Diferencia entre revisiones de «La Carreta Embrujada.»

De CEBES Perquín
(Página creada con «Se dice que, desde antes del siglo pasado, en algunos poblados del Salvador, cuando el reloj marca las 12:00 de la noche, se puede oír con toda claridad el rechinar de las…»)
 
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Lo más confuso de esta leyenda es que el hombre no supo cómo ingresó a su casa y más aún, cuál fue el motivo por el que estuvo metido en la cama por más de tres días, con fiebres que superaban los 40°.
 
Lo más confuso de esta leyenda es que el hombre no supo cómo ingresó a su casa y más aún, cuál fue el motivo por el que estuvo metido en la cama por más de tres días, con fiebres que superaban los 40°.
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Revisión del 02:28 28 sep 2020

Se dice que, desde antes del siglo pasado, en algunos poblados del Salvador, cuando el reloj marca las 12:00 de la noche, se puede oír con toda claridad el rechinar de las ruedas de una carreta, que pasa a toda velocidad por las veredas desoladas.

El relato que hoy les voy a compartir, me lo contó un amigo muy querido. Según él, un hombre había ido a visitar a unos parientes. De tan a gusto que estaba en la reunión, aquel sujeto perdió la noción del tiempo, abandonando el domicilio casi a las doce de la madrugada.

Sin embargo, no le dio miedo avanzar por aquel camino oscuro, puesto que desde chico había estado acostumbrado a caminar únicamente alumbrado por la luz lunar.

Avanzó tranquilamente con dirección a su hogar hasta que de momento escuchó los chirridos de las ruedas de un carruaje.

– ¿Quién podrá ser a estas horas de la noche? Le pregunto el hombre a su perro.

Continuó su camino, aún y cuando el sonido de la carreta se hacía más y más fuerte. En el instante exacto en el que pasó por afuera del camposanto municipal, sintió un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo y enseguida se persignó.

Ya casi llegaba a su morada, cuando literalmente se le pusieron los cabellos de punta, pues alcanzó a escuchar como los animales de la granja estaban aterrorizados.

De repente y como una ráfaga, vio pasar a la Carreta Embrujada frente a sus ojos. El cochero tenía la cabeza de zacate y del interior del carruaje sólo se podía observar un extraño resplandor de color rojizo.

Lo más confuso de esta leyenda es que el hombre no supo cómo ingresó a su casa y más aún, cuál fue el motivo por el que estuvo metido en la cama por más de tres días, con fiebres que superaban los 40°.