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Biografía

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Sacerdote Salvadoreño asesinado junto a cuatro estudiantes y Catequistas Laicos: Ángel Morales, David Caballero, Jorge Alberto Gómez y Roberto Alberto Orellana, el 20 de enero de 1979 por los militares que los acribillaron a balazos, mientras celebraban un encuentro espiritual en la casa de retiros «El Despertar», ubicada en San Antonio Abad.

Síntesis biográfica

Se desempeñaba como párroco de la iglesia " San Francisco de Asís", en México, y también realizaba trabajo de evangelización en comunidades de San Antonio Abad. Su dedicación especial era el trabajo con los jóvenes obreros. Acostumbraba darles momentos especiales de formación en casas de retiros. En la madrugada del día 20 de enero de 1979 el ejército y otros grupos paramilitares invadieron el local en donde estaba dando un retiro y mataron al padre, así como a otros 4 jóvenes.

Un tanque pasó por encima de la cabeza del sacerdote, destruyéndole completamente el rostro. El Obispo Romero, en la misa de los funerales, subrayó este hecho diciendo: "El padre Octavio murió con el rostro destrozado. En la funeraria trataron de arreglarlo, pero no pudieron dejarlo como era antes. Octavio ya se transformó porque ofreció su rostro por Cristo".

Asesinato

Los militares que los acribillaron a balazos pertenecían a la Guardia Nacional y la Policía Nacional, cuerpos de seguridad del Estado eliminados con los acuerdos de Paz. Después de la masacre fotografiaron a los cadáveres con las armas de los militares para hacer creer a la opinión pública que era un grupo guerrillero. Monseñor Romero denunció el asesinato y acusó al régimen en el poder de dichos asesinatos.

Testimonio de uno de los sobrevivientes de la masacre

"... este día, a las seis horas de la mañana, cuando me encontraba durmiendo..." Durmiendo, tengan en cuenta todos estos detalles, era una convivencia de jóvenes de iniciación cristiana, no eran hombres armados para defenderse, estaban durmiendo. "... en el local que ocupa la casa de retiros para grupos cristianos denominada 'El Despertar'..." El que no conozca esta casa, lo invito a conocerla para que vea que no tiene el aspecto de un cuartel, ni tiene las intenciones de fomentar allí guerrilleros, sino que desde hace muchos años viene sirviendo para promover grupos de cristianos con criterios de evangelio, que naturalmente son criterios muy peligrosos en nuestro tiempo. "...propiedad del Arzobispo de San Salvador, situada en San Antonio Abad, de este departamento..."

Sigue el testigo diciendo "...se introdujeron de forma violenta muchos miembros uniformados de la Guardia y Policía Nacional, quienes ingresaron al local referido disparando sus armas. En ese acto un vehículo grande de color verde, de los que denominan tanquetas militares junto a un vehículo jeep militar entraron violentamente al centro de retiros cristianos, ubicándose en el patio central.

En este centro me encontraba -dice el testigo- dirigiendo, junto con el P. Octavio Ortíz Luna, sacerdote católico y diez jóvenes más un encuentro de iniciación cristiana para veintiocho jóvenes varones, cuyas edades oscilan entre los doce y veinte años. Que este lugar se destina para formación cristiana exclusivamente, y no se han propiciado en ese lugar otro tipo de reuniones en las que se conspire contra el Estado, como tampoco que en estas reuniones se sustenten doctrinas anárquicas contrarias al orden público.

Que en este cursillo denominado 'Encuentro de Iniciación Cristiana para jóvenes', y el cual había sido iniciado el día viernes diecinueve de los corrientes a las diecisiete horas, se utilizaron libros de cancioneros católicos, y los instrumentos que ahí se encontraban eran de tipo musical, como guitarras, no existiendo en poder de ninguno de los participantes en dicho encuentro cristiano armas de ninguna clase.

Antes de ser capturado por miembros uniformados de la Policía Nacional, pude ver que exactamente enfrente de las oficinas, a la entrada de éstas y casi en la entrada principal se encontraba en el suelo, encima de un 'charco' de sangre el sacerdote Octavio Ortiz, que sangraba de la cabeza. Los Agentes de la Policía me trasladaron juntamente con una dirigente del equipo de formación cristiana, en un radio-patrulla hacia el cuartel central de la Guardia Nacional, en donde nos interrogaron y donde manifesté todo lo dicho hasta este momento en el presente documento.

Fuentes