La pastoral adquiere mayor presencia
1982: En este año Miguel Ventura vuelve a Morazán, quiso estar con la gente que él había formado. El reencuentro fue emocionante.
Con la presencia de él, se pudo establecer un equipo para trabajar en toda la zona e impulsar una pastoral sistemática. Se definió diferentes esfuerzos: celebraciones de la palabra o misas, catequesis, grupos de reflexión, atención a las personas víctimas de la represión y apoyo a los proyectos colectivos. Otras tareas más puntuales eran: visitas a las personas heridas, funerales, participación en las transmisiones de la Radio Venceremos. Entre tanto la zona norte se había vuelto más estable, lo cual permitió un trabajo más planificado.
Yo asumí la responsabilidad de coordinar el trabajo que desarrollamos como CEBES en los cantones de Estancia y Calavera, fronterizos a Cacaopera y Corinto. Ahí atendíamos la celebración de la palabra, la formación de los equipos pastorales que dinamizaban el movimiento de madres cristianas, grupos de reflexión bíblica con las personas de las comunidades.
También nos pidieron desde la dirección guerrillera ser parte de los equipos de conducción de los campamentos, donde discutíamos la realidad política y militar de la zona, además de la situación de los compañeros y compañeras militantes que trabajaban y se movían en la zona.
Enseñábamos los cantos de las celebraciones para mantener un ambiente animado en estos espacios de alimentar la espiritualidad de la población de estos lugares.
Alimentamos con cartas y reflexiones escritas todo el trabajo que las CEBES desarrollaban en apoyo de la lucha y del esfuerzo de las comunidades en la zona norte de Morazán.