15 de septiembre de 1821
El 15 de septiembre de 1821, fue la culminación de una serie de acontecimientos que marcaron la vida de las colonias, la firma apresurada del acta se dio por el miedo que le tenían al pueblo (ladinos, indígenas, criollos pobres) los criollos que tenían el poder económico pero que anhelaban el poder político.
Esta nueva realidad independiente genera la continua lucha entre conservadores y liberales, reflejada en la breve Federación Centroamericana y la posterior vida independiente de las 5 naciones de 1824 en adelante, acá podríamos decir que esta nueva sociedad independiente es un negocio o empresa entre liberales y conservadores.
Con la introducción del cultivo del café El Salvador se inserta al mercado internacional y las Reformas Liberales hacen su aparición con Rafael Zaldívar a partir de 1880, los teóricos plantean este momento como la primera acumulación o Acumulación Originaria, la expropiación de las tierras de comunidades pauperiza aún más los pueblos indígenas.
A partir de los años 20´s se abandona el discurso morazánico de unión centroamericana y se habla de la construcción de la identidad salvadoreña, de la “salvadoreñidad”, se construye el mito del “indio Atlacatl” que nunca existió y de los actuales símbolos patrios, el indígena se sigue utilizando de ser visto como uno de los obstáculos para la creación de los Estados Liberales, ahora se ocupan algunas de sus costumbres y tradiciones desde una visión muy “folklorista” para la construcción de esa “identidad nacional”.
El surgimiento de la nueva clase dominante ligada al café conocida como la oligarquía cafetalera genera las condiciones para el acceso al poder político de los militares como garantes para que el “Estado Cafetalero” se perpetúe, a la par del desarrollo de esa identidad propia del país Maximiliano Hernández Martínez masacra a las comunidades indígenas Nahua Pipiles en enero de 1932, podríamos acá decir también que este Estado fue un negocio o empresa entre la oligarquía Cafetalera y los militares.
Los años 60´s y 70´s fueron el preámbulo de la guerra que desangró por 12 años, las condiciones de exclusión y cierre de participación política continuaron, se debe de mencionar también que era evidente la participación directa de Estados Unidos e indirecta de Unión de Repúblicas Soviéticas, fuimos también un micro escenario más de la Guerra Fría.
La firma de los Acuerdos de Paz, fue producto de una cantidad de presiones a diferentes niveles, la guerra en ese momento ya era insostenible, el espíritu de los acuerdos planteaba una sociedad diferente, más incluyente, menos desigual, menos violenta, con canales de participación democráticos, la final podríamos decir que fue una especie de negocio o empresa de la clase dominante que ya en ese momento estaban dando los pasos para la implementación de medidas neoliberales en el país: el abandono del agro, privatizaciones, tratados de libre comercio, dolarización, etc., y la búsqueda del mal llamado “Sueño Americano” es el nuevo horizonte, estos gobiernos de la post guerra veinte años de un partido de extrema derecha que hicieron que la brecha entre ricos y pobres se hiciera cada vez más grande, generaron una mayor dependencia, aparece el fenómeno de la violencia de pandillas producto de la extrema desigualdad.
Diez años de un partido progresista con esperanzas de cambios estructurales, que se quedaron en reformas estéticas que no cambia de raíz la realidad de desigualdad y arrastrando vicios de las administraciones anteriores.
Y ahora las consecuencias de treinta años de decepciones, de promesas no cumplidas, de hacer del ejercicio de la administración pública una forma de vida con salarios onerosos, de la perpetuidad de las violencias...
Se crean las condiciones para que pase lo que esta pasando, un “nuevo gobierno” con características de gobiernos militares, que se potencia al cierre de espacios de participación, donde toda aquella persona que no comparte su forma de gobernar es vista como traidora y posible delincuente.
A partir de esta breve narrativa y a 200 años de ser “independientes”, nos podríamos preguntar ¿Qué clase de independencia es esta? ¿Es la “independencia” un negocio o empresa de las clases dominantes que por siglos nos han gobernado?
Hoy por hoy se vuelve necesario la construcción de una verdadera independencia desde abajo, haciendo uso de nuestro derecho constitucional de la protesta de la disidencia...
Que buena descripción de esta realidad la de esa bandera con esa frase al medio “Dios bendiga este negocio”