Soy paciente y humilde de corazón

De CEBES Perquín
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Fecha: 9 de julio de 2023

Ciclo litúrgico: 14° Domingo del tiempo ordinario – Ciclo A

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   11, 25-30

Jesús dijo:

Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque, habiendo ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes, las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido.

Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce el Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y Yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.

Homilía

    Nuestra reflexión, hoy se encierra en cuatro pequeños capítulos.

    1.Una experiencia penosa se vuelve alegría.

    2.Los sencillos se sienten bien con Jesús.

    3.El descanso que Jesús nos ofrece.

    4.Una advertencia.


         (1) A través de su experiencia diaria, Jesús va dándose cuenta de que los poderosos, los del templo, y los que se hicieron expertos en cuanto a leyes tienen una actitud de rechazo ante su persona y su mensaje.

        

          -Herodes veía al niño que nació en Belén, como un rival, alguien que había venido para disputarle su poder.


          -Los sacerdotes se preocupaban porque Jesús solía estar más interesado en el sufrimiento de la gente, que en la observancia de las normas religiosas.


          -Y los maestros de la ley o escribas no comparten para nada aquella total libertad de Jesús, ante las leyes sagradas, poniendo al ser humano por encima de las mismas.


          Por el contrario, veía que la gente sencilla sí demostraba interés en su persona y su mensaje.

Esta situación no dejaba de preocupar a Jesús: ¿algún día llegaría a captar su mensaje, los líderes religiosos, los expertos en cuanto a las leyes, y los poderosos?

Cada día era más evidente: lo que al pueblo sencillo le llenaba de alegría, a ellos los dejaba indiferentes.

Esta preocupación, sin embargo, con los días se va convirtiendo en alegría. Alegría que Jesús expresó a través de una acción de gracias: ¨Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Si Padre. Así te ha parecido mejor¨

Una experiencia preocupante, penosa se convierte en alegría.


          (2) Los sencillos se sienten bien con Jesús. ¨ Aquellos campesinos que vivían defendiéndose del hambre y de los grandes terratenientes, le entendían muy bien. Dios los quería ver felices sin hambre ni opresores. Los enfermos se fiaban de él y animados por su fe, volvían a creer en el Dios de la vida. Las mujeres que se atrevían salir de sus casas para escucharle

intuían de que Dios tenía que amar como lo decía Jesús: con entrañas de madre. La gente sencilla sintonizaba con él. El Dios que anunciaba era él que anhelaban y necesitaban¨. (José Antonio Pagola)


          (3) Lo expuesto en el numeral dos, nos permite entender de que en él podemos encontrar descanso, pues su yugo es suave y su carga liviana.


Trasladando la reflexión a la vida de cada uno y cada una de nosotros. (Según José Antonio Pagola)


-Hay un cansancio que proviene de una vida agitada; no respetamos las horas que necesitamos para dormir, ni las horas indicadas para comer, tratamos de hacer cada vez más cosas en menos tiempo. Con el correr del tiempo nos vamos desgastando, cada vez más. Esperamos las vacaciones para componernos y después poder retomar la misma vida agitada.


    No es bueno esto, no basta desconectarnos un tiempo. Lo que necesitamos es una vida menos acelerada, con las horas necesarias para dormir y las horas indicadas para comer, dejar de hacer algunas cosas, vivir más despacio y de manera más descansada.


-Hay otro tipo de cansancio que nace de la saturación. Vivimos un exceso de actividades, relaciones, citas, encuentros, comidas. Además, tenemos a la mano el teléfono inteligente, la computadora, el correo electrónico, etc. Facilitan nuestro trabajo, pero a la vez introducen en nuestra vida una saturación. Estamos en todas partes, siempre localizables, siempre conectados. Nos cansamos y para reponernos, de nuevo esperamos las vacaciones, para luego retomar esta misma vida saturada.


    Es un error. Lo que necesitamos es aprender a ordenar nuestra vida: cuidar lo importante, relativizar lo accidental, dedicar más tiempo a lo que nos da paz interior y sosiego.


-Hay también otro cansancio más difuso, difícil de precisar. Estamos cansados de nosotros mismos. Experimentamos nuestra vida como una rutina sin sentido, sin encontrar lo que en el fondo anhela nuestro corazón. Las vacaciones, de por sí, no curan este vacío que sentimos. ¿Cómo vamos a dar a nuestra vida, más profundidad y mayor perspectiva?


    Haciendo este planteamiento, nos estamos acercando a la parte espiritual. A lo mejor igualmente indispensable para alcanzar la plenitud de la vida humana.

En este sentido no es superfluo escuchar las palabras de Jesús: ¨Vengan a mi los que están cansados y los aliviaré¨. Hay un descanso que solo se puede encontrar en el misterio de Dios, acogido en nuestro corazón, siguiendo los pasos de Jesús. Este es el descanso que Jesús nos ofrece.


        (4) Y por último. Ante la alabanza que Jesús hace al pueblo sencillo, podrían algunos opinar, desde alguna experiencia personal, de que este pueblo sencillo no siempre es tan de corazón limpio. La sagrada escritura no lo oculta que ha sido el mismo pueblo sencillo, que unos días antes todavía homenajeaba a Jesús y en él reconocía a su profeta, que le pidió a Pilato a que diera libertad a Barrabás y a Jesús lo crucificara.

Seguramente hubo alguna manipulación de parte de los jefes de los sacerdotes y los jefes de los judíos.

Los manipuladores nunca faltan.

A los sencillos, y todos y todas nos toca cuidar nuestros corazones. No debemos permitir que se vayan metiendo en nuestros corazones, una serie de sentimientos negativos: fanatismo, ambición, codicia etc. Estos sentimientos nos llevan a prácticas indeseables. Debemos informarnos lo mejor posible y buscar siempre buenos consejeros y al final, con toda libertad, hacer nuestra propia opción. Todo lo anteriormente dicho no quita nada de lo que tantas veces hemos escuchado y proclamado en aquellos años del conflicto.


¨Solo el pueblo unido y organizado, salvará al pueblo¨!!!

Padre Rogelio Ponseele