Ascensión del Señor

De CEBES Perquín
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Fecha: 13-05-2018.

Ciclo Litúrgico:  Ascensión del Señor - Ciclo B.

Evangelio según San Marcos (16, 15-20).

En aquel tiempo se apareció Jesús a los 11 y les dijo vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. El Señor Jesús, después de hablarles. subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el evangelio, por todas partes y el Señor actuaba  con ellos y confirmaba su predicación con los milagros que hacían.

Resumen:

Estamos concluyendo nuestra celebración. Tuvimos una pequeña reflexión. Hemos entendido , lo que estamos celebrando hoy, la fiesta de la ascensión del señor, de que Jesús se presenta ahora como Nuestro Señor. Él está sentado a la derecha del Padre y comparte el poder de Dios. Por consiguiente, Él es nuestro señor, el único que debe de mandar en nuestra vida, el único a quien debemos obedecer o con otras palabras, lo que nosotros decimos, en nuestra vida cristiana, Jesús debe ser el referente principal.

Homilía

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Queridos hermanos y hermanas: ambas lecturas(la primera y el evangelio)se refieren a lo que hoy celebramos, la Ascensión del señor.

La primera lectura hace un recuento de todo lo que hizo Jesús, entre la pasión y su muerte y la Ascensión. En este período, Jesús se dejó ver a los discípulos, les apareció como resucitado. La lectura habla de 40 días. Cuarenta no se debe tomar como un número exacto, sino más bien como un número sagrado. Recuerden ustedes que el pueblo de Dios caminó 40 años por el desierto antes de conquistar la tierra prometida, y Jesús se mantuvo 40 días en el desierto, allí estaba siendo tentado antes de iniciar su vida pública. 40 años en el desierto, 40 días tentado y ahora, otra vez, 40 días que se dejó ver. Por eso es un número sagrado no un número exacto.

Y dice la lectura, es importante notar esto: que Jesús se dejó ver para hablarles del reino de los cielos. De los cielos, quiere decir Dios, reino de Dios ,como nosotros lo decimos. Hay en los evangelistas, sobre todo, en San Mateo, un cierto escrúpulo para mencionar el nombre de Dios. El reino de Dios supone la transformación de la sociedad ,de acuerdo a los designios de Dios. Lo importante es: si Jesús durante estos 40 días les habló del reino es, porque que ha sido en la vida de Jesús y debe ser en la vida de todos nosotros un tema sumamente importante. Un cristiano está para contribuir a que se vaya instaurando el reino de Dios, a que se vaya transformando la sociedad en la cual vivimos de acuerdo a los valores del Evangelio. Hay algunos, que pueden escribir un libro sobre temas importantes pero no mencionan, no dicen nada sobre el reino de Dios.

Estos cuarenta días , Jesús los aprovecha para insistir también en la misión, tanto en la primera lectura como en la segunda.

En la primera lectura dice a los discípulos: serán ustedes mis testigos en Jerusalén en toda Judea en samaria y hasta los últimos rincones de la Tierra.

En la segunda dice: vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura, es decir, la iglesia debe ser misionera, no puede girar únicamente en torno a si misma. Tiene una tarea que cumplir, tiene que evangelizar, hasta los últimos rincones del mundo. La iglesia es o debe ser misionera.

Igualmente Jesús aprovecha este periodo de 40 días para anunciar la venida del Espíritu Santo. Vendrá el espíritu santo y en este sentido, les aconseja a los discípulos a quedarse en Jerusalén, esperando este suceso.

El Espíritu Santo vendrá para fortalecer a los discípulos. Tendrán que anunciar la buena  nueva ,sin contar con la presencia física de Jesús, Es una situación nueva que tendrán que enfrentar. En la presencia del Espíritu Santo encontrarán ánimo y fortaleza.

Evidentemente las lecturas se refieren a lo que hoy celebramos: la Ascensión del Señor.

Las lecturas hacen uso de elementos narrativos, sobre todo, en la primera lectura ,que dice: dicho esto, se fue elevando a la vista de ellos, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos. Mientras miraban fijamente al cielo, viéndolo alejarse se les presentaron dos hombres, vestidos de blanco que les dijeron galileos, que hacen ahí parados, mirando al cielo, ese mismo Jesús que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto alejarse. Es una narración, hace uso de elementos narrativos. no tenemos que tomar estos elementos narrativos como historia, no es historia, pero sí transmite un mensaje muy importante.

Ya a partir de hoy les va a tocar, a los discípulos, anunciar la buena nueva sin la presencia física de Jesús, ya lo hemos señalado: se trata de un cambio difícil para los discípulos. Podemos decir que los discípulos lo han hecho bastante bien, no a la perfección pero han dado continuidad a la misión de Jesús de manera muy satisfactoria. A nuestra vez, los que trabajamos en la pastoral o en el campo social debemos hacer un buen trabajo, con todo esmero y empeño. De manera que el trabajo tenga un impacto real y otros, otras puedan darle continuidad. Es un reto que debemos asumir con la mayor responsabilidad, tener nuestra mirada en el cielo o tenerla en ese mundo, donde nos encontramos, nos plantea una opción importante.

Mirar al cielo, mirar permanentemente hacia Dios para pedirle consuelo, ayuda, curación etc. Es una opción legítima, pero no es la mejor. La mejor opción es mirar al mundo, donde estamos ubicados y donde debemos cumplir la tarea que nos corresponde. Es esto, en que insisten aquellos dos hombres que aparecen a los discípulos y discípulas, en aquel momento de la Ascensión del Señor.

Dicen algunos que la vida cristiana tiene una dimensión vertical ,nosotros y nosotras buscando a  Dios, y a la vez tiene una dimensión horizontal ,nosotros y nosotras y los demás hermanos y hermanas, juntos y juntas construyendo el reino, transformando este mundo, de acuerdo a los valores del evangelio.

Una verdadera espiritualidad incluye estas dos dimensiones: la búsqueda de una profunda unión con Dios, que nos dé el coraje necesario para perseverar en la construcción del reino.

Padre Rogelio Ponseele

Referencia