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Fecha: 19-04-2020.

Ciclo Litúrgico: Domingo 2º de Pascua - Ciclo A.

Temas: La creencia, La fe, El intercambio de lugares.

Evangelio según san Juan (20, 19-3).

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en Medio y les dijo: «Paz a vosotros». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos». Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo». A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros». Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto». Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.  

Homilía

1. Releyendo e interpretando la lectura a la lectura cuenta una de las tantas apariciones de Jesús resucitado a los discípulos(as), una de las tantas experiencias que, al final, convencieron a ellos y ellas, que Jesús no había muerto, que estaba vivo, que había resucitado. Los discípulos(as) que se habían dado a la fuga, después de los trágicos sucesos, ya se habían reagrupado, estaban reunidos en una casa, a puertas cerradas, por miedo a los judíos comprensible pues si esto habían hecho con Jesús, que es lo que no podrían hacer, con ellos. Jesús entró y se colocó en medio de ellos y ellas, enseñó sus manos y el costado y dijo paz a ustedes los discípulos (as) se llenaron de alegría. Sus heridas eran su carta de presentación Jesús quiso dejar claro que no era otro que estaban viendo, sino el mismo que murió en la cruz la presencia de Jesús despierta en ellos y ellas paz y alegría, dos sentimientos que deben prevalecer en la vida de un cristiano.

a. A continuación San Juan introduce a su evangelio el acontecimiento pentecostal Jesús exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:” Reciban el Espíritu Santo” el evangelio relaciona el don del Espíritu Santo con el perdón la misión, a la cual Jesús los envía tendrá que incluir como exigencia la capacidad de pedir perdón y de perdonar.

b. La lectura hace ver que no estaba el apóstol Tomás el único que había salido tal vez se había ofrecido para cubrir, afuera, algunas diligencias necesarias al regresar le cuentan lo sucedido o más se niega a creer él tiene bien presente a Jesús muriéndose, clavado en la cruz. Como podría entonces creer semejante historia sobre un Jesús resucitado se vuelve, hasta un tanto prepotente, al decir: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo”.

c. Ocho días después, Jesús de nuevo aparece, ante los y las discípulos; ahora si estaba presente el apóstol Tomás Jesús le ofrece la oportunidad de tocar sus heridas y le invita a creer: no seas incrédulo, sino creyente. Sin haber tocado las heridas, Tomás se da por vencido y exclama: Señor mío y Dios mío” Jesús hace un elogio a quienes, a lo largo de la historia, sin haber tenido esta experiencia, que, si los discípulos y discípulas han tenido, creen en él.

d. Esta historia que Juan nos ha relatado hoy, tiene como fin, despertar la fe en nosotros y teniendo fe, tengamos vida en su nombre.

2.El Jesús de las heridas y Tomás el incrédulo.

a. Jesús se presenta a los discípulos tal como es: con su cuerpo resucitado y las cicatrices de las heridas en sus manos y en el costado así tenemos que presentarnos siempre, tal como somos, con nuestras virtudes y nuestras fragilidades en este sentido quisiera compartir con ustedes el testimonio de un sacerdote belga.”  

“Hace unos años me dieron como regalo, una imagen de piedra que presentaba dos figuras, una alta y una pequeña y la figura alta abrazaba a la figura pequeña, como dándole protección el que me regalaba esta imagen quiso evitar que fuera yo interpretándola de manera equivocada, me sopló en el oído, que yo, a veces era como la figura alta que brindaba protección, pero que yo también a veces, más parecía a la figura pequeña necesitando yo mismo cuidado y protección. Yo era entonces las dos cosas, a veces el protector y a veces el protegido no podía dejar de reconocer esto el regalo, lo guardo en mi casa lo cuido con mucho esmero me lo regalaron cuando una muchacha de doce años murió en el hospital yo había acompañado a la muchacha y a la familia en estos días difíciles hace poco he hecho uso de esta imagen en una celebración litúrgica con gente cercana he dicho, más o menos, lo siguiente:

Siempre somos una cosa y a la vez la otra un cazador es, a veces ,en otras circunstancias, como un animal perseguido, que temblando, corre, para escapar al peligro; el que va adelante, como guía, en otro momento, no es más que un seguidor; un médico también se enferma y necesita asistencia; en la vida de un creyente, por muy firme que sea, no faltan las dudas; el que unge las heridas de otro, tiene también sus propias heridas; Un experto no siempre acierta, también se equivoca; es saludable que un jefe se deja ,a veces ,guiar por otros; el que consuela, también llora; un docente se vuelve ,a menudo, un alumno; un enfermero no deja de necesitar también cuidado; a un dirigente de una orquesta sinfónica, a veces, le toca participar como cualquier miembro de la orquesta; el que se acostumbra a rezar, tiene momentos en que todo lo maldice; un vivo llega a ser un moribundo(dice viernes santo);y un moribundo comienza una vida para siempre( dice la pascua) no es que no estamos conscientes de esto, pero sin quererlo tendemos a identificarnos con la figura alta y ocultamos aquellas cosas que nos identifican con la figura pequeña lástima. Pues… No proyectaría, el padre, frente a los hijos e hijas ,una mejor imagen, si ellos y ellas podrían darse cuenta ,algunas veces, de su lado débil; no sería el médico un mejor médico si ,frente al enfermo, no tendría que ocultar siempre su propio estado de salud; no sería la palabra de un sacerdote o religioso más creíble si no se sintiera obligado a callar, frente a quienes le escuchan, sus propias dudas e impotencia; no sería la iglesia más fácilmente acogida, dejando a un lado toda prepotencia y reconociendo sus fragilidades; si yo me abstuviera a callar tanto a la figura pequeña en mí, no estaría en mejores condiciones, para llevar una vida más transparente, con y para quienes me rodean Jesús no oculta nada ,se presenta tal como es ahí hay un reto para cada uno y cada una de nosotros.

b. Tomás, el incrédulo.

Por otro lado a veces tendemos a enfatizar en lo negativo que señala el evangelio, acerca del apóstol Tomás: el que no estaba cuando Jesús apareció a sus colegas, andaba en la calle; el que rechazó así no más, el testimonio de sus hermanos y hermanas; el que persistió en esta actitud incrédula durante ocho días; el que dijo con mucha jactancia: “si no puedo tocar las heridas, no creo”

No es extraño que la tradición cristiana le ha puesto como apodo, el incrédulo la tendencia a enfatizar en lo negativo, su prepotencia, su incredulidad, su lentitud para dar el paso, se debe a que en todo ello reconocemos a nosotros mismos nosotros somos, a veces, igual como el apóstol Tomás lo positivo en la figura de Tomás está en que finalmente llega a creer, ahora, sin vacilaciones algunas hay en esto un mensaje muy importante para nosotros está claro, LA FE ES UNA CONQUISTA MÁS ALLÁ DE LAS DUDAS y posteriormente se va experimentando la veracidad de la misma en la práctica permanente El testimonio del apóstol Tomás es clave para todo cristiano(a).

Conclusión: el viernes santo no se entiende sin la pascua y viceversa ahora que estamos atravesando una situación muy difícil(viernes santo),no dudemos que vendrán otros tiempos(la pascua) “Después de tres días resucitaré, predijo Jesús(Mt.9,31),Nosotros también, después de estos días que esperamos que sean cortos, nos levantaremos y saldremos de las tumbas de nuestros hogares, no para volver a la vida anterior como Lázaro, sino a una vida nueva, como Jesús una vida más fraterna, más humana, más cristiana.”(conclusión homilía pronunciada en la celebración de viernes santo, en el vaticano).  

Padre Rogelio Ponseele

Referencia