Luis Salvador Efraín Salazar Arrué.
Biografía
Nació en Sonzacate, Salvador el 22 de octubre de 1899 y murió en Los Planes de Renderos, en el departamento de San Salvador, 27 de noviembre de 1975. Trabajó en el campo de la literatura y las artes plásticas, pero ha sido su obra narrativa la más conocida de sus creaciones, entre las que destacan Cuentos de barro y Cuentos de cipotes.
Sus dotes artísticas se revelaron desde muy joven. Estudió pintura en los Estados Unidos, donde conoció el libro costumbrista El libro del trópico de Arturo Ambrogi, que le animó a retornar a su país para dedicarse por entero al arte. A partir de los años 1930, y aunque prefería mantenerse alejado de la política, trabajó cercano a los regímenes militares en turno para promover las políticas culturales de la época. Desde el año 1946 fungió como agregado cultural de El Salvador en los Estados Unidos.
Retornó a El Salvador en 1958, y poco después terminó su producción literaria, aunque los libros publicados en años anteriores continuaron reimprimiéndose. En sus años postreros ganó reconocimientos por su obra, pese a que subsistía modestamente en su casa ubicada en Los Planes de Renderos. Falleció de cáncer, sumido en la pobreza.
Salarrué fue creyente de la Teosofía, una doctrina que influenció su producción artística. Ha sido considerado uno de los precursores de la nueva narrativa latinoamericana, y el narrador más importante en la historia de El Salvador
En sus años postreros, Salarrué se hizo acreedor a varios reconocimientos y distinciones: en 1962 recibió la Orden José Matías Delgado en grado de Comendador. La de grado de Gran Cruz de Plata, junto a su primo Toño Salazar y el poeta Raúl Contreras, la obtendría en 1973. En noviembre de 1967, fue reconocida su obra artística, junto a Claudia Lars y Vicente Rosales y Rosales, por parte de la Asamblea Legislativa. Con pocos días de diferencia, el gobierno mexicano le distinguió con el Premio Nacional Benito Juárez junto a la folclorista María de Baratta. Dos años después recibió distinciones de la Academia Salvadoreña de la Lengua, junto a Claudia Lars. Se dice que rechazó el doctorado honoris causa por parte de la Universidad de El Salvador.
Salarrué trabajó en varios campos de la literatura, como el verso, la prosa, y el ensayo; y especialmente la narrativa en la que abarcó relatos fantásticos, de aventuras y novelas. Por los años de publicación de los títulos más reconocidos, parece que dejó de escribir a principios de los años 1960. Sin embargo, existe una cantidad no determinada de textos inéditos, especialmente de su obra lírica y también de ensayos dispersos en periódicos y revistas, algunos de ellos ya desaparecidos. Los títulos de Salarrué que abarcan su creación narrativa más importante comprenden (entre paréntesis el año de publicación definitiva): El Cristo negro (1926), El señor de la Burbuja (1927), O-Yarkandal (1929), Remontando el Uluán (1932), Cuentos de barro (1934), Eso y más (1940), Trasmallo (1954), Cuentos de cipotes (1945/61), La espada y otras narraciones (1962), Íngrimo (1970), La sombra y otros motivos literarios (1970), La sed de Sling Bader (1971), y Catleya luna (1974). Otras publicaciones: Conjeturas en la penumbra (ensayo, 1934); Algunos poemas de Salarrué (poesía, 1971); y Mundo nomasito: una isla en el cielo (poesía, 1975).
Obras Literarias
Las obras literarias de Salarrué lo han colocado en el justo papel de clásico no sólo de la literatura salvadoreña, sino también de la cuentística en castellano. Su peculiar costumbrismo es más bien un énfasis en la lengua de su pueblo, una visión tierna de los pequeños seres que atraviesan, con su ternura y miseria, los paisajes de su país. Escribió acerca de campesinos y desplazados de las urbes, identificándose con sus problemas y rasgos, así como con su materia verbal, que reproduce la tensión idiomática entre los dialectos, las lenguas indígenas y el castellano.
Nombre de Obra | Tipo de Obra | Año |
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El cristo negro | Novela | 1926 |
El señor de la Burbuja | Novela | 1927 |
O'Yarkandal | Cuento | 1929 |
Remontando el Uluan | Cuento | 1932 |
Cuentos de Barro | Cuento | 1934 |
El libro desnudo | Relato | 1936 |
Eso y más | Cuento | 1940 |
Cuentos de Cipotes | Cuentos | 1943 |
Trasmallo | Cuento | 1954 |
la espada y otras narraciones | Cuento | 1960 |
La sed de Sling Bader | Novela | 1971 |
Catleya luna | Novela | 1974 |
Mundo nomasito | Poesía | 1975 |
Obras destacadas.
Cuentos de Barro (1933).
Se encuentra una narrativa rica en colores y formas. Un antiguo tronco de ceiba es como una inmensa pata de gallina; los grandes remolinos no son solo eso, sino que son tan profundos como el ombligo del diablo; en el crepúsculo, el sol «mieludo» unta los cerros con su luz; y los madrecacao se visten de encaje. La atención al entorno de un escritor que se definía más como pintor. Pero la mayoría de estos cuentos narran la desdicha de vivir en este pintoresco paraíso.
Cuentos de Cipotes(1943).
Singular colección de relatos, cuya extensión oscila entre quince líneas y página y media, que se considera hoy como un clásico de la literatura «sobre niños» («cipote» es un salvadoreñismo para niño). Su contenido es normalmente una anécdota, normalmente trivial y a veces humorística, que puede reflejar alguna preocupación del autor. El narrador es siempre un niño que mantiene una especie de monólogo consigo mismo, pues está convencido de que los adultos no tienen interés en lo que pueda contar y, por tanto, a la vez que usa modismos y resortes imaginativos propios de niño, no cuenta su historia según una estructura clara: hace digresiones contando cosas superfluas, hay redundancias innecesarias, a veces los finales son abruptos. A ese registro infantil oral propio de chico casi analfabeto, el autor le suma en ocasiones el de una persona culta, y funde las perspectivas del adulto que se hace niño y del niño que intenta comprender a los adultos.
CUENTOS DE BARROS | CUENTOS DE CIPOTES | |
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Más cuentos.
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