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555 bytes añadidos ,  13:59 12 abr 2021
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''Alhambra'''</div>
<div class="NavContent" style="display: none;">Grata la voz del agua <br/>a quien abrumaron negras arenas, <br/>grato a la mano cóncava <br/>el mármol circular de la columna, <br/>gratos los finos laberintos del agua <br/>entre los limoneros, <br/>grata la música del zéjel, <br/>grato el amor y grata la plegaria <br/>dirigida a un Dios que está solo, <br/>grato el jazmín. <br/>Vano el alfanje <br/>ante las largas lanzas de los <br/>muchos, <br/>vano ser el mejor. <br/>Grato sentir o presentir, rey <br/>doliente, <br/>que tus dulzuras son adioses, <br/>que te será negada la llave, <br/>que la cruz del infiel borrará la <br/>luna, <br/>que la tarde que miras es la <br/>última.</div>
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''Alguíen'''</div>
<div class="NavContent" style="display: none;">Un hombre trabajado por el tiempo, <br/>un hombre que ni siquiera espera la <br/>muerte (las pruebas de la muerte son <br/>estadísticas y nadie hay que no corra el <br/>albur de ser el primer inmortal), un <br/>hombre que ha aprendido a agradecer <br/>las modestas limosnas de los días: el <br/>sueño, la rutina, el sabor del agua, una <br/>no sospechada etimología, un verso <br/>latino o sajón, la memoria de una mujer <br/>que lo ha abandonado hace ya tantos <br/>años que hoy puede recordarla sin <br/>amargura, un hombre que no ignora que <br/>el presente ya es el porvenir y el olvido, <br/>un hombre que ha sido desleal y con el <br/>que fueron desleales, puede sentir de <br/>pronto, al cruzar la calle, una <br/>misteriosa felicidad que no viene del <br/>lado de la esperanza sino de una <br/>antigua inocencia, de su propia raíz o de <br/>un dios disperso. Sabe que no debe <br/>mirarla de cerca, porque hay razones <br/>más terribles que tigres que le <br/>demostrarán su obligación de ser un <br/>desdichado, pero humildemente recibe <br/>esa felicidad, esa ráfaga. Quizá en la <br/>muerte para siempre seremos, cuando el <br/>polvo sea polvo, esa indescifrable raíz, de <br/>la cual para siempre crecerá, ecuánime <br/>o atroz, nuestro solitario cielo infierno.</div>
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;>'''Antelación del amor'''</div>
<div class="NavContent" style="display: none;">Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta <br/>ni la privanza de tu cuerpo, aún misterioso y tácito y de niña, <br/>ni la sucesión de tu vida situándose en palabras o acallamiento <br/>serán favor tan persuasivo de ideas <br/>como el mirar tu sueño implicado <br/>en la vigilia de mis ávidos brazos. <br/>Virgen milagrosamente otra vez por la virtud <br/>absolutoria del sueño, <br/>quieta y resplandeciente como una dicha en la <br/>selección del recuerdo, <br/>me darás esa orilla de tu vida que tú misma no tienes, <br/>Arrojado a la quietud <br/>divisaré esa playa última de tu ser <br/>y te veré por vez primera quizás como Dios ha de verte, <br/>desbaratada la ficción del Tiempo <br/>sin el amor, sin mí.</div>
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;>'''Arte Poético'''</div>
<div class="NavContent" style="display: none;">Mirar el río hecho de tiempo y agua <br/>y recordar que el tiempo es otro río, <br/>saber que nos perdemos como el río <br/>y que los rostros pasan como el agua. <br/>Sentir que la vigilia es otro sueño <br/>que sueña no soñar y que la muerte <br/>que teme nuestra carne es esa muerte <br/>de cada noche, que se llama sueño. <br/>Ver en el día o en el año un símbolo <br/>de los días del hombre y de sus años, <br/>convertir el ultraje de los años <br/>en una música, un rumor y un símbolo, <br/>ver en la muerte el sueño, en el ocaso <br/>un triste oro, tal es la poesía <br/>que es inmortal y pobre. La poesía <br/>vuelve como la aurora y el ocaso. <br/>A veces en las tardes una cara <br/>nos mira desde el fondo de un espejo; <br/>el arte debe ser como ese espejo <br/>que nos revela nuestra propia cara. <br/>Cuentan que Ulises, harto de prodigios, <br/>lloró de amor al divisar su Itaca <br/>verde y humilde. El arte es esa Itaca <br/>de verde eternidad, no de prodigios. <br/>También es como el río interminable <br/>que pasa y queda y es cristal de un mismo <br/>Heráclito inconstante, que es el mismo <br/>y es otro, como el río interminable.</div>
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