Creemos en Dios Padre.Dios es amor,y como tal representa el origen y el destino de toda vida.Todo lo que no es amor nos aparta de nuestro origen y nuestro destino.En este sentido,podemos afirmar una vez más lo fundamental que es la práctica del amor.Debemos amarnos unos a otros.De acuerdo a lo que dice Mt.25,haciendo referencia al juicio final:seremos juzgados sobre el amor que hayamos tenido o no a nuestros hermanos y hermanas y sobre la capacidad que hayamos tenido o no de crear un mundo más fraterno.El juicio final es como un examen final.Es decisivo…
[[Archivo:Trinidad-C.jpg|miniaturadeimagen|La venida del Espíritu '''<big>san Juan 16, 12-15</big>'''|alt=|derecha|sinmarco]]
En segundo lugar nosotros creemos en Jesús,El es el Hijo de Dios, vino al mundo para compartir nuestras angustias, nuestras luchas y nuestras esperanzas. De esta manera Jesús se convierte en el referente principal para todos nosotros. Vivir a plenitud es vivir como Jesús vivió: con la misma pasión por la verdad y por la justicia ;con el mismo amor predilecto a los más pequeños; con la misma perseverancia, haciendo el bien, aún en situaciones muy adversas, con la misma disposición de dar la vida, para que otros tuvieran vida y vida abundante y con esa misma profunda confianza en Dios Padre que no nos defraudará nunca.