Tras varios días de cuidados médicos, alimentación y baños, la misteriosa mujer del río Sapo se fue transformando en una hermosa muchacha de unos 24 años. Ahora con su cabello limpio, cuidado, sedoso y muy bien peinado, dejando ver su rostro trigueño de ojos claros, nariz recta y una boca bonita. Su cuerpo era parecido al de las mujeres campesinas originarias de la zona de Arambala. Pechos generosos, tobillos gruesos y caderas grandes. Cuando por fin comenzó a hablar de manera normal, ella relató que en diciembre de 1981 los soldados de la fuerza armada hicieron una matazón de gente en el Mozote, Los Toriles, La Joya y otros caseríos cercano. Ella, al ver la sangre de niños, mujeres y hombres solo pudo correr, huyó despavorida y se refugió en las orillas del río Sapo. Pasó unos tres años huyendo, para sobrevivir comió raíces, hojas, cangrejos de agua dulce y jutes. Dormía debajo de los árboles más frondosos para medio cubrirse de la lluvia, se le deshizo la ropa con el tiempo, ella soñaba por las noches con la matazón y nunca habló con nadie. Era una sobreviviente de aquella masacre. Fue precisamente en la clínica guerrillera donde finalmente pudo recuperar el juicio, el habla y e incluso la belleza que llevaba escondida. Y se quedó ahí, con el tiempo, tras muchas noches de abstinencia pasional, no dudó en darle el sí, a un avispado guerrillero que nunca creyó en la Siguanaba. La embarazó. La mandaron al refugio de Colomoncagua en Honduras, donde le nació un niño que no era para nada el Cipitillo.
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== Referencia ==
http://leyendasdeelsalvador.com/la-misteriosa-mujer-del-rio-sapo