Anónimo

Cambios

De CEBES Perquín
sin resumen de edición
¿Qué cosas debemos aprovechar en tiempo de adviento?
1. Como, a la vez, es tiempo de fin de año, se hacen convivencias, a nivel laboral, a nivel comunitario, a nivel eclesial (posadas), a nivel familiar. A causa de la pandemia estaremos un tanto restringidos, en cuanto a las con- vivencias convivencias que suponen un mayor número de gente. Una oportunidad para darles toda la importancia a las convivencias familiares que podremos celebrar. Uniéndonos como familia y fortaleciendo los lazos familiares estaremos aprovechando de la mejor manera, el tiempo de adviento. Evidente- mente La Navidad, el nacimiento de un hijo, es antes que nada un asunto de familia.
2. El tiempo de adviento, litúrgicamente muy fuerte, nos invita a que mejo- remos o intensifiquemos nuestra vida cristiana. Tradicionalmente, con Navidad, nos exhortan a que seamos solidarios con la gente más pobre que nos rodea. Y que esto se traduzca en algunos gestos concretos. Y que bueno si los padres de familia logren involucrar en esto a sus hijos e hijas, a fin de que aprendan, desde pequeños, a compartir con las gentes más necesitadas.
 
Nos contaban veteranos de la guerra mundial de que, aprovechando un ce- se de fuego impuesto con motivo de Navidad, salieron unos y otros de sus trincheras para desearles mutuamente una feliz Navidad y convivir un rato, lo cual fue mal visto por los jefes militares de ambos bandos.
Manifestaron de esta manera, los sentimientos nobles que habían conservado en sus corazones, en medio de una guerra cruel. Alentar sentimientos nobles en los hijos y las hijas, es una tarea de todos los padres.
 
3. El hecho que Dios viene hacia nosotros, debe producir en nuestros corazones, alegría y esperanza.
Dios deja de ser un Dios distante e indiferente. Se hace uno de nosotros para, junto a nosotros y nosotras hacer historia, compartiendo nuestras luchas y esperanzas.
Él nos acompaña para dar el verdadero rumbo a nuestra vida personal y colectiva. No estamos solos nos acompaña y nos guía la fuerza alentadora de Dios. Todo esto pro- duce alegría y esperanza que deben prevalecer en nuestros corazones, a lo largo de estos días del adviento. <br />