Se retiró a Galilea para que se cumpliera el anuncio de Isaías.
Fecha: 22-01-2023.
Ciclo Litúrgico: Ciclo A - 3º Domingo del Tiempo Ordinario.
+Evangelio según san Mateo (4, 25-5,12).
Cuando Jesús se enteró de que Juan Bautista había sido arrestado, se retiró a Galilea. Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaúm, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías:
“¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones! El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz”.
A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: “Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca”.
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. Entonces les dijo: “Síganme, y Yo los haré pescadores de hombres”.
Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.
Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó.
Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando la Buena Noticia del Reino y sanando todas las enfermedades y dolencias de la gente.
Homilía
Al conocer el apresamiento de Juan Bautista, Jesús da un nuevo paso en la conciencia de su propia misión. Siente que debe tomar el relevo de Juan. Recogerá su mensaje de Justicia y lo llevará a su tierra, a Galilea. Se ubicará en la ciudad de Cafarnaúm, a la orilla del mar, y desde ahí comenzará a recorrer a toda Galilea, a fin de que los habitantes de esta región conozcan los propósitos que Dios tiene para con todos ellos y ellas.
Mateo ilumina este nuevo giro que va tomando Jesús en el cumplimiento de su misión, con una profecía del profeta Isaías: ”La gente que vivía en la oscuridad ha visto una luz muy grande, una luz ha brillado para los que viven en lugares de sombras de muerte”.
Pueda que cuando Mateo escribió su evangelio muchos todavía estaban asombrados que Jesús había iniciado la realización de su misión en Galilea, zona considerada marginal, y no en Judea zona privilegiada y bendecida con la ciudad santa y el templo.
Antes de iniciar el cumplimiento de su misión Jesús busca algunos colaboradores. De acuerdo a lo que dice el libro un tal Jesús, La pesca era el principal medio de vida, en todas las ciudades o pequeñas aldeas que rodeaban al lago. En aquellos tiempos el oficio de pescador era propio de gentes de la clase más baja, sin apenas cultura, que no cumplían los deberes religiosos y estaban al margen de muchas otras pautas de la buena educación.
Los pescadores de las orillas del lago eran trabajadores dependientes de un patrón al que tenían entregar buena parte de la ganancia o bien independizados por grupos familiares y formando pequeñas cooperativas con las que intentaban aliviar la gran estrechez económica en la que vivían.
Entre pescadores, Jesús reclutó a sus primeros discípulos: Pedro y Andrés y Santiago y Juan. Mateo destaca su total disposición: “al instante dejaron las redes y lo siguieron. Aquellos primeros pescadores de Cafarnaúm verían poco a poco en Jesús al gran compañero, al mejor amigo, al líder natural de voluntad firme y actitudes generosas, y finalmente, a aquel que debía pastorear al pueblo y ponerse al frente de él, al liberador que esperaban.
Ahora están listos y comienzan la tarea V. 23: “empezó Jesús y los discípulos con él a recorrer toda la Galilea, enseñaban en las sinagogas de los judíos, proclamaban la buena nueva del reino y curaban en el pueblo todas las dolencias y enfermedades”.
Hoy estamos celebrando en torno al P. Octavio Ortiz y la Hermana Silvia Arriola. Dos para quienes tenemos una enorme admiración y a quienes seguimos recordando con mucho respeto y cariño, pese a que ya transcurrieron muchos años.
Ambos han tenido mucho en común:
1. Nacieron y crecieron en esta historia turbulenta de los años cuarenta cincuenta y setenta. Años de confrontación social, la cual llevó al pueblo a una guerra civil que se prolongó durante más de una década.
Eran tiempos de mucha lucha y sufrimiento que exigía a todo nuestro pueblo mucho coraje y disposición de lucha.
2. Tenían tanto Octavio como Silvia una sensibilidad notoria ante la situación de los pobres. Octavio porque nació en medio del pueblo campesino, había vivido en carne propia las vicisitudes de la vida campesina.
A juicio de M. Romero nunca dejó de ser un campesino, decía M.: ”conservó su sencillez de campesino, sabía que la grandeza del hombre no es de apariencias sino la verdad”.
Y Silvia porque se dejó impactar por la convivencia que tuvo con los pobres en las comunidades, donde le tocó hacer su trabajo pastoral.
3. Ambos se forjaron como agentes de pastoral en el trabajo de las comunidades eclesiales de base:
Octavio en la parroquia de la Zacamil y la de San Francisco Mejicanos,
Silvia en la Zacamil, concretamente en las comunidades de San Roque, Cuscatancingo, la Fosa y Tutunichapa.
4. Ambos tenían grandes cualidades.
De Octavio podría destacar su buen humor que conservaba en toda circunstancia y de Silvia su permanente búsqueda con la que manifestaba su empeño por responder lo mejor posible al llamado de Dios.
Decía Silvia ante M. Romero, el día de su consagración: “Deseo llevar una vida de búsqueda y seguimiento de Cristo pobre, casto y obediente a la voluntad del Padre, para vivir solo para Él y su obra salvífica.
5. Ambos tuvieron una muerte como la de Jesús una muerte martirial.
Padre Octavio en el Despertar junto a los jóvenes: Angel Morales (22 anos); Roberto Antonio Orellana(15 años); David Caballero y Jorge Alberto Gómez (22 años)
Y Silvia fue acribillada junto a decenas de compañeros y compañeras en el cerro de Cutumay Camones en Sana Ana.
6. Tanto Octavio como Silvia, y con gratitud lo recuerdo, fueron compañeros de verdad en días buenos y en días malos.
La historia actual es diferente pero a la vez muy similar a la que le tocó vivir Octavio y Silvia: también hoy hay asesinatos arbitrarios, muerte de inocentes, indiferencia ante el clamor de las víctimas, violaciones a los derechos humanos, injusticias, corrupción, falta de voluntad para hacer los cambios estructurales necesarios, ansia de poder etc. Cada mañana que nos levantamos nos preguntamos angustiados hacia donde vamos…
El evangelista Mateo presenta a Jesús como una luz para la galilea de los gentiles. Así podemos ver a Octavio y Silvia como una luz presente, aún hoy, en el caminar del pueblo.
Con su ejemplo, vida, y martirio: que nos dicen?
1. Aunque es legítimo militar en un partido político más importante es estar siempre junto al pueblo. Octavio y Silvia se caracterizaban por un sincero amor a su pueblo.
2. Quiénes de verdad están con el pueblo difícilmente se fanatizan pues ven la real situación de uno y de otro. Octavio y Silvia no eran fanáticos si eran como decía M.Romero críticos sin volverse criticones’
3. El mayor esfuerzo de Octavio y de Silvia era unir, reunir a hombres, mujeres jóvenes y niños y niñas en comunidades para juntos, juntas movidos por el espíritu de Jesús enfrentar la vida y colocarse de lado del pueblo.
Me parece que esto coincide con el llamado que el Papa hace en su mensaje con motivo de la jornada de la paz, dice: ”debemos poner en el centro la palabra juntos, juntas. En efecto, es juntos, juntas en la fraternidad y la solidaridad como podemos construir la paz, garantizar la justicia y superar los acontecimientos más dolorosos.
4. Tanto Octavio como Silvia tenía un corazón abierto a la esperanza. Eran, en este sentido, seguidores de Jesús, seguidores de M. Romero. Tenían mucha esperanza fundada en la presencia efectiva de Dios en nuestra historia. Compartían lo que decía M. Romero:
“Dios está presente, no duerme, está activo, observa, ayuda y a su tiempo actua oportunamente.”
5. Octavio y Silvia nos enseñan lo que es seguir a Jesús:
- es vivir como Jesús con esa misma pasión por la verdad y la justicia.
- es vivir con ese mismo amor predilecto por los más pobres.
- es perseverar en hacer el bien como Él hacía el bien aún en situaciones muy adversas
- es dar la vida o dar de nuestra vida para que otros, otras puedan tener vida en abundancia
- es vivir como Jesús con esa confianza en Dios, Pues Él no nos va a defraudar nunca.
Padre Rogelio Ponseele.