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, 19:47 14 mar 2022
'''Fecha:''' Domingo 9 de mayo de 2021.
'''Ciclo Litúrgico:''' Ciclo B – 6° Domingo de Pascua
'''<big>Evangelio Según San Juan (15, 9-17)</big>'''
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros».
== Homilía ==
El teólogo Juan pone una serie de palabras, afirmaciones, en boca de Jesús. Constituyen una parte del discurso de despedida, lo cual les da a esas palabras una profundidad mayor. El hilo conductor es el amor.
En la lectura se distingue tres partes. La comprensión del discurso se nos facilita ir por parte.
La primera parte, del versículo nueve, al versículo once.
Todo se origina en el amor: el Padre ama al Hijo, el Hijo a su Padre y a nosotros y nosotras. El imperativo es permanecer en su amor, en el amor del Padre y de su Hijo, lo cual solo es posible, cumpliendo los mandamientos igual como el Hijo cumplió los mandamientos de su Padre.
Todo esto encierra un mensaje alentador: el origen y por consiguiente también el destino de nuestra vida, y de la vida en general es el amor. Y esto debe infundirnos una profunda alegría. Con razón dice Jesús: “Les he dicho todas estas cosas para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea completa.
Haciendo una reflexión sobre la importancia del amor y la alegría en la vida cristiana y en la iglesia dice José Antonio Pagola:
“Como podemos pretender seguir a Jesús sin cuidar más entre nosotros la alegría y el amor? ¿Qué puede haber más importante que esto en la iglesia y en el mundo? ¿Para qué sirven todos nuestros esfuerzos, si no somos capaces de introducir amor y alegría en nuestra religión? Nada puede ser más triste que decir de una comunidad cristiana, ahí no hay amor, ni alegría.”
La segunda parte va desde el versículo doce al versículo quince.
En esta parte Jesús insiste en el cumplimiento de los mandamientos. Solo uno es importante: el mandamiento del amor, ámense unos a otros. Por lo que añade, como yo les he amado, se vuelve un mandamiento muy exigente. Se trata de amar como él, hasta el extremo, hasta la muerte martirial. (No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos)
Y cumpliendo con este mandamiento cambia la relación con Jesús. Ya no somos sus servidores. Somos sus amigos. Y entre amigos, no hay secretos sino plena confianza. Dice Jesús: “los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre”.
En esta partecita cabe una palabra sobre los mártires y ¿qué mejor que acudir a palabras de M. Romero? ¿Quién más que él nos pueda referir a aquellos que han dado la vida por sus amigos? Dice: “En la hora de su dolor, de su agonía dolorosa, mientras los despellejaban, mientras los torturaban y daban su vida, mientras eran ametrallados, subieron al cielo. Y están allá victoriosos. ¿Quién ha vencido? Como la biblia podemos preguntar a los que los mataron y a los que siguen persiguiendo a los cristianos: ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? La victoria es la de la fe. Han salido victoriosos los matados por la justicia”.
Y la tercera partecita desde el versículo dieciséis y al versículo diecisiete.
En esta parte surgen dos palabras que siempre van juntas: elección y misión. La elección nunca es gratuita, se es elegido siempre para algo, para cumplir la misión, en este caso para que vayan y den fruto y ese fruto permanezca. Y quién se dispone a cumplir la misión puede contar siempre con la asistencia del Padre, “así es como el Padre les concederá todo lo que le pidan en mi nombre”.
Y concluye el evangelio planteando de nuevo el mandamiento, como que Jesús nos dice, no se vaya a olvidar de lo más importante: “Esto es lo que les mando, ámense los unos a los otros”.
Bíblico 2021, concluyendo su comentario sobre esta lectura, dice: “Solo cuando los seres humanos nos miremos como hermanos, solo así seremos capaces de construir el mundo fraterno utópico, esperanzador que hoy anunciamos.
¿Se apuestan ustedes a transformar el mundo desde el amor compasivo y oblativo?
'''Padre Rogelio Ponseele'''