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La leyenda narra, sobre esta piedra, que se traslada de un lugar a otro, debido a que ella habita el espíritu de una princesa maya.

Hasta el momento, no han descubierto cuando llegó a este lugar, sin embargo, cuentan que mucho antes había sido vista en las proximidades de Juayúa. Actualmente, la Piedraviva, se encuentra en el Cantón Guacamaya, en Nahuizalco, Sonsonate, El Salvador, en la calle que lleva el nombre de Technical o Teocuicatl, que quiere decir: alabanza, canto sagrado.

La calle tiene una formación natural de un  pasillo, o quizás fue construido por el hombre con escaleras que rememoran los peldaños de las pirámides mayas. En este lugar, existe una formación de un balcón natural, que es una pequeña cueva que lleva justo a donde existió la Piedraviva por largo tiempo.

Los abuelos narran que en este espacio, sepultaron a Atlakaki, que quiere decir indomable, quien era hija del indio Atonal. La joven fue enterrada viva con enredadera de tule alrededor de todo su cuerpo.

Cuentan que éste le ocurrió a la princesa, porque pretendió envenenar a un español poderoso, quien la había esclavizado y buscaba muchas veces abusar de ella, y tenerla como concubina, que el hombre estaba prendado de ella por su especial belleza, pero ésta le grito que jamás sería su esposa, ni tampoco esclava de un invasor extranjero, pero que si la respetaba ella le gustaría deliciosos manjares para él.

Pero, el astuto español, algo le parecía que no andaba bien, por lo que le dio de comer la comida dañada a uno de sus esclavos, y éste al instante se desvaneció revolcándose de dolor, mientras que salía espuma por la boca, lo que hizo que el español se percatara de la maldad.

Cuenta la leyenda que Atlakaki, había empleado veneno de serpiente coral, en un sustancioso plato de cereal de maíz o chilate.