Que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha.
Fecha: 11-02-2018.
Ciclo Litúrgico: Domingo 6º del Tiempo Ordinario - Ciclo B.
Temas: Humildad, Sinceridad, Conciencia, Migración, Los Valores.
Evangelio según San Mateo.
En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos tengan cuidado de no practicar sus obras de Piedad delante de los hombres, para que los vean de lo contrario no tendrán recompensa con su padre celestial, por lo tanto Cuando des limosna no lo anuncies con trompeta como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para que los alaguen los hombres; yo les aseguro que ya recibieron Su recompensa, tú en cambio cuando des limosna que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha para que tu limosna quede en secreto y tu padre que ve en lo secreto te recompensará, cuando ustedes hagan oración no sean como los hipócritas a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que los vea la gente yo les aseguro que ya recibieron Su recompensa tú En cambio cuando vayas a orar entra en tu cuarto Cierra la puerta y Ora ante tu padre que está ahí en lo secreto y tu padre que ve en lo secreto te recompensará y cuando ustedes ayunen no pongan cara triste como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro para que la gente note que están ayudando Yo les aseguro que ya recibieron Su recompensa tú En cambio cuando ayunes perfúmate la cabeza y lávate la cara para que no sepa la gente que estas ayunando sino tu padre que está en lo secreto y tu padre que ve en lo secreto te recompensará.
Resumen:
Queridos hermanos y hermanas, estamos concluyendo la celebración de este día y de esta misa, en la que hemos recibido la santas cenizas como el signo que nos indica nuestra fragilidad, tanto en lo físico como en lo espiritual. Decíamos de que no podemos negar nuestra fragilidad ,pues, es parte de nuestra condición humana. Más vale desde la fragilidad acudir a Dios, el Único que nos puede dar la fortaleza que necesitamos. San Mateo, en el evangelio, nos ha señalado tres prácticas que podrán ayudarnos a recuperar la fortaleza espiritual.
El ayuno entendido como compartir; la oración, entendida como ponerse en sintonía con Dios; y el ayuno que consiste en abstenernos de lo que tenemos a la mano, para no caer en la sociedad de consumo; para poder escoger entre tanta cosa lo que de verdad nos ayuda como seres humanos.
Estas prácticas nos vienen a fortalecer espiritualmente, a fin de que podamos avanzar hacia la pascua, día en que junto a Jesús resucitaremos a una vida nueva.
Homilía
Queridos hermanos y hermanas, hoy, estamos celebrando la misa en un determinado contexto ,en el que se nos presentan tres cosas que, de alguna manera, debemos incluir a nuestra reflexión:
1.La problemática migratoria: nuestros hermanos y hermanas lejanos, están luchando por el derecho de vivir y de trabajar, en tierra estadounidense.
La Tierra sólo pertenece a Dios, decían los israelitas, nadie tiene derecho a adueñarse de un pedazo de tierra y excluir a otros, otras
2. Hay que mencionar también esa violencia juvenil que persiste. Como que nadie la puede parar; sigue sembrando a lo largo y ancho de nuestro país muerte y luto. Un problema muy serio, que nos impide hacer otras cosas que podrían ser beneficiosas para el país.
3.Necesariamente hay que mencionar que estamos a pocos días de las elecciones. Estamos en la campaña electoral; es una época que ,muchas veces, nos hace caer en un un irrespeto y una actitud intolerante frente a los demás. Igualmente en una época así, tendemos a volvernos fanáticos. Ningún fanatismo, ni deportivo, ni religioso, ni político es aceptable.
Son 3 hechos de la actualidad, que están marcando la realidad que vivimos.
Porque voy mencionando esto: porque ninguna misa puede estar desconectada de la realidad. Venimos, domingo a domingo, para fortalecernos espiritualmente; para que podamos asumir el papel que nos corresponde en la familia, en la comunidad y junto al pueblo Así que nuestra misa no es un acto aislado, sino un acto que se inserta en la realidad.
Esta misa en la que vamos a compartir la imposición de la ceniza nos recuerda la fragilidad humana.
Somos frágiles en el sentido físico. Los que estamos ya acumulando algunos años, nos damos cuenta. Día a día, vamos experimentando algunas dolencias que van disminuyendo nuestras fuerzas físicas. Hace 2 días salió la noticia de que el Papa Benedicto XVI renunció. El papa dice que está preparándose para la muerte, siente que cada día sus fuerzas físicas se van debilitando.
Existe también una fragilidad espiritual, frente al bien y al mal. Como dice San Pablo: nosotros deseamos hacer el bien pero de hecho hacemos el mal. Y es verdad esto, lo experimentamos en nuestra propia vida. Gran deseo de hacer el bien pero al final hacemos el mal. Es la fragilidad espiritual.
La fragilidad tanto en lo físico como en lo espiritual es parte de nuestra condición humana. No cabe negar este aspecto, más bien vale queridos hermanos y hermanas desde esta fragilidad que vamos experimentando, acudir a Dios quien es el Único que puede darnos la fortaleza que necesitamos.
San mateo menciona tres prácticas que nos pueden ayudar, para fortalecernos espiritualmente:
Una: la limosna. Nosotros hemos reducido la limosna, a los centavos que vamos regalando con motivo de la misa dominical o reducimos la limosna a la cora que vamos regalando a un mendigo que encontramos en la calle. Pero cuando San Mateo se refiere a la limosna va mucho más allá. Dar limosna, hay que entenderlo como compartir, compartir de lo poco o de lo mucho que tenemos con los demás y con las demás. No podemos, en cuanto a este compartir, ser mezquinos. Los primeros cristianos, como lo hemos resaltado una y otra vez, compartían a fin de que nadie tuviera que padecer necesidad. Hasta donde uno debe compartir esto es asunto de cada uno y cada una. Compartir es una exigencia cristiana. Cuando compartimos vamos descubriendo y consolidando en nuestra vida, el amor, el sentido solidario, y la generosidad. Todo esto nos fortalece.
Dos: San Mateo también propone la oración. Fray Beto, que es un religioso pero, a la vez una autoridad en el mundo de la izquierda, tiene un articulito donde habla de 10 consejos para vivir la religión en el siglo 21 y en el numeral 6 dice: que uno debe orar. Religión sin oración, es como un menú sin alimento; reserva un tiempo en tu día, para encontrarte con Dios, en lo más íntimo de ti mismo; medita; deja que el espíritu divino pula tu espíritu, desate sus nudos inferiores y dilate su capacidad amorosa.
Un consejo que debe ser tomado en cuenta. Dice que la oración es tan importante dentro de nuestra vida religiosa , como la comida en un comedor.
Nosotros cuando vamos a orar estamos pensando, sobre todo, en pedir cosas a Dios. Y esto es legítimo, podemos presentarnos ante Dios con todas las preocupaciones y todas las inquietudes que nosotros tenemos. Dios sabrá responder a esto. Sin embargo, esto no es lo fundamental. Orar significa ponernos en comunión, ponernos en sintonía con Dios, con la voluntad de Dios. Si así entendemos y practicamos la oración, estaremos fortaleciéndonos espiritualmente.
Tres: San Mateo habla también del ayuno, el ayuno está descalificado entre nosotros. Nosotros hemos entendido, que si hay comida hay que comer. Hay que alimentarse ,eso es un deber que tenemos, para mantener la buena salud. El ayuno como no comer está ciertamente descalificado. Pero hay que entender mejor lo que es ayunar. Se trata de abstenerse de algunas cosas que están a nuestra mano, y quedarnos con lo necesario para garantizar una buena alimentación. Esto es importante para no caer en la sociedad de consumo, donde nos ofrecen 1.000 cosas. Debemos saber escoger para quedarnos con lo que nos ayudará para una vida cualitativamente mejor. Así aprendemos a practicar la sencillez en cuanto a la alimentación, en cuanto al vestuario, en cuanto a la presentación que cada uno tiene frente a los demás; un estilo de vida que huye del despilfarro y que huye de lo superfluo Evidentemente esa cosa también nos da fortaleza espiritual. Entonces Mateo propone tres prácticas:
1. Dar limosna que entendemos como compartir.
2. Apartar un momento para orar; un momento para ponernos en sintonía con Dios.
3. Ayunar como un esfuerzo para no caer en los vicios de la sociedad de consumo y adquirir la sencillez en cuanto a la alimentación, el vestuario y la presentación, en general.
Para esta cuaresma en la que estamos entrando, propongo, y esto podría ser nuestro mayor esfuerzo, que sepamos apartar, cada día, un momento para orar, personalmente o en familia. Un breve momento, para ponernos en sintonía con Dios y con la voluntad de Dios. Esto nos podría ayudar y fortalecer. Y así nos estaremos preparando para la Pascua, día en que juntos y juntas a Jesús, resucitaremos a una nueva vida.
Padre Rogelio Ponseele