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Contigo hablo, niña, levántate

Revisión del 19:59 14 mar 2022 de David (discusión | contribuciones) (Creación de página)
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Fecha: Domingo 27 de junio de 2021.

Ciclo Litúrgico: Ciclo B – 13° Domingo del Tiempo Ordinario

Evangelio Según San Marcos (5, 21-43)

En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor y se quedó junto al mar.

Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia: «Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva».

Se fue con él y lo seguía mucha gente que lo apretujaba. Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando:

«Con solo tocarle el manto curaré».

Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió enseguida, en medio de la gente y preguntaba: «¿Quién me ha tocado el manto?».

Los discípulos le contestaban: «Ves cómo te apretuja la gente y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”».

Él seguía mirando alrededor, para ver a la que había hecho esto. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que le había ocurrido, se le echó a los pies y le confesó toda la verdad.

Él le dice: «Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada de tu enfermedad».

Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle: «Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?».

Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: «No temas; basta que tengas fe».

No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a casa del jefe de la sinagoga y encuentra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo: «¿Qué estrépito y qué lloros son estos? La niña no está muerta; está dormida».

Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: «Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»).

La niña se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.

Homilía

El evangelio se refiere a dos mujeres: una mujer adulta que padece hemorragia y una mujer joven que enfrenta una muerte prematura.

Solo por padecer de esta enfermedad, la mujer ya adulta se siente disminuida.

- Aquella pérdida de sangre, que viene padeciendo desde hace 12 años la excluye de la intimidad y el amor conyugal.

- En el ámbito religioso, de acuerdo a las leyes vigentes esta enfermedad le hacía impura, es decir, indigna ante los y las demás y ante Dios.

- Durante 12 años consultando uno y otro médico, gastando en esto toda su fortuna, no encontró alivio, de lo contrario su situación ha venido empeorando cada vez más.

Es, sin duda alguna un caso dramático. Se trata de una mujer excluida en el ámbito social y religioso; es una mujer frustrada y profundamente herida hasta en su ser más íntimo de mujer.

¡Ojo! Mujeres así, frustradas y heridas que cargan en su corazón un profundo dolor siguen existiendo aún en el día de hoy.

La joven enfrenta una muerte prematura, decíamos. Por la edad que tenía podemos suponer que atravesaba una crisis emocional. A lo mejor no se sentía comprendida ni amada ni en el ámbito familiar, ni en el ámbito social.

No es para nada descabellado pensar que su papá Jairo, que ahora tanto se esmera por salvarla, ha sido un papá poco atento a ella; a lo mejor estaba siempre más preocupado por la sinagoga (era jefe de una sinagoga) que por su familia.

Así también hay muchos, muchas jóvenes, que sin conseguirlo demandan la cercanía de su papá.

En ambos casos la actuación de Jesús es muy sencilla. Jesús no busca lo espectacular.

La mujer se esforzó en medio de tanta gente que apretujaba a Jesús, por acercarse a él y tocarle el manto. Jesús notó que había salido de él una fuerza y la mujer constató que estaba curado.

Jesús buscó en medio de la multitud a la persona que había tocado su manto y cuando ella le contó todo lo sucedido dijo: “¡hija tu fe te ha curado, vete en paz y con salud!”

En el caso de la joven, Jesús entró a la casa, solo llevando consigo al papá y la mamá y unos discípulos, dejando afuera aquella gente que estaba haciendo alboroto, llorando ya la muerte de la joven. Y al entrar a la habitación de la joven dijo: “Talithá  qumi , lo cual significa, contigo hablo, niña levántate. Al instante la muchacha se levantó y se puso a caminar.”

Hemos concluido una relectura del evangelio hace falta añadir algunas reflexiones

1. No creo que el evangelista tiene como objetivo presentar a Jesús como taumaturgo o milagrero. Indudablemente su mensaje va más allá. En el evangelio, Jesús por su insistente preocupación por dos mujeres, que, por las circunstancias, que les tocaba vivir, carecen de vida, nos revela a un Dios amigo de la vida.

Dios, es la mejor ubicación que podemos darle, está de lado de la vida. Su más profundo deseo consiste en que toda persona pueda desarrollarse plenamente como humana.

Si esto es la mejor ubicación de Dios, la misma ubicación debe ser la de todo cristiano o cristiana. Es decir, todo cristiano(a) debe estar ahí donde se lucha por la vida.

Queriendo hacer una evaluación de la situación actual de nuestro país, disponemos de un criterio muy acertado. La pregunta es: ¿Lo que ofrecen a la población traerá vida o no?

- ¿La ley del agua facilitará el acceso de nuestra población al agua? Siendo el agua, vida.

- ¿El uso legal del bitcoin, traerá vida a las mayorías empobrecidas de nuestra población?

- ¿la actuación de la asamblea en estricta obediencia al presidente, traerá los beneficios que nuestra población demanda? Beneficios que entendemos como crecimiento de vida.

- ¿El trato inhumano que se está dando a los capturados sin ser enjuiciados todavía, sobre todo cuando se trata de adversarios políticos, incidirá en la configuración de una sociedad con mayor respeto a la vida humana?

- ¿Los cambios que pretenden hacer a la carta magna traerán vida, es decir, mejorías para la convivencia entre todos los salvadoreños y salvadoreñas?

Son preguntas que no podemos evadir y que, respondiéndolas, estas y otras, con la mayor objetividad, podrán ayudarnos a hacer un buen análisis de la realidad actual.

2ª reflexión:

Una crisis emocional no es únicamente la mala suerte de una joven adolescente. Por otras diversas situaciones, como por ejemplo perder el empleo, fracasar en cuanto a nuestros propósitos, el rompimiento de una relación a la que hemos contribuido desde muy antes, el fallecimiento de una persona muy querida y cercana, etc. por todas estas situaciones podemos caer en una crisis emocional.

Jesús, a la joven le dice: “levántate”. Es lo que Jesús, Dios nos dice también a nosotros y nosotras cuando estamos atrapados por una crisis emocional, “que nos levantemos”. Que recuperemos el coraje perdido, que nos pongamos de pie y de nuevo comenzamos a dar los pasos necesarios para encausar nuestra vida por un camino diferente. No estamos llamados a quedarnos sumergidos en la crisis. Todo lo contrario, estamos llamados a aprovechar todas las energías que nos han quedado todavía para salir adelante y derrotar la crisis que nos envuelve.

Cada vez que caemos, levantémonos. Este es el modo de triunfar.

3ª reflexión.

El empeño de Jesús para salvar a estas dos mujeres y otras actitudes, como por ejemplo la de promover la integración de hombres y mujeres, con igual dignidad personal, a su grupo de discípulos y discípulas, revelan su valoración de la mujer, en nada sumisa al hombre. Jesús aboga por una sociedad sin dominación masculina. Es un procedimiento muy sorprendente y atrevido en una sociedad judía, profundamente machista.

Dice literalmente José Antonio Pagola: “Sería anacrónico presentar a Jesús como un feminista de nuestros días, comprometido en la lucha por la igualdad de derechos entre mujeres y varón. Su mensaje es más radical: la superioridad del varón y la sumisión de la mujer no vienen de Dios”.

Refiriéndose a esa temática, hay que hablan de una revolución ignorada. Ignorada por la sociedad y a la vez por la iglesia.

Asumamos el reto y unámonos a quienes luchan por suprimir las leyes, costumbres, estructuras y prácticas que generan discriminación de la mujer para hacer de la iglesia y de la sociedad, espacios sin dominación masculina.

Padre Rogelio Ponseele