Anónimo

Cambios

De CEBES Perquín
30 bytes eliminados ,  01:24 26 oct 2020
sin resumen de edición
''La verdad es que entendíamos poco porque nos hablaban de las elecciones, y de la oligarquía, pero sí entendíamos que había mucha pobreza y que después de la guerra eso iba a cambiar. Hacíamos también entrenamiento físico, íbamos a correr y así nos iban preparando para venirnos a la guerra. Nos preparaban psicológicamente y todos estábamos emocionados con la idea de ir a la guerra, pero nuestros papás''
''lo pasaban mal, porque mi mamá, que estaba embarazada, del disgusto que tuvo cuando nos vinimos, mi hermano y yo, abortó. “Si yo no venía a la guerra nos retiraban la ayuda familiar” Mi papá ya se quedó en el refugio de alfabetizador. Mis dos hermanos mayores, un hombre y una mujer, ya se habían venido para la guerra, pero mi hermana salió embarazada pronto. Mi mamá no quería que yo me viniese, pero nos decían que si no venía nos iban a retirar la ayuda a la familia, así que me tuve que venir. Yo me vine en el año 88, casi llegando la navidad. Veníamos 13 muchachas y muchachos, salimos de noche y llegamos a San Fernando, donde nos recibieron Alta Gracia y Marisol Galindo, ellas nos mandaron a la escuelita de menores. A nosotras nos decían las samuelitas, porque éramos muy pequeñas. Entonces la escuelita estaba en Perquín, en un lugar que lo llamaban ChauitónChaguitón, y comenzábamos el entrenamiento a las tres de la mañana.'' ''Nos atravesábamos todo el pueblo trotando, después nos preparaban para las diferentes áreas, había radistas, explosivistas, brigadistas y combatientes.''
''A mí me eligieron como radista, y empecé a aprender las claves y todo eso, y ya me quedé como radista en la escuelita. Claro que la emoción con la que venía me bajó cuando llegamos a San Fernando, porque yo andaba con una pistolita pequeña y los soldados nos cayeron, y yo comencé a correr, como todos los que venían conmigo. Al rato apareció un compa, ya veterano, que me preguntó por la pistola y en ese momento me di cuenta de que no la llevaba y muy asustada le dije: “¡La dejé, me van a sancionar!” Pero me dijo que no me apurase que él la había encontrado. Ya me tranquilicé, porque te podían sancionar por perder el arma o dejarla olvidada. Eso era al principio, ya cuando llegamos a la escuelita de menores me enseñaron a manejar armas más grandes. Era necesario que aprendiésemos. Yo estuve un tiempo en la escuelita y después me mandaron con un mando, que se llamaba Amaya. Con él anduve de radista con una unidad, y nos mandaban a distintos lugares del norte de Morazán. Yo siempre me quedaba con el mando, pero íbamos con los combatientes.''
''Mi peor recuerdo de la guerra fue en la Ofensiva del 89, fue la peor pesadilla, estuvimos caminando durante un mes sólo en la noche. Estuvimos en un lugar que llamaban Comacarán, y en otro lugar que llamaban Rio Seco. No teníamos suficiente armamento, ni estábamos preparados, era una lucha muy desigual, ellos tenían armamento y estaban entrenados. Cuando íbamos hacia allá nos dijeron que íbamos a ganar, pero nosotros también sabíamos que íbamos a morir. Nosotros éramos 22 y quedamos sólo 3.''
''Uno de mis amigos me decía siempre que si moría tenía que ir a abrazar a su mamá y decirle que él la quería mucho, murió casi a mis pies. La mayoría de esos compas habían venido conmigo de Honduras. Vi morir a muchos compas, porque estábamos en una casa y uno de los compas disparó y llegó una tanqueta y nos lanzó un papayazo. Los soldados nos tenían rodeados y no sabíamos por dónde ir, pensábamos que íbamos a morir todos, pero por suerte, después de cinco horas de espera, se marcharon. Después de todo eso ya ni tenías miedo a la muerte. Murieron también muchos radistasradista, y teníamos que ir cambiando las claves. Logramos salir después de once días, pero salimos muy pocos, la mayoría murió en la Ofensiva, muchos compas se decepcionaron y se desertaron. Fue horrible, y para mí también, yo no quería hablar con nadie. Pasaba horas recostada en mi mochila y como que mi mente se había quedado en eso, lo recordaba todo. Llegamos al Cacahuatique y allí nos fuimos encontrando, todos estábamos decepcionados. A nosotros nos enviaron después con una escuadra a Agua Zarca, en San Miguel, y allí había soldados, pero ni ellos tenían ánimo de pelear.''
''Encontramos a un grupo, que era como una sección, nosotros llegamos como a las 12 de la noche, pero ellos estaban todos dormidos y los compas empezaron a disparar. Así murieron todos, el que coordinaba eso era Nasser. Y eso nos animó mucho, porque nos equipamos de nuevo con todo lo que habíamos conseguido. Pero a los pocos días volvieron los soldados y nos quitaron todo, aunque no hubo bajas. Después nos volvimos a Morazán, y llegamos a Villa El Rosario. Al poco tiempo comenzó el plan para atacar Ciudad Barrios, y reclutaron a milicianos. Nos mandaron al meríto mérito centro. A mí me querían cambiar de radista, quizá por consideración, pero yo con mi primo, que estaba al mando de esa operación y nos queríamos mucho, habíamos planeado desertar después de ese ataque. Incluso ya habíamos hablado con una señora, que nos estaba esperando. Nos íbamos a ir a un lugar que se llama San Isidro. A la operación de Ciudad Barrios fuimos con 16 milicianos, Nasser se quedó coordinando. Entramos a las 12 de la noche a atacar y a las 5 de la mañana habían matado a todos los milicianos, solo quedamos vivos el mando y yo. Todos los milicianos eran de Torola y Agua Zarca. Ya veníamos saliendo y yo me subí a una piedra, y cuando me bajé se subió mi primo y cayó de un rafagázo, a mí me paso rozando. Mi primo comenzó a echar sangre por la boca, yo intenté auxiliarle, pero ya estaba muy mal. Me puse en contacto con Nasser, y me dijo que me saliera de allí. Agarré la mochila de mi primo y me fui con un compañero que estaba herido de un brazo, le hice una cura con una camisa y nos fuimos hasta que llegamos donde estaba Nasser. Yo no podía ni hablar con nadie, estaba triste, desesperada, ya me sentía muy mal, como que para mí eso ya había terminado, esa guerra ya no era para mí.''
''Entonces ya había venido la gente de Honduras, mi mamá ya había regresado, y también la mamá de mi primo. Y cuando yo regresé a Jocoaitique estaba mi mamá, con mi hermana y mi papá.''
''Antes de desertar me había acompañado con un compa, que también era radista. Yo le dije que iba a desertar y trató de disuadirme, pero yo me fui. Volví a verle cuando regresé y seguimos viéndonos. Yo no pude desmovilizarme, porque había desertado, así que no tuve ninguna ayuda, pero él sí se desmovilizó. Como tenía que trabajar no tuve oportunidad de seguir estudiando, y no pude hacer el bachillerato. Comencé a venir a Morazán cada quince días para ver a mi compañero y en uno de esos viajes salí embarazada de mi primer hijo, yo tenía ya 18 años. Él había encontrado trabajo en un supermercado, que estaban construyendo en la Segundo Montes. Se había comprado un terrenito con su mamá y cuando salí embarazada me dijo que ya me quedase. Decidimos vivir juntos y comenzamos a construir una casita entre los dos. Después mi esposo se metió en la policía, y mi papá nos dio otro terreno y construimos esta casa, donde vivimos ahora. Tengo cuatro hijos, y uno de ellos vive en Estados Unidos, ya es residente y trabaja allí. El más pequeño de mis hijos tiene 7 años.''
''Mi esposo vive en Estados Unidos y ya tenemos ocho años deno de no vernos. Tuve visa durante diez años y podía ir a verlo, pero la última vez me vine embarazada de mi hijo pequeño y ya no pude regresar porque tenía que renovar la visa y me la negaron, lo he intentado tres veces más y siempre me la niegan. Mi esposo allá no tiene papeles, pero tiene trabajo y le va bien, trabaja como jardinero con una pareja de multimillonarios, que le tienen mucha'' ''confianza. Él lo que quiere es que podamos pagar los estudios a nuestros a hijos y acá, con su salario de policía, no podía pagarle una carrera a ninguno de sus hijos.''
''“'''Todavía hacemos convivencia con los compas”'''''[[Archivo:Do.png|miniaturadeimagen|''Entrenando'']]''Yo creo que la guerra fue error, que no sirvió para mejorar la vida de la gente, ahí están los veteranos, que los han dejado abandonados y a las madres de tantos compas caídos.'' ''Tal vez sirvió para que las mujeres tengan más derechos, antes no eran libres, tenían que estar en la cocina, ahora tienen más libertad. También hubo otros cambios como la libertad de expresión, pero yo estoy tan decepcionada que nunca he votado al FMLN. Nos contaron muchas mentiras y no cumplieron sus promesas.''
''Mi esposo dice que me valora por el esfuerzo que he hecho con mis hijos, y puedo decir que son muy buenos hijos. El que estudia ingeniero en San Miguel está siempre pendiente de mí. Mi otro hijo, que estudia medicina también en San Miguel, lo tiene más difícil porque tiene turnos. Muchas personas me dicen que tengo unos hijos muy buenos, y yo me siento muy orgullosa de ellos. Durante años no les había hablado de la guerra, aunque'' ''sabían que su papá y yo combatimos, pero ahora les cuento, y uno de mis hijos siempre me acompaña a las actividades con los compas. Cuesta hablar de todo esto... a mí me mataron tres mandos, mi mamá creyó que yo estaba muerta cuando mataron a mi primo. Mi mamá lloró mucho y nadie podía consolarla hasta que ya me pude comunicar con ella y ya, cuando nos vimos, pude consolarla. Para mí la guerra fue sin sentido, porque venían a morir muchachitos inocentes, ni se les preparaba bien y se les enviaba a combatir, a morir.''
==<small>Referencias</small>==