Cuerpo y Sangre de Cristo

De CEBES Perquín

Fecha: 14-06-2020.

Temas: Misa, Eucaristía, Reconciliación.

Ciclo Litúrgico: Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo - Ciclo A.

Evangelio según San Juan (6, 51-58).

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.» Disputaban los judíos entre sí: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Entonces Jesús les dijo: Os aseguro que, si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.  

Homilía

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Hoy, domingo 14 de junio, celebramos la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, por cierto, una fiesta importante y muy celebrada en nuestras iglesias una reflexión acerca de la eucaristía se nos impone, tratándose de un acto litúrgico determinante en la vida cristiana.

En nuestra reflexión, procuraremos aclarar el verdadero sentido que tiene la eucaristía (1),y cómo debemos asistir a ella para sacar el mayor provecho(2);y cómo la celebramos cada domingo, ¿Qué podemos hacer, para que el domingo siga siendo un día no como los demás días, sino un día, un tanto especial?(3)

1.La celebración de la eucaristía tiene ya una larga historia.

-En esta historia hay momentos en que la eucaristía o la misa se vuelve un asunto prácticamente exclusivo del sacerdote antiguamente nunca se celebraba la misa sin pueblo en la edad media (años 500-1500)comenzaron los sacerdotes a celebrar la misa sin pueblo comenzó entonces también la costumbre de la misa diaria, y como el pueblo trabajaba, nadie podía asistir, y el sacerdote celebraba sólito con algunas pocas personas.

“En efecto, dice J. Comblin, la misa se transformó en una oración del sacerdote y nada más en el mejor de los casos ,el pueblo “asistía” pero ya no participaba en nada para que el pueblo de todos modos estuviera ocupado y para impedir distracciones, fue preciso sugerir que el pueblo rezara el rosario durante la Misa o cantaran cánticos populares.”

Ese problema de la no integración de la comunidad a la celebración eucarística se resolvió definitivamente con el concilio vaticano II: la liturgia se adoptó a la lengua del pueblo; el sacerdote se ubicaba frente a frente con el pueblo y no más de espalda; se suprimía la barrera que había en las iglesias entre el coro y la nave; hubo más intentos de mayor participación en los gestos litúrgicos.

La misa no puede ser un asunto exclusivo del sacerdote es el acto por excelencia que forma la comunidad de los seguidores de Jesús es la comunión de todos los presentes con Jesús y entre sí.

-Muy relacionado con lo anterior sucedió en aquellos mismos años, otra cosa igualmente grave: La eucaristía deja de ser una comida compartida, convirtiéndose en un acto de culto y adoración a Dios.

Apareció la costumbre que solamente el sacerdote podía comulgar además muchos cristianos eran pecadores como tantos otros y ya no podían comulgar desapareció la costumbre de comulgar con la sangre de Cristo en el cáliz y hubo un tiempo en que fue prohibido para los laicos comulgar con la sangre de Cristo cada vez menos gente iba a misa y si iban se quedaban afuera, y solo entraban para “ver la hostia “Fue ,entonces necesario crear una ley para decir que la misa es obligatoria todos los domingos aun así la mayoría no iba.

¿Es la misa culto o adoración a Dios, o es una comida?

Una ligera lectura del evangelio, no deja lugar a duda: la eucaristía es, antes que nada, comida y bebida y ante la disputa de los judíos que ponen en duda lo que está diciendo, Jesús no baja el tono, ni suaviza el contenido de su discurso; se trata de comer su carne y beber su sangre.

La misa es comida, y comiendo su cuerpo entregado y bebiendo su sangre derramada por la salvación de todos, nos alimentamos con su vida, sus palabras, su entrega.

Bien celebrada, dice José Antonio Pagola, ”la eucaristía nos moldea, nos va uniendo a Jesús, nos alimenta con su vida, nos familiariza con su evangelio, nos invita a vivir en actitud de servicio fraterno y nos sostiene en la esperanza del reencuentro final con él.”

Esa pregunta que nos hicimos: ¿es la misa culta o es comida?, ¿no ha sido resuelto del todo para más de algún cristiano, sigue siendo más importante la hora santa (adoración) que la misa (comida)? Evidentemente ambas cosas son importantes, pero más importante que la hora santa es la misa.

2. ¿Cómo asistir a misa para sacar, el mayor provecho?

Para celebrar la misa de la mejor manera, según nos lo dice Pagola: no basta con seguir las normas prescritas o pronunciar las palabras obligadas; no basta cantar, santiguarnos o darnos la paz en el momento adecuado es muy fácil asistir a misa y no celebrar nada en el corazón; oír las lecturas correspondientes y no escuchar la voz de Dios; comulgar piadosamente sin comulgar con Cristo; darnos la paz sin reconciliarnos con nadie.

¿Cuál sería la mejor manera de asistir a misa?

a. Hemos de escuchar con atención y con alegría la palabra de Dios, especialmente el evangelio de Jesús durante la semana hemos visto la televisión, oímos radio, leímos la prensa vivimos aturdidos por toda clase de mensajes, noticias, publicidad necesitamos escuchar, al menos el domingo, otra voz diferente que nos cure por dentro y nos anima a vivir de manera más auténtica.

b. Hemos de compartir sin distraernos la plegaria eucarística.

- Es fundamentalmente una invitación a la acción de gracias y el recuerdo de la última cena de Jesús con sus discípulos y discípulas.

*La vida no es solo trabajo, esfuerzo, agitación es también celebración y acción de gracias es bueno reunirnos los domingos para agradecer las bondades de Dios demos gracias al Señor, es justo y necesario.

*Se recuerda la última cena de Jesús y se consagra el pan y el vino es una manera de hacer memoria de Jesús… de su vida, su entrega, su muerte.

La eucaristía, como memoria, es más que un recuerdo, es un acuerdo, es retomar la causa de Jesús: el reino eucaristía nos lleva a hacer lo contrario del neoliberalismo, del consumismo, del individualismo.

c. Hemos de participar en la comunión de la manera más consciente.

Es el momento de acoger a Jesús, de experimentarlo en nosotros, identificándonos con él y dejándonos trabajar, consolar y fortalecer por su Espíritu.

Y concluye Pagola:” todo esto no lo vivimos en nuestro pequeño mundo cantamos juntos el Padre Nuestro sintiéndonos hermanos de todos le pedimos que a nadie le falte el pan, ni el perdón nos damos la paz y la buscamos para todos.”

3. ¿Cómo hacer para que el día domingo siga haciendo un día especial?

En el contexto de la pandemia y de las tormentas, decimos que perdimos la cuenta. Ya no sabemos qué día es el domingo se diluye entre tantos otros días…No debería ser así.

No puede faltar el domingo, un momento de reflexión, dejándonos ayudar por las misas que transmiten a través de la televisión o por la hoja de reflexión que nos llega y que se refiere al mensaje del evangelio del domingo.

el domingo debe ser considerado como el día comunitario por excelencia, a nivel familiar. Sería fabuloso si, precisamente el domingo, podríamos incluir nuestra vivencia familiar, un pequeño gesto de solidaridad con otros que sufren más que nosotros estaremos siempre unidos unos a otros, y con la moral en alto.

Padre Rogelio Ponseele

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