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Cambios

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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''A un Viejo y distinguido señorAmor eterno'''</div>
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Te he visto, por Podrá nublarse el parque sol eternamente; <br />ceniciento <br />que los poetas aman <br />para llorar, como una noble <br />sombra <br />vagar, envuelto Podrá secarse en tu levita larga. un instante el mar; <br />El talante cortés, ha tantos años <br />compuesto Podrá romperse el eje de una fiesta en la tierra <br />antesala, Como un débil cristal. <br />?¡qué bien tus pobres huesos <br />ceremoniosos guardan¡todo sucederá!? <br />Yo te he visto, aspirando distraído, Podrá la muerte <br />Cubrirme con el aliento que la tierra exhala su fúnebre crespón; <br />?hoy, tibia tarde Pero jamás en que las <br />mustias hojas <br />húmedo viento arranca?, <br />del eucalipto verde mí podrá apagarse <br />el frescor La llama de las hojas perfumadas. <br />Y te he visto llevar la seca mano <br />a la perla que brilla en tu corbataamor.
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''A un olmo secoRima I'''</div>
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Al olmo viejo, hendido por el rayo Yo sé un himno gigante y extraño <br />y que anuncia en su mitad podridola noche del alma una aurora, <br />con las lluvias de abril y el sol estas páginas son de mayo <br />algunas hojas verdes le han salido. <br />¡El olmo centenario en la colina ese himno <br />cadencias que lame el Duero! Un musgo amarillento aire dilata en las sombras. <br />le mancha la corteza blanquecina <br />al tronco carcomido y polvoriento. <br />No seráYo quisiera escribirle, cual los álamos cantores del hombre <br />que guardan domando el camino y la riberarebelde, mezquino idioma, <br />habitado de pardos ruiseñores. con palabras que fuesen a un tiempo <br />Ejército de hormigas en hilera <br />va trepando por élsuspiros y risas, colores y en sus entrañas <br />urden sus telas grises las arañasnotas. <br />Antes que te derribe, olmo del Duero, <br />con su hacha el leñador, y el carpintero <br />te convierta Pero en melena de campanavano es luchar, que no hay cifra <br />lanza de carro o yugo capaz de carretaencerrarle; y apenas, <br />antes que rojo en el hogar¡oh, mañanahermosa!, <br />ardas si, teniendo en alguna mísera caseta, <br />al borde de un camino; <br />antes que te descuaje un torbellino <br />y tronche el soplo de mis manos las sierras blancas; <br />antes que el río hasta la mar te empuje <br />por valles y barrancastuyas, <br />olmopudiera, quiero anotar en mi cartera <br />la gracia de tu rama verdecida. <br />Mi corazón espera <br />tambiénal oído, hacia la luz y hacia la vida, <br />otro milagro de la primaveracantártelo a solas.
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''A Miguel de UnamunoRima II'''</div>
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Este donquijotesco Saeta que voladora <br />don Miguel de Unamunocruza, fuerte vascoarrojada al azar, <br />lleva el arnés grotesco <br />y el irrisorio casco que no se sabe dónde <br />del buen manchegotemblando se clavará. Don Miguel camina, <br />jinete de quimérica montura, <br />metiendo espuela de oro a su locura, <br />sin miedo de la lengua Hoja que malsina. del árbol seca <br />A un pueblo de arrierosarrebata el vendaval, <br />lechuzos y tahúres y logreros sin que nadie acierte el surco <br />dicta lecciones de Caballeríadonde al polvo volverá. <br />Y el alma desalmada de su raza, <br /> Gigante ola que bajo el golpe de su férrea maza viento <br />aún durmeriza y empuja en el mar, puede que despierte un día. <br />Quiere enseñar el ceño de la duday rueda y pasa, y se ignora <br />antes de que cabalgue, el caballero; qué playa buscando va.<br />cual nuevo Hamlet, a mirar desnuda <br />cerca del corazón la hoja de acero. Luz que en cercos temblorosos <br />Tiene el aliento de una estirpe fuerte brilla, próxima a expirar, <br />y que soñó más allá no se sabe de sus hogares, ellos <br />y que cuál el oro buscó tras de los maresúltimo será. <br />Él señala la gloria tras la muerte. <br />Quiere ser fundadorEso soy yo, y dice: Creo; que al acaso <br />Dios y adelante cruzo el ánima española... mundo sin pensar <br />Y es tan bueno y mejor que fue Loyola: de dónde vengo ni a dónde <br />sabe a Jesús y escupe al fariseomis pasos me llevarán.
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''A un naranjo y limoneroRima III'''</div>
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Naranjo en maceta, ¡qué triste es tu suerte! Besa el aura que gime blandamente <br />Medrosas tiritan tus hojas menguadas. las leves ondas que jugando riza; <br />Naranjo el sol besa a la nube en la corte, ¡qué pena da verte con occidente <br />tus naranjitas secas y arrugadas!. <br />Pobre limonero de fruto amarillo cual <br />pomo pulido de pálida cera, ¡qué pena <br />mirarte, mísero arbolillo criado en <br />mezquino tonel de madera! De los claros <br />bosques de púrpura y oro la Andalucía, ¿quién os trajo a <br />esta castellana tierra que barren los vientos matiza; <br />de la adusta sierra, hijos de los campos de <br />la tierra mía? ¡Gloria de los huertos, árbol <br />limonero, que enciendes los frutos de <br />pálido oro, y alumbras llama en derredor del negro cipresal tronco ardiente <br />austero <br />las quietas plegarias erguidas en coropor besar a otra llama se desliza; y <br />fresco naranjo del patio querido, del campo <br />risueño y hasta el huerto soñadosauce, inclinándose a su peso, siempre en mi <br />recuerdo maduro o florido <br />de frondas y aromas y frutos cargado!al río que le besa, vuelve un beso.
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''A orillas del DueroRima IV'''</div>
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Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día. YoNo digáis que, soloagotado su tesoro, <br />por las quiebras del pedregal subíade asuntos falta, buscando los recodos enmudeció la lira; <br />podrá no haber poetas; pero siempre <br />de sombra, lentamentehabrá poesía. A trechos me paraba para enjugar <br /><br /> mi frente y dar algún respiro Mientras las ondas de la luz al pecho jadeante; o bienbeso <br />palpiten encendidas, <br />ahincando mientras el paso, el cuerpo hacia adelante y hacia la sol las desgarradas nubes <br />mano diestra vencido de fuego y apoyado en un bastónoro vista, a guisa de <br />pastoril cayado, mientras el aire en su regazo lleve <br />trepaba por los cerros que habitan las rapaces aves de perfumes y armonías, <br />alturamientras haya en el mundo primavera, hollando las hierbas montaraces de fuerte olor <br />?romero, tomillo, salvia, espliego?. Sobre los agrios ¡habrá poesía! <br /><br />campos caía un sol de fuego. Un buitre de anchas alas Mientras la ciencia a descubrir no alcance <br />con majestuoso vuelo cruzaba solitario el puro azul del las fuentes de la vida, <br />y en el mar o en el cielo. Yo divisaba, lejos, haya un monte alto y agudo, y una abismo <br />redonda loma cual recamado escudoque al cálculo resista, y cárdenos alcores <br />sobre mientras la parda tierra humanidad siempre avanzando <br />?harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra?no sepa a dó camina, <br />las serrezuelas calvas por donde tuerce mientras haya un misterio para el Duero para hombre, <br />formar la corva ballesta de un arquero en torno a Soria. ¡habrá poesía! <br /><br />?Soria es una barbacana, hacia AragónMientras se sienta que se ríe el alma, <br />sin que tiene la torre los labios rían; <br />castellana?. Veía mientras se llore, sin que el horizonte cerrado por colinas oscuras, llanto acuda <br />coronadas de robles y de encinasa nublar la pupila; desnudos peñascales, <br />algún humilde prado donde mientras el merino pace corazón y el toro, la cabeza <br />arrodillado sobre la hierbabatallando prosigan, rumia; las márgenes de río <br />lucir sus verdes álamos al claro sol de estío, mientras haya esperanzas yrecuerdos, <br />silenciosamente, lejanos pasajeros, ¡tan diminutos¡habrá poesía! <br /><br />?carrosMientras haya unos ojos que reflejen <br />los ojos que los miran, jinetes y arrieros?, cruzar <br />mientras responda el largo puentelabio suspirando <br />al labio que suspira, y bajo <br />las arcadas de piedra ensombrecerse las aguas plateadas mientras sentirse puedan en un beso <br />del Duero. El Duero cruza el corazón de roble de Iberia y dos almas confundidas, <br />de Castilla.mientras exista una mujer hermosa, <br />¡habrá poesía!</div></div><br /div>
¡Oh, tierra triste y noble, la de los altos llanos y yermos <br div class="column"><div class="NavFrame"><div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''Rima V'''</div>y roquedas, de campos sin arados, regatos ni arboledas<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center; ">Sacudimiento extraño <br />decrépitas ciudadesque agita las ideas, caminos sin mesones, y atónitos <br />palurdos sin danzas ni canciones como huracán que aún van, empuja <br />abandonando el mortecino hogar, como tus largos ríos, las olas en tropel. <br />Castilla, hacia la mar! Castilla miserable, ayer Murmullo que en el alma <br />dominadora, envuelta en sus andrajos desprecia cuanto se eleva y va creciendo como volcán que sordo <br />ignoraanuncia que va a arder. ¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada <br />recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada? Todo se Deformes siluetas <br />mueve, fluye, discurre, corre o girade seres imposibles; cambian la mar y el <br />monte y el ojo paisajes que los mira. ¿Pasó? Sobre sus campos aparecen <br />aún el fantasma yerta como al través de un pueblo tul. <br />Colores que ponía a Dios fundiéndose <br />remedan en el aire <br />los átomos del iris <br />sobre que nadan en la guerraluz. La madre en otro tiempo fecunda en <br />capitanesIdeas sin palabras, madrastra es hoy apenas de humildes <br />ganapanespalabras sin sentido; <br />cadencias que no tienen <br />ni ritmo ni compás. Castilla <br />Memorias y deseos <br />de cosas que no es aquella tan generosa un día, existen; <br />cuando Mío Cid Rodrigo el accesos de Vivar volvíaalegría, ufano <br />impulsos de su llorar. <br />nueva fortuna, y su opulencia, a regalar a Alfonso los Actividad nerviosa <br />huertos de Valenciaque no halla en qué emplearse; o <br />sin riendas quele guíen, tras la aventura <br />caballo volador. <br />Locura que acreditó el espíritu <br />sus bríosexalta y desfallece, pedía la conquista de los inmensos ríos <br />indianos a embriaguez divina <br />del genio creador... <br />Tal es la corte, la madre de soldados, guerreros y inspiración. <br />adalides Gigante voz que han de tornar, cargados de plata y oro, a el caos <br />España, ordena en regios galeones, para la presa cuervos, para el cerebro <br />y entre las sombras hace <br />la lid leonesluz aparecer. <br />Filósofos nutridos Brillante rienda de sopa oro <br />que poderosa enfrena <br />de convento contemplan la exaltada mente <br />impasibles el amplio firmamentovolador corcel. <br />Hilo de luz que en haces <br />los pensamientos ata; <br />sol que las nubes rompe <br />y si les llega toca en el zenít. <br />sueños, como Inteligente mano <br />que en un rumor distante, clamor collar de mercaderes perlas consigue las indóciles <br />palabras reunir. Armonioso ritmo que con <br />cadencia y número las fugitivas notas encierra en <br />el compás. Cincel que el bloque muerde la estatua <br />de muelles de Levantemodelando, no acudirán siquiera y la belleza plástica añade a preguntar la ideal. <br />¿qué pasa? Y ya la guerra ha abierto Atmósfera en que giran con orden las puertas de ideas, cual <br />átomos que agrupa recóndita atracción. Raudal en <br />cuyas ondas su sed la fiebre apaga, oasis que al <br />casaespíritu devuelve su vigor... Tal es nuestra razón. Castilla miserable, ayer dominadora<br />Con ambas siempre en lucha y de ambas <br />vencedor, tan sólo al genio es dado a un yugo atar <br />envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignoralas dos.
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