Tres Chozas.
Fecha: 05-08-2018.
Ciclo Litúrgico: Domingo 18º del Tiempo Ordinario - Ciclo B.
Temas: La transfiguración, obediencia, perseverancia.
Evangelio Según San Marcos.
En aquel tiempo Jesús tomó aparte a Pedro a Santiago y a Juan subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia sus vestiduras se pusieron esplendorosamente blancas con una gran blancura que nadie puede lograr sobre la Tierra, después se les aparecieron Elías y Moisés conversando con Jesús, entonces Pedro le dijo a Jesús maestro que Agusto estamos aquí hagamos tres chozas una para ti una para Moisés y otra para Elías en realidad no sabía lo que decía porque estaban asustados se formó entonces una nube que los cubrió con su sombra y de esta nube salió una voz que decía Este es mi hijo amado escúchenlo en ese momento miraron alrededor y no vieron a nadie si no a Jesús que estaba solo con ellos, Cuando bajaban de la montaña Jesús los mando que no contaran a nadie lo que habían visto.
Resumen:
Tuvimos una pequeña reflexión.
Quisiera resaltar una de las reflexiones que hicimos. S. pedro ,presenciando este acto litúrgico en el monte Tabor, quiso perpetuar este momento. No, la vida cristiana no es solo liturgia, ir de misa en misa, sino que de aquí vamos al hogar, vamos a la comunidad y al pueblo a servir, y a cumplir cabalmente con nuestros compromisos.
Homilía
Queridos hermanos y hermanas: este relato de la transfiguración debemos ubicarlo en su contexto. Hay una profunda desmoralización entre los discípulos, por dos razones. En primer lugar porque la gente que seguía a Jesús en gran número, se va retirando y los discípulos temen que algún día quedarán solos. Esto no deja de afectar.
En segundo lugar, cada vez se nota más que las autoridades quieren acabar con Jesús. Les estorba bastante. Y si acaban con él, qué pasará con ellos. Se llenan de angustia, parecía que todo se iba encaminando hacia el fracaso. Es entonces, cuando Jesús se lleva consigo a Juan, Pedro y Santiago a un monte. Algunos evangelistas dicen que fue el monte Tabor. Ahí suceden una serie de cosas.
Jesús se transfigura, se presenta como el ya glorificado, el ya resucitado.
Después, el relato coloca a la par de Jesús, al profeta Elías y a Moisés. El Profeta Elías era el profeta más querido por el pueblo. Y había igualmente mucho aprecio a Moisés, pues, él se puso delante de su pueblo para guiarlo a la tierra prometida. Colocando estos dos a la par de Jesús, el evangelista tiene el propósito de ubicar a Jesús, en lo mejor de la tradición judía.
Después hay una reacción de parte de San Pedro. San pedro debe haber sido bastante impulsivo, muchas veces es el que sale adelante, el que responde en nombre de todos. Y dice pedro, no sabiendo lo que estaba diciendo: aquí estamos a gusto, debemos levantar tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Pedro quiso perpetuar este momento, que podemos considerar como un momento litúrgico. Algo así como nosotros quisiéramos perpetuar la misa, ir de misa en misa, y olvidarnos de poner en práctica, a lo largo de la semana, lo que ha sido nuestra reflexión dominical. El propósito de Pedro no encuentra eco en Jesús. Ya luego bajarán del monte para reintegrarse a la caminata, junto a Jesús y los demás discípulos.
A continuación una nube envuelve a todos. Y de la nube se escucha la voz de Dios: ”Este es mi hijo amado, escúchenlo” Atendiendo esas palabras, nosotros decimos que Jesús debe ser nuestro Señor, el único que debe mandar en nuestra vida, el único a quien debemos hacer caso. O decimos que Jesús debe ser el referente principal en nuestra vida. Al final Jesús y sus discípulos, de nuevo, se encuentran solos. Bajan del monte para reintegrarse a la caminata. Faltaba que caminar todavía un buen trecho.
Queridos hermanos y hermanas: el momento más importante, evidentemente ha sido el momento de la transfiguración: Jesús se presenta como el ya glorificado, como el ya resucitado, por consiguiente, el mensaje que Jesús transmite, transfigurándose, es un mensaje muy oportuno, es una respuesta a la desmoralización. Jesús está diciendo: más allá de la cruz estará la resurrección y más allá de la muerte estará la vida. Esta caminata que juntos vamos haciendo tendrá un desenlace feliz. No es verdad que todo se está encaminando hacia un fracaso. Cuando entonces los discípulos bajan del monte se reintegran, con un ánimo renovado, dispuestos a enfrentar cualquier situación.
Queridos hermanos y hermanas: este el mensaje principal del Evangelio de hoy, de este día en que estamos celebrando, en honor al Divino Salvador del mundo: ”la vida tiene un desenlace feliz”. Esto es lo que decía, una y otra vez, Monseñor Romero: no nos encaminamos, decía, hacia la muerte, sino, hacia la vida. Debemos seguir caminando, manteniendo el ánimo, manteniendo la fe y manteniendo la esperanza, a pesar de todo y así perseverar en el camino que nos toca recorrer como verdaderos cristianos.