientes an˜os años de guerra, la apertura a tem´aticas temáticas emergentes y su deseo de participaci´on participación en 63juegos o técnicas más lúdicas. Las personas de las generaciones mayores podían notarse por su actitud en general reservada, educada y en la manera más tradicional de vestir, hablar y tratar a las personas del equipo pastoral y foráneas, incluyendo opiniones muy bien definidas sobre la situación socioeconómica actual.
juegos o t´ecnicas m´as lu´dicas. Las personas de las generaciones mayores pod´ıan notarse por su actitud en general reservada, edu- cada y en la manera m´as tradicional de vestir, hablar y tratar a las personas del equipo pastoral y for´aneas, incluyendo opiniones muy bien definidas sobre la situaci´on socioecono´mica actual.El haber consignado estas particularidades fue tremendamente importan- te, porque durante la primera sesi´on sesión del proceso formativo, se consolid´o consolidó la idea de invitar a un equipo de facilitadores que pudiera ayudar con la facilitacio´n facilitación de los diversos temas. Ya en las reuniones y contactos previos, hab´ıa había recomendado al naciente equipo del Centro de Formaci´on Formación Milpa Libre, en San Salvador, con el que estaba articulando esfuerzos formativos en varios puntos del pa´ıs país y a quienes fue enviada una petici´on petición formal de apoyo en julio de 1994.
En esa carta se mencionaba como temas prioritarios: