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Salió el sembrador a sembrar

Revisión del 15:19 29 mar 2022 de David (discusión | contribuciones) (Se añadió Resumen)

Fecha: 12-07-2020.

Ciclo Litúrgico: 15° Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo A.

Tema: Sembrar la Palabra.

Evangelio según Mateo (13, 1-23).

Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.

Les habló mucho rato en parábolas:

—Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.

Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.

Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.

El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.

Resumen

Aunque haya semillas que puedan perderse, cosecha habrá. Hay que pasar de la obsesión de cosechar, a la paciente labor de sembrar. (J.A.Pagola)

Actualmente se trata de una labor ardua. Tres situaciones que hoy se presentan, al no saber manejarlas debidamente podrían desalentarnos: el secularismo, una tradición en crisis y una fe puesta a prueba. Cada situación plantea la necesidad de buscar nuevos caminos, para seguir sembrando, pese a todo.

Que no falte, entre nosotros y nosotras aquella apertura a Jesús para siempre oír lo que dice, y ver lo que hace y seguir sus pasos.

Homilía

Nuestra reflexión girará en torno a cuatro pequeños temas:

 1.Una parábola realista y a la vez alentadora.

 2.Habrá que seguir sembrando.

3.Tienen oídos, pero no oyen; tienen ojos, pero no ven.

1. Una parábola realista y a la vez alentadora.

Las parábolas (hay como cuarenta recogidas en el evangelio) son quizá los textos del evangelio en los que más fielmente podemos oír a Jesús, y ver el ambiente en el que creció y en el que formó su cultura en las parábolas en que usa imágenes agrícolas, vemos al campesino que fue Jesús, acostumbrado a observar el trabajo del campo y a participar en él desde pequeño es evidente que no solo acompañaba a su padre en la carpintería sino que también ,como los demás habitantes de su aldea, trabajó la tierra.

La parábola de hoy describe al detalle el modo de sembrar usual en Palestina se sembraba a voleo, aunque haya semillas que puedan perderse, cosecha habrá esta confianza le animaba a seguir sembrando y no ceder nunca ante el desaliento, a causa de las perdidas y las dificultades habituales de la siembra.

Con esta vida campesina de trasfondo ,muy conocida por sus oyentes, Jesús cuenta la parábola del sembrador, para hacerles ver, el realismo con que trabajaba y la fe inquebrantable que le animaba había ya comenzado, junto a sus discípulos, la labor evangelizadora ante la crítica y el rechazo que encontraron había surgido algún desánimo lo deja claro: hay ciertamente un trabajo infructuoso que se puede echar a perder, pero el proyecto final de Dios no fracasará no hay que ceder al desaliento hay que seguir sembrando, al final habrá cosecha abundante.

José Antonio Pagola, define el mensaje de la parábola en estas palabras: “hay que ir pasando de la obsesión por cosechar a la paciente labor de sembrar Jesús nos dejó en herencia la parábola del sembrador, no la del cosechador.”

No se puede perder de vista que la semilla que siembra Jesús es la del reino de Dios es acogida en el corazón y mueve a trabajar por un mundo hermanado, bajo la mirada bondadosa de Dios.

2.Habrá que seguir sembrando.

En este apartado queremos referirnos brevemente a tres situaciones que, actualmente, si no sabemos manejarlas debidamente nos podrán desalentar: el secularismo, una tradición en crisis, y una fe puesta a prueba.

-De manera acelerada estamos pasando de una sociedad profundamente religiosa, donde el cristianismo jugaba un papel decisivo en la vida de las personas y en la convivencia social a otro estilo de vida más laico e increyente, donde lo religioso va perdiendo importancia.

Algunos dirán que esto solo es un proceso que se va presentando en Europa y en Los Estados Unidos, menos acá es verdad, pero, aunque, sea en menor grado, este proceso de secularización, aquí también, se está haciendo presente en las nuevas generaciones, lo religioso ya no tiene el peso, que tenía hace pocos años.

A juicio de José Antonio Pagola no hay razón para desalentarnos.

Dice literalmente: Si pudiéramos observar el interior de las vidas, nos sorprendería encontrar tanta bondad, entrega, sacrificio, generosidad y amor verdadero hay violencia y sangre en el mundo, pero crece en muchos el anhelo de una verdadera paz se impone el consumismo egoísta en nuestra sociedad, pero son bastantes los que descubren el gozo de una vida sencilla y compartida la indiferencia parece haber apagado la religión, pero en no pocas personas se despierta la nostalgia de Dios y la necesidad de la plegaria.

-Otra situación que tenemos a la vista la tradición ofrecía un código de saberes, valores y costumbres, quien se transmitía de padres a hijos la sabiduría del pasado servía para regir la vida de las personas y de la sociedad entera hoy no es así, la tradición ha entrado en crisis las propuestas del pasado suelen ser inservibles para la construcción del futuro.

Esta situación nos exige creatividad no hay necesidad de seguir haciendo las cosas como antes debemos valernos de una mayor creatividad: encontrar palabras, signos, formas, prácticas, que, aunque recogen la esencia de la tradición, están a tono con el sentir del hombre y la mujer de hoy a la iglesia, los cristianos, los sembradores de hoy, no nos puede faltar una dosis de creatividad.

-Y algo que tampoco se puede negarlas desgracias que enfrentamos (Covid-19, tormentas, terremoto(Méjico)) ponen a prueba la fe más de alguno se pregunta: ¿Cómo puede haber un Dios, tan lleno de amor, tan bondadoso que permite todas estas desgracias? A muchos nos parece admirable, como nuestro pueblo en medio de tanta miseria sigue aferrándose a Dios y en él encuentra la fortaleza para mantenerse en pie, a pesar de todo.

El teólogo Johan Baptist Metz(alemán)dice: “Después de Auschwitz ya no podemos hacer, tan fácilmente referencia a Dios como el vencedor del sufrimiento y de la muerte si hacemos esto estamos ofendiendo a los tantos sufridos y muertos.

Auschwitz:

Es un lugar en Polonia, donde se estableció un campo de concentración, bajo el régimen Nazi. A este campo llevaban presos políticos de los países ocupados y sobre todo judíos, a juicio de Hitler una raza humana que no tenía que existir a los internos se les castigaba, privándoles la comida, torturándoles, obligándoles a trabajar como esclavos, y matándolos en las cámaras de gas.

Murieron más de 1.1 millones de personas, siendo la inmensa mayoría judíos.

A partir de esta realidad se entiende lo que planteaba el teólogo Johan Baptist Metz. ¿Cómo hacer tan fácilmente referencia a Dios llamándole el vencedor del sufrimiento y la muerte?

A juicio del teólogo hay que referirse a Dios no como vencedor sino más bien como muy identificado con los que sufren y mueren si nos preguntamos donde está Dios, en circunstancias así y similares, respondemos, que Dios está unido a las víctimas, como estaba unido a Jesús, su Hijo, clavado en la cruz aunque Jesús no lo experimentaba así y por eso gritó: “Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado hasta después de todo esto, viene la pascua (resurrección).La prueba de que Dios había estado siempre de lado de tu Hijo.

En las circunstancias actuales de tanto sufrimiento debemos experimentar a Dios como muy cercano e identificado y confiar en él y en que todo esto tendrá un desenlace feliz la última palabra, y esa palabra la tiene Dios, no es muerte sino VIDA.

3.Tienen oídos, pero no oyen; tienen ojos, pero no ven.

Para acoger a la persona de Jesús y su mensaje no basta tener ojos para mirar, ni oídos para oír, hace falta una actitud a favor de Jesús para lograr o mantener esa apertura, al menos, tres cosas son importantes:

a. Ante los sucesos trágicos que acontecen en nuestra vida, mantener la sensatez y no caer en una rebeldía irracional porque ha sucedido esto o lo otro, echar a perder todo.

Un amigo médico perdió a su único hijo, también médico, en un trágico accidente me dijo que esto le había dolido y le sigue doliendo muchísimo pero que hace esfuerzos para no caer en una rebeldía irracional, y aceptar lo sucedido con sensatez y manteniéndose a la vez sereno, en la medida de lo posible.

Nosotros podríamos caer también en una rebeldía irracional, ante tanta desgracia que debemos enfrentar.

b. No dejar que se nos contamine el corazón con aquel escepticismo ante Dios, y ante la fe, muy presente en el ambiente de hoy en día.

Dice Pagola:” Nuestro problema es terminar viviendo con el corazón embotado entonces sucede algo inevitable tenemos oídos, pero no escuchamos ningún mensaje tenemos ojos, pero no miramos a Jesús.”

c. No vacilar en aventurarnos con Jesús seguramente en el camino podremos verificar, lo saludable y lo acertado de la opción tomada.

La parábola del sembrador nos sigue interpelando a todos:

“¿Qué frutos podría producir hoy la palabra de Jesús, acogida Con fe en nuestros corazones?”

Padre Rogelio Ponseele