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Cambios

1 byte añadido ,  03:25 24 may 2020
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''Cuando llegamos me tocó hacer milpa porque no teníamos ningún medio de vida, y ya no teníamos la ayuda internacional. Hicimos una champita en Los Quebrachos y cerca hacíamos la milpa. Vivíamos con muy poco, hasta que se firmaron los acuerdos de paz, y volvieron mi hijos. Se desmovilizaron y con la tierra que les dieron ya construimos acá, en Jocoatique, y ahora todos vivimos en este lugar, cerca unos de otros. Lo que sentí es que mi esposo ya no estaba conmigo, aunque al menos mis hijos sobrevivieron, y eso me ayudó a llevar su muerte. Yo tuve también una infancia difícil, me quedé huérfana con 8 años. Mi mamá murió de un parto. Yo fui la mayor de cuatro hermanos y me tenía que levantar a la 1 de la madrugada a moler, limpiar, costurar, y después me iba de noche sola a la milpa a llevar comida a todos los mozos. Mis hermanos hacían milpa y yo les hacía la comida. Yo no tuve infancia, aunque a veces me juntaba con otras niñas del Caserío y entonces tenía oportunidad de jugar. Mi abuela me enseñó el oficio, ella cuidó a toda mi familia, y cuando me acompañé me fui de la casa se quedó con ella Silvia, mi hija mayor, que tendría como 8 años. Silvia se quería venir conmigo,pero no podíamos dejar sola a la abuela. A Silvia le tocó pesado como a mí, tenía que hacer el oficio. Yo, a pesar de todo, pude aprender a leer cuando ya era más mayor. Yo estoy bien, mis hijos me ayudan, uno de mis nietos vive conmigo, tengo algunos problemas de salud, y tengo dolores, pero tengo un buen médico y he mejorado bastante. Yo creo que la guerra no cambió nada para los pobres, seguimos igual, tan pobres como antes. Lo que mejoró fue que las mujeres tienen más derechos que antes de la guerra. Y se logró que la izquierda llegase al gobierno.''
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