Como cristianos despiertos, debemos hacernos algunas preguntas, en relación con nuestra comunidad, para ir elaborando un pequeño diagnóstico de la situación, después de lo sucedido:
* ¿Se ha detectado lugares vulnerables que ameritan una atención inmediata? * ¿Hay personas y sectores más vulnerables que otros y que han caído en una pobreza mayor? * ¿Hay mayor conciencia de la necesidad de cuidar el universo, nuestra casa común? * ¿Ha habido casos de coronavirus? * ¿La gente cumple con los protocolos? * ¿El sistema de salud ha sabido responder a la emergencia? ¿Podrá responder en caso que hubiera una presencia mayor del coronavirus? * ¿Se le ha dado atención psicológica a alguna gente que la demanda? * ¿El sistema educativo y la población estudiantil han logrado adaptarse a la nueva forma de enseñar y de aprender, a consecuencia de la pandemia? * ¿En qué medida para las cosechas han sido favorables o desfavorables las condiciones climatológicas de los últimos meses?
Las respuestas a estas y otras preguntas nos podrían dar elementos para un diagnóstico que nos indicaría hacia donde debemos orientar nuestros esfuerzos.
'''¿Qué cosas debemos aprovechar en tiempo de adviento?'''
1. Como, a la vez, es tiempo de fin de año, se hacen convivencias, a nivel laboral, a nivel comunitario, a nivel eclesial (posadas), a nivel familiar. A causa de la pandemia estaremos un tanto restringidos, en cuanto a las convivencias que suponen un mayor número de gente. Una oportunidad para darles toda la importancia a las convivencias familiares que podremos celebrar. Uniéndonos como familia y fortaleciendo los lazos familiares estaremos aprovechando de la mejor manera, el tiempo de adviento. Evidente- mente Evidentemente La Navidad, el nacimiento de un hijo, es antes que nada un asunto de familia.
2. El tiempo de adviento, litúrgicamente muy fuerte, nos invita a que mejo- remos mejoremos o intensifiquemos nuestra vida cristiana. Tradicionalmente, con Navidad, nos exhortan a que seamos solidarios con la gente más pobre que nos rodea. Y que esto se traduzca en algunos gestos concretos. Y que bueno si los padres de familia logren involucrar en esto a sus hijos e hijas, a fin de que aprendan, desde pequeños, a compartir con las gentes más necesitadas.
Nos contaban veteranos de la guerra mundial de que, aprovechando un ce- se cese de fuego impuesto con motivo de Navidad, salieron unos y otros de sus trincheras para desearles mutuamente una feliz Navidad y convivir un rato, lo cual fue mal visto por los jefes militares de ambos bandos.
Manifestaron de esta manera, los sentimientos nobles que habían conservado en sus corazones, en medio de una guerra cruel. Alentar sentimientos nobles en los hijos y las hijas, es una tarea de todos los padres.
3. El hecho que Dios viene hacia nosotros, debe producir en nuestros corazones, alegría y esperanza. Dios deja de ser un Dios distante e indiferente. Se hace uno de nosotros para, junto a nosotros y nosotras hacer historia, compartiendo nuestras luchas y esperanzas.
Él nos acompaña para dar el verdadero rumbo a nuestra vida personal y colectiva. No estamos solos nos acompaña y nos guía la fuerza alentadora de Dios. Todo esto pro- duce produce alegría y esperanza que deben prevalecer en nuestros corazones, a lo largo de estos días del adviento.
'''Padre Rogelio Ponseele'''
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