Tomamos acción por las victimas de la masacre de El Mozote
La primera Semana Santa, después de la masacre, que se celebró en El Mozote con alguna población y los compas, se aprovechó para darle a lo sucedido todo su significado cristiano, asimilándolo como un momento de profundo dolor dentro de una perspectiva de esperanza. Una vez más, así lo enfocaron, Jesús murió y resucitó en el pueblo.
En 1990, se realizó la conmemoración del noveno aniversario de la masacre con un vía crucis desde el desvío de Perquín-Arambala hasta el Mozote, desafiando un operativo militar que se estaba desarrollando en la zona.
El décimo aniversario se realizó una vigilia que abarcó toda la noche. En esta varios autobuses con personas de varios lugares de El Salvador llegaron para compartir la celebración. En el camino, varias veces fueron detenidos por retenes militares, incluso hubo algunas detenciones de internacionalistas, con todo esto se tardaron bastante y algunos solo podían llegar a medianoche
Para estas celebraciones, y esto quisiera resaltar, había una total coordinación entre Las CEBES de Morazán y de San Salvador, así como con el Comité Padre Octavio Ortiz, Hermana Silvia (COMAFAC); sin ese apoyo y coordinación no hubiese sido posible realizar las conmemoraciones en El Mozote y romper barreras contra el asedio y el aislamiento en el que el ejército quería tener a la población de esta zona.
Esta vez también había, en la zona, operativo militar pero con su presencia no pudieron impedir que la actividad se realizara”.Año tras año, y cuando las circunstancias lo permitieron, el equipo pastoral de CEBES celebró el aniversario de la masacre, denunciando lo acontecido e insistiendo en la necesidad de esclarecer la verdad, pidiendo a la vez que hubiera justicia y se reparara los terribles daños causados por el crimen. Pues, solo entonces las víctimas podrán abrirse al perdón y la reconciliación.
Una síntesis de cómo y porqué empezó el juicio en El Mozote:
La masacre de El Mozote y alrededores, ocurrida el 11 de diciembre del 81 y días inmediatos, fue posiblemente la más masiva y cruel de la guerra. Se trataba de alrededor de 1.000 campesinos, entre ellos centenares de niños y niñas, asesinados a sangre fría.
En este escrito narró cómo empezó y se fueron dando los pasos necesarios, a fin de iniciar un proceso judicial.
1- En el 90 inicié el trabajo, aprovechando un operativo militar que me obligó a permanecer en la Comunidad Segundo Montes sin movilizarme por la zona. En una de las pobres champitas de la Segundo Montes instalé mi oficina. Empecé a entrevistar a todos los familiares o conocidos de las víctimas que pude convocar y que tuvieran datos que aportarme. Extendimos la voz y se fueron presentando muchos.
Elaboré las listas provisionales de las víctimas.
Me sentía impresionado, emocionado y también muy feliz de poner todas mis energías al servicio de una causa tan noble y necesaria. Nunca habría una paz estable sin que se diera el famoso trinomio Verdad-Justicia-Perdón.
Aquellas listas sirvieron de base para la investigación que posteriormente llevaría a cabo Tutela Legal de una forma más científica y rigorosa y a su vez, en base a la Tutela, más tarde aún, la de la Comisión de la Verdad.
2- Paralelamente a la investigación que inicié, La Comisión de Derechos Humanos de las organizaciones sociales y religiosas del Norte de Morazán(La Segundo Montes, Las Comunidades Eclesiales de base y Padecoms) convocamos, a propuesta mía, a todos los organismos de Derechos Humanos que trabajaban en el país. Acudieron todos, menos Tutela Legal del Arzobispado, por miedo de contagiarse con aquellas ganas, de algunos organismos de DD.HH., de politizar el caso.
Hasta este momento lo sucedido en el Mozote fue negado por los Estados Unidos y por el Presidente Duarte. E incluso durante mucho tiempo .La Iglesia se mantuvo al margen: El Obispo de la Diócesis (M.A´lvarez) nunca la denunció y M.Rivera y Damas nunca promovió una investigación seria, de cara a iniciar el juicio, hasta la implicación de Tutela Legal.
De todas formas las reuniones con los organismos fueron muy agradables y fructíferas. Todos coincidimos en los puntos esenciales de las estrategias a seguir y en la necesidad de insistir, para que Tutela Legal se sumara al esfuerzo e incluso se hiciera cargo del asesoramiento principal y de llevar el caso. Y si Tutela exigía hacer el trabajo sola, le respetaríamos su deseo por el bien de las víctimas.
3- El Padre Denis Leader, que entonces estaba trabajando pastoralmente en la Ciudad Segundo Montes como continuación de su trabajo en el refugio de Colomoncagua (Honduras)hizo las gestiones en San Salvador, para que María Julia Hernández (Directora de Tutela Legal)fuera a Morazán y lo consiguió.
Igualmente conseguimos que Tutela aceptara llevar el caso para iniciar el juicio. Pero no aceptó tener reuniones conjuntas con otros organismos. Este último se lo cuestionamos severamente, aunque nos alegramos porque ella, como Directora de Tutela Legal, aceptó, de acuerdo a nuestra petición, hacerse cargo del juicio. Así empezó el trabajo oficial de Tutela sobre el caso. Dedicó a ello a dos abogados, Antonio y David que trabajaron con una dedicación y profesionalidad admirables.
4- Aunque todavía la investigación estaba en sus comienzos, Tutela aconsejó que se presentaran rápidamente los primeros testigos en el juzgado de San Francisco Gotera para que el juicio se iniciara lo antes posible.
La cosa no era fácil porque los que se presentaran o dieran la cara públicamente, sabían que se exponían a ser perseguidos con riesgo grave de sus vidas. Hablé largamente con cada uno y aceptaron presentarse los cuatro primeros testigos: Pedro Chicas (catequista de Jocoaitique, sobreviviente del caserío de la Joya, Rufina Amaya (de sobra conocida como la única sobreviviente del mismo caserío de El Mozote), Juan Bautista Márquez (otro catequista, sobreviviente del caserío del Jocote Amarillo, e Irma (familiar de Juan Bautista.) La fecha de comienzo de la presentación de sus testimonios y denuncias en Gotera fue el 28 de Octubre del 90.
5- Inmediatamente nos pusimos a organizar un acto público con motivo del noveno aniversario de la masacre. Pretendíamos dar a conocer lo más ampliamente posible el hecho de que el proceso legal había comenzado y que se necesitaban por tanto todos los apoyos posibles.
El acto salió muy bien. Acudió mucha gente. Solo lamento el poco interés de mis hermanos Jesuitas. Que no asistieron y que no respondieron a mis cartas en las que les había solicitado una palabra concreta referente a la masacre de El Mozote y a todas las masacres que tuvieron lugar, durante la guerra, a lo largo y ancho de nuestro país. En esto tengo que hacer excepción de Mikel Czerny (responsable de IDEHUCA en sustitución de P. Segundo Montes) que si se demostró siempre muy cercano, y dispuesto a colaborar.
6- El juez hizo una gestión importante: pidió el nombramiento de fiscales especiales para el caso y también pidió al Presidente Cristiani que diera un informe como comandante supremo de Las Fuerzas Armadas, sobre la presencia militar en aquella zona durante las fechas de la masacre.
Los fiscales fueron nombrados pero el Presidente no respondía. Transcurrió un año y después de que fue nombrada la Comisión de la Verdad, respondió El Presidente, a través del Ministro de Justicia, Santamaría, con la ridícula respuesta de que en los archivos militares no había ningún dato sobre lo que el Juez requería.
7- Después de garantizarles de que la zona de la masacre estaba libre de minas. Los jueces y los peritos pertinentes visitaron la zona con gran despliegue de propaganda. Entre ellos asistió Mateo Llort, Presidente del Instituto Forense de El Salvador. Felizmente también asistieron miembros de Tutela Legal y otros organismos para evitar una manipulación del acto. Manipulación que siempre iba dirigida a quitarle importancia a la denuncia y a insistir a la falta de pruebas. Decían que solo había habido un enfrentamiento armado en el lugar.
8- Tutela Legal contrató a un grupo de antropólogos forenses argentinos. El gobierno parecía oponerse a la presencia acá de este equipo de antropólogos argentinos y el juez no se decidía a admitirlos. Como organizaciones sociales hicimos una manifestación frente al Juzgado de San Francisco Gotera demandando el juicio correando diversas consignas.
Al día siguiente, el juez admitió oficialmente a los antropólogos, antes que nada, bajo la presión de la Comisión de la Verdad.
9- Una de las primeras visitas de la Comisión de la Verdad en El Salvador fue a Perquín. En esta entrevista con nosotros, la Comisión de DDHH de los organismos civiles del Norte de Morazán, estaban de parte de la Comisión: Belisario Bethencourt, ex presidente de Colombia, Figueredo, el ex -ministro Venezolano y un especialista en DDHH norteamericano que no recuerdo el nombre. La entrevista califico de positiva, es decir, muy favorable a nuestras pretensiones.
10- Mientras tanto avanzó la investigación “in situ” de los antropólogos. Fue decisiva para encontrar las pruebas contundentes que se necesitaban y para que aumentara mucho la divulgación y el apoyo al juicio.
Como ya es sabido ellos encontraron bajo tierra restos de cientos de cadáveres con señales incuestionables de haber sido asesinados, entre ellos numerosos niños.
Elaboraron un informe científico que tuvo amplia divulgación, como también la tuvo el que elaboró Tutela con la reconstrucción exhaustiva de los hechos ocurridos alrededor de la masacre. Para la elaboración los abogados Antonio y David habían seguido un concienzudo trabajo de entrevistas con todos los testigos posibles, entre ellos algunos campesinos que habían sido llevados a la fuerza por el Ejército como guías de su macabro recorrido los días de la masacre.
11- El F.M.L.N. entregó a Tutela Legal un conjunto de objetos recogidos en la misma zona de los hechos, los días posteriores a la masacre. Santiago, locutor de Radio Venceremos también tenía su propia investigación-relato con datos relevantes sobre lo ocurrido.
12- Desgraciadamente, la amnistía decretada por el Presi- dente Cristiani impidió de momento que el interés por el juicio siguiera creciendo. Tutela y nosotros opinábamos que el juicio debía seguir adelante a fin de que quedara probada la verdad judicial de los hechos aunque los culpables estuvieran amnistiados.
13- Los relatos de Tutela y de la Comisión de la verdad revelan los nombres de los autores principales de este crimen.
A esto hay que añadir la evidente complicidad de todo el aparato del Estado (Especialmente los gobiernos de Duarte y de Cristiani). Igualmente está fuera de discusión la complicidad del Estado norteamericano, en especial del gobierno de Ronald Reagan que siempre negó los hechos y no exigieron nunca una investigación y además siguieron ayudando a aquel mismo ejército y aquel mismo Batallón Atlacatl.
Conclusión: La lucha por la justicia en El Mozote (y en tantos otros casos) continúa. Debemos seguir luchando sin venganza, ni complejos de superioridad, pero con la humilde terquedad de quien ha optado en su vida por la justicia y por los desposeídos. Y mucho más si hemos optado por el Dios de la Vida, siempre fiel y lleno de misericordia. Luchar hasta pasando por la verdad y la justicia alcancemos La reconciliación. Reconciliar es hacer brotar vida de las heridas y hacer sentir el dolor de otros, sean quienes sean, por sus víctimas, como el dolor por las propias”.