La solemnidad de la Santísima Trinidad
Fecha: 07-06-2020.
Ciclo Litúrgico: Santísima Trinidad - Ciclo A.
Temas: Obediencia, salvación.
Evangelio según San Juan (3, 16-18).
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
Homilía
Dios hace historia con la humanidad el interés que tiene, no es condenar sino salvar a la humanidad(Jn.3,17) a esa” historia de salvación” se refiere la sagrada escritura. Limitándonos a lo más trascendental de esa historia, debemos hacer referencia a cuatro acontecimientos:
1.El éxodo: Dios se compadece de su pueblo esclavizado en Egipto envía a Moisés para liberarlo bajo la conducción de Moisés, el pueblo sale de la esclavitud de Egipto, atraviesa el mar rojo, camina cuarenta años por el desierto, para, al final, conquistar la tierra prometida Este acontecimiento estará presente, para siempre, en la memoria de del pueblo elegido.
2.La creación: Este mismo Dios que liberó a su pueblo, creó todo el universo por amor (Gen1,1-31; Gen.2,4b-25). En el amor está el origen y el destino de la humanidad.
3.La encarnación: Dios envió a su hijo único(Jn3,16) nace Jesús en Belén y junto a María y José, sus padres, crece en sabiduría, en edad y en gracia a la edad de treinta años, abandona el hogar y comienza a realizar la misión que Dios le había encomendado es aplaudido y rechazado muere en la cruz y resucita en Jesús Dios, por amor, se hace uno de nosotros y nosotras, comparte nuestras angustias, nuestras luchas y nuestras esperanzas.
4.Pentecostés:aquel Espíritu, que movió a Dios y a su hijo Jesús, se hace presente de manera contundente, para hacer iglesia y seguir haciendo historia, historia de salvación en estos cuatro acontecimientos de la historia de la salvación se distingue claramente el aporte de las tres personas de la Santísima Trinidad: Dios, El hijo Jesús y el Espíritu Santo es precisamente el tema de la liturgia de este día más que querer resolver el misterio de Dios, queremos acercarnos, abrirnos a ese misterio y de esta manera descubrir las consecuencia que esto tiene para nuestra vida o con otras palabras, queremos preguntarnos: ¿ qué significa creer en Dios Padre, creer en Jesús, el Hijo, creer en el Espíritu Santo?. .Creemos en Dios Padre; Lo que nosotros y nosotras, como creyentes afirmamos, que la humanidad tiene como origen y como destino el amor, ha sido cuestionado por muchos para Jean Paul Sartre, un personaje famoso en Europa, no creyente, la vida del ser humano carece de todo sentido, dice literalmente: “el hombre está solo, arrojado en este mundo absurdo, prisionero de su propia libertad, abocado a la “nada” final” Mantuvo y propagandizó esta idea hasta poco tiempo antes de su muerte entonces, después de un intenso contacto con un amigo creyente, escribió en una revista esas palabras: “Yo no me siento como un polvo aparecido en el mundo, sino como un ser esperado, provocado, prefigurado, como un ser que no puede venir si no de un creador, y esta idea de mano creadora que me hubiera creado me remite hacia Dios ”Parece que al menos, al final de su vida se abrió al misterio de Dios y pudo descubrir que toda vida, si, tiene su origen y su destino en el amor creo en Dios es llevar la vida confiadamente, Dios es amor, está de por medio, todo saldrá bien Creemos en Jesús ,el Hijo José Antonio Pagola dice: “creer en Jesús es seguir a Jesús, conocerlo, creerle, sintonizar con él, aprender a vivir, siguiendo sus pasos mirar la vida como la miraba él; tratar a las personas como él las trataba él, sembrar signos de bondad y de libertad creadora como hacía él vivir haciendo la vida más humana así vive Dios cuando se encarna para un cristiano no hay otro modo de vivir más apasionante.” Creer en Jesús no puede manifestarse solo en actos de devoción, debe haber también una práctica, semejante a la práctica de él o dicho con más precisión: ambas cosas, devoción y práctica son importantes; aunque debemos estar siempre conscientes de que la práctica es lo decisivo
Creemos en el Espíritu Santo la sagrada escritura lo vincula bastante, al Espíritu Santo, con la iglesia y la historia y a nosotros nos anima a acompañarle a seguir haciendo iglesia, signo del reino y a seguir haciendo historia, de acuerdo a los designios de Dios le que se deja mover por el Espíritu Santo no se queda encerrado en su propio mundo ,más bien se hace miembro activo de la iglesia y militante de un mundo nuevo el actual Papa Francisco ,durante un retiro espiritual, como preparación para su ordenación sacerdotal escribió un credo personal tal vez encontramos en él, algo que nos puede inspirar… Quiero creer en Dios Padre, que me ama como un hijo, y en Jesús, el Señor, que me infundió su Espíritu para hacerme sonreír y llevarme así al Reino eterno de vida Creo en la iglesia Creo en la historia de mi vida, que fue traspasada por la mirada del amor de Dios, y que en el día de la primavera,21 de septiembre, me salió al encuentro para invitarme a seguirle Creo en mi dolor, infecundo, por el egoísmo, en el que me refugio Creo en la mezquindad de mi alma que busca tragar, sin dar…sin dar Creo que los demás son buenos y que debo amarlos sin temor y sin traicionarlos nunca, buscando una seguridad para mí Creo en la vida religiosa Creo que quiero amar mucho Creo en la muerte cotidiana, quemante, a la que huyo, pero que me sonríe invitándome a aceptarla Creo en la paciencia de Dios, acogedora, buena, como una noche de verano creo que papá está en el cielo, junto al Señor Creo que el Padre Duarte también está ahí, intercediendo por mi sacerdocio, Creo en María, Mi madre, que me ama y nunca me dejará solo Y espero en la sorpresa de cada día, en que se manifestará el amor, la fuerza, la traición y el pecado, que me acompañarán siempre hasta ese encuentro definitivo con ese rostro maravilloso que no sé cómo es, pero que quiero conocer y amar amén
Y para concluir: La Santísima Trinidad nos enseña a un Dios que no es solitario, sino que, al interior de Él, hay vida comunitaria de ahí podemos deducir la importancia de la vida comunitaria.
La pandemia y la tormenta tropical ponen de relieve ,que no nos puede faltar el sentido comunitario, y el deseo de solidarizarnos las circunstancias nos limitan bastante, pero lo poquito que podemos hacer, hagámoslo: siempre será importante informarnos de lo que día a día va sucediendo, sentir, como en carne propia, lo que a muchos hermanos y hermanas está pasando, pedirle a Dios fortaleza para los más afectados y afectadas, y realizar donde es posible pequeños gestos de solidaridad que estén a nuestro alcance.
Sigamos unidos, unidas, con la moral en alto, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Padre Rogelio Ponseele
Referencia