Andaban como ovejas sin pastor

De CEBES Perquín
Revisión del 15:44 21 mar 2022 de David (discusión | contribuciones)
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Fecha: Domingo 18 de julio de 2021.

Ciclo Litúrgico: Ciclo B – 16° Domingo del Tiempo Ordinario

Evangelio Según San Marcos (6, 30-34)

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.

Él les dijo:

«Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco». Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.

Se fueron en barca a solas a un lugar desierto.

Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.

Homilía

Hoy, nos toca un evangelio precioso que nos indica qué clase de hombre ha sido Jesús.

Los discípulos han vuelto de la misión. No aguantan por contar a Jesús todo lo que han vivido y todo lo que han podido hacer. Viendo que las condiciones para esto no se daban, pues, la gente venía e iba, ni tiempo había para comer, Jesús les ofrece ir a un lugar solitario para platicar y descansar. Y se fueron solos, en una barca a un lugar despoblado.

Resulta de qué mucha gente se dio cuenta y corriendo a este lugar despoblado, se adelantaron. Al desembarcar Jesús y los discípulos, tuvieron que atender aquella multitud de gente que ya les estaba esperando. Nada de plática, nada de descansar. Y dice el evangelio que Jesús se compadeció de la gente y se puso a enseñarle largamente. Hasta aquí, en breve, lo que el evangelio nos cuenta.

A simple vista, no es más que una anécdota. Sin embargo y que sea de una manera muy sencilla, la anécdota nos indica qué clase de hombre ha sido Jesús.

1. Un hombre muy atento a la gente cercana, a sus colaboradores. Les ofrece ir a un lugar solitario para platicar y descansar.

Valora que después de haber cumplido la misión, merecen un tiempo de descanso. Es gozoso para un creyente encontrarse con un Jesús que sabe comprender las necesidades más hondas del ser humano. Nos llena de alegría oír decir a Jesús, a sus discípulos, vámonos a un sitio tranquilo a descansar un poco.

Nuestra vida es cada vez más una vida agitada Y por consiguiente necesitamos periódicamente unos días de vacaciones, de descanso para ir reponiendo las energías gastadas y poder presentarnos de nuevo al trabajo con renovado ánimo.

Esto, lo que estamos planteando es importante pero no es todo. Hay un cansancio que no se debe solo a un desgaste físico, sino que proviene de nuestra tendencia a dar una importancia excesiva y desproporcionada a lo que nos va sucediendo. Es importante saber relativizar y poner en su justo lugar aquellas cosas que se van dando. En este sentido, debemos aprovechar el descanso como una oportunidad para meditar y conversar con la gente con quienes compartimos estos días. Es la manera de encontrar la paz interior que tanto necesitamos.

Otra fuente de cansancio es el aburrimiento y la rutina. Si no tenemos cuidado nuestra vida, con el tiempo, se vuelve mera rutina, las cosas pierden novedad, todo es igual, nada merece la pena, y hasta pueda suceder que la pareja que un día vivió enamorada hoy se aburre hasta en los momentos de mayor intimidad. El descanso es el momento oportuno para romper con la rutina y descubrir de nuevo la vida como el don más precioso que Dios nos ha dado, que hay que agradecer, disfrutar y compartir intensamente cada día.

Al decir esto recuerdo unas palabras del famoso actor de cine Charly Chaplin:

“La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe y baila y vive intensamente cada día de su vida, antes que el telón baje y la obra termine sin aplauso”.

Jesús no desprecia el descanso más bien nos invita a aprovechar al máximo estos sagrados momentos.

2. Jesús fue un hombre profundamente sensible y compasivo ante el sufrimiento de sus semejantes.

No pudo mirar a la gente sin sentir como en carne propia la situación deplorable en la que le tocaba vivir. Veía a la multitud como ovejas sin pastor.

Al decir esto, Jesús debe haberse recordado las denuncias del profeta Ezequiel respecto a los malos pastores, los que se preocupaban más de ellos mismos que de su rebaño:

-Se alimentan de leche, se visten con lana, sacrifican los animales gordos, pero no se preocupan de sus ovejas;

-No han reanimado a la oveja agotada, no se han preocupado de la oveja enferma, ni curado a la que estaba herida;

-No han traído de vuelta a la que estaba extraviada, ni buscado a la que estaba perdida;

- y a las que eran fuertes, las han conducido en base al terror.

Ay de ustedes pastores de Israel.

Jesús para nada cabe en esta categoría de pastores. Fue un pastor auténtico, movido por una profunda compasión hacia sus ovejas.

Para quienes a nivel de iglesia o a nivel de la sociedad nos han otorgado una tarea como pastor, es obligación de dejarnos cuestionar por las palabras de Ezequiel y el ejemplo de Jesús.

3. Jesús fue un hombre que vivía enteramente de cara a su misión.

Es emocionante como concluye esta pequeña historia. La gente se los adelantó a Jesús y sus discípulos y mi modo al llegar tenían que atenderles. Nada de descanso, y mucho menos hubo oportunidad de conversar tal como habían planificado.

Jesús no demuestra ninguna molestia; no intenta convencer a la multitud a que les dejaran un pequeño espacio para hacer lo que habían programado…dice el evangelio que Jesús se llenó de compasión pues los vio como ovejas sin pastor y se puso a enseñarles largamente.

Dice José Antonio Pagola:

“Mientras nosotros y nosotras nos entretenemos con grandes discusiones, mientras nos descalificamos mutuamente: hay entre nosotros muchas, muchísimas ovejas sin pastor.

Gente sola a la que nadie tiene tiempo de escuchar. Esposas y esposos que sufren impotentes y sin ayuda alguna el hundimiento de su amor. Jóvenes que abortan presionadas por el miedo y la inseguridad, sin el apoyo y la ayuda de nadie. Personas que sufren secretamente su incapacidad para salir de una vida indigna. Alejados que desean reavivar su fe y no saben a quién acudir…

¿Quién se acercará a esta gente sin pastor para darles el ánimo y la luz que necesitan para salir de su enredo y abrir un nuevo camino?”

Padre Rogelio Ponseele

Referencia