Diferencia entre revisiones de «Bibliografia Gustavo Adolfo Becquer»

De CEBES Perquín
(Página creada con «<div class="nomobile"> <div class="row"> <div class="column"> <div class="NavFrame"> <div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''A un Viejo y distinguido s…»)
 
 
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''A un Viejo y distinguido señor'''</div>
+
<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''Amor eterno'''</div>
 
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Te he visto, por el parque <br />
+
Podrá nublarse el sol eternamente; <br />
ceniciento <br />
+
Podrá secarse en un instante el mar; <br />
que los poetas aman <br />
+
Podrá romperse el eje de la tierra <br />
para llorar, como una noble <br />
+
Como un débil cristal. <br />
sombra <br />
+
¡todo sucederá! Podrá la muerte <br />
vagar, envuelto en tu levita larga. <br />
+
Cubrirme con su fúnebre crespón; <br />
El talante cortés, ha tantos años <br />
+
Pero jamás en mí podrá apagarse <br />
compuesto de una fiesta en la <br />
+
La llama de tu amor.
antesala, <br />
 
?¡qué bien tus pobres huesos <br />
 
ceremoniosos guardan!? <br />
 
Yo te he visto, aspirando distraído, <br />
 
con el aliento que la tierra exhala <br />
 
?hoy, tibia tarde en que las <br />
 
mustias hojas <br />
 
húmedo viento arranca?, <br />
 
del eucalipto verde <br />
 
el frescor de las hojas perfumadas. <br />
 
Y te he visto llevar la seca mano <br />
 
a la perla que brilla en tu corbata.
 
 
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''A un olmo seco'''</div>
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''Rima I'''</div>
 
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Al olmo viejo, hendido por el rayo <br />
+
Yo sé un himno gigante y extraño <br />
y en su mitad podrido, <br />
+
que anuncia en la noche del alma una aurora, <br />
con las lluvias de abril y el sol de mayo <br />
+
y estas páginas son de ese himno <br />
algunas hojas verdes le han salido. <br />
+
cadencias que el aire dilata en las sombras. <br /><br />
¡El olmo centenario en la colina <br />
+
 
que lame el Duero! Un musgo amarillento <br />
+
Yo quisiera escribirle, del hombre <br />
le mancha la corteza blanquecina <br />
+
domando el rebelde, mezquino idioma, <br />
al tronco carcomido y polvoriento. <br />
+
con palabras que fuesen a un tiempo <br />
No será, cual los álamos cantores <br />
+
suspiros y risas, colores y notas. <br /><br />
que guardan el camino y la ribera, <br />
+
 
habitado de pardos ruiseñores. <br />
+
Pero en vano es luchar, que no hay cifra <br />
Ejército de hormigas en hilera <br />
+
capaz de encerrarle; y apenas, <br />
va trepando por él, y en sus entrañas <br />
+
¡oh, hermosa!, <br />
urden sus telas grises las arañas. <br />
+
si, teniendo en mis manos las tuyas, <br />
Antes que te derribe, olmo del Duero, <br />
+
pudiera, al oído, cantártelo a solas.
con su hacha el leñador, y el carpintero <br />
 
te convierta en melena de campana, <br />
 
lanza de carro o yugo de carreta; <br />
 
antes que rojo en el hogar, mañana, <br />
 
ardas en alguna mísera caseta, <br />
 
al borde de un camino; <br />
 
antes que te descuaje un torbellino <br />
 
y tronche el soplo de las sierras blancas; <br />
 
antes que el río hasta la mar te empuje <br />
 
por valles y barrancas, <br />
 
olmo, quiero anotar en mi cartera <br />
 
la gracia de tu rama verdecida. <br />
 
Mi corazón espera <br />
 
también, hacia la luz y hacia la vida, <br />
 
otro milagro de la primavera.
 
 
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''A Miguel de Unamuno'''</div>
+
<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''Rima II'''</div>
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
Este donquijotesco <br />
+
Saeta que voladora <br />
don Miguel de Unamuno, fuerte vasco, <br />
+
cruza, arrojada al azar, <br />
lleva el arnés grotesco <br />
+
y que no se sabe dónde <br />
y el irrisorio casco <br />
+
temblando se clavará. <br /><br />
del buen manchego. Don Miguel camina, <br />
+
 
jinete de quimérica montura, <br />
+
Hoja que del árbol seca <br />
metiendo espuela de oro a su locura, <br />
+
arrebata el vendaval, <br />
sin miedo de la lengua que malsina. <br />
+
sin que nadie acierte el surco <br />
A un pueblo de arrieros, <br />
+
donde al polvo volverá.<br /><br />
lechuzos y tahúres y logreros <br />
+
 
dicta lecciones de Caballería. <br />
+
Gigante ola que el viento <br />
Y el alma desalmada de su raza, <br />
+
riza y empuja en el mar, <br />
que bajo el golpe de su férrea maza <br />
+
y rueda y pasa, y se ignora <br />
aún durme, puede que despierte un día. <br />
+
qué playa buscando va.<br /><br />
Quiere enseñar el ceño de la duda, <br />
+
 
antes de que cabalgue, el caballero; <br />
+
Luz que en cercos temblorosos <br />
cual nuevo Hamlet, a mirar desnuda <br />
+
brilla, próxima a expirar, <br />
cerca del corazón la hoja de acero. <br />
+
y que no se sabe de ellos <br />
Tiene el aliento de una estirpe fuerte <br />
+
cuál el último será.<br /><br />
que soñó más allá de sus hogares, <br />
+
 
y que el oro buscó tras de los mares. <br />
+
Eso soy yo, que al acaso <br />
Él señala la gloria tras la muerte. <br />
+
cruzo el mundo sin pensar <br />
Quiere ser fundador, y dice: Creo; <br />
+
de dónde vengo ni a dónde <br />
Dios y adelante el ánima española... <br />
+
mis pasos me llevarán.
Y es tan bueno y mejor que fue Loyola: <br />
 
sabe a Jesús y escupe al fariseo.
 
 
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''A un naranjo y limonero'''</div>
+
<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''Rima III'''</div>
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
Naranjo en maceta, ¡qué triste es tu suerte! <br />
+
Besa el aura que gime blandamente <br />
Medrosas tiritan tus hojas menguadas. <br />
+
las leves ondas que jugando riza; <br />
Naranjo en la corte, ¡qué pena da verte con <br />
+
el sol besa a la nube en occidente <br />
tus naranjitas secas y arrugadas!. <br />
+
y de púrpura y oro la matiza; <br />
Pobre limonero de fruto amarillo cual <br />
+
la llama en derredor del tronco ardiente <br />
pomo pulido de pálida cera, ¡qué pena <br />
+
por besar a otra llama se desliza; <br />
mirarte, mísero arbolillo criado en <br />
+
y hasta el sauce, inclinándose a su peso, <br />
mezquino tonel de madera! De los claros <br />
+
al río que le besa, vuelve un beso.
bosques de la Andalucía, ¿quién os trajo a <br />
 
esta castellana tierra que barren los vientos <br />
 
de la adusta sierra, hijos de los campos de <br />
 
la tierra mía? ¡Gloria de los huertos, árbol <br />
 
limonero, que enciendes los frutos de <br />
 
pálido oro, y alumbras del negro cipresal <br />
 
austero <br />
 
las quietas plegarias erguidas en coro; y <br />
 
fresco naranjo del patio querido, del campo <br />
 
risueño y el huerto soñado, siempre en mi <br />
 
recuerdo maduro o florido <br />
 
de frondas y aromas y frutos cargado!
 
 
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<div class="NavFrame">
<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''A orillas del Duero'''</div>
+
<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''Rima IV'''</div>
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día. Yo, solo, <br />
+
No digáis que, agotado su tesoro, <br />
por las quiebras del pedregal subía, buscando los recodos <br />
+
de asuntos falta, enmudeció la lira; <br />
de sombra, lentamente. A trechos me paraba para enjugar <br />
+
podrá no haber poetas; pero siempre <br />
mi frente y dar algún respiro al pecho jadeante; o bien, <br />
+
habrá poesía. <br /><br />
ahincando el paso, el cuerpo hacia adelante y hacia la <br />
+
 
mano diestra vencido y apoyado en un bastón, a guisa de <br />
+
Mientras las ondas de la luz al beso <br />
pastoril cayado, <br />
+
palpiten encendidas, <br />
trepaba por los cerros que habitan las rapaces aves de <br />
+
mientras el sol las desgarradas nubes <br />
altura, hollando las hierbas montaraces de fuerte olor <br />
+
de fuego y oro vista, <br />
?romero, tomillo, salvia, espliego?. Sobre los agrios <br />
+
mientras el aire en su regazo lleve <br />
campos caía un sol de fuego. Un buitre de anchas alas <br />
+
perfumes y armonías, <br />
con majestuoso vuelo cruzaba solitario el puro azul del <br />
+
mientras haya en el mundo primavera, <br />
cielo. Yo divisaba, lejos, un monte alto y agudo, y una <br />
+
¡habrá poesía! <br /><br />
redonda loma cual recamado escudo, y cárdenos alcores <br />
+
 
sobre la parda tierra <br />
+
Mientras la ciencia a descubrir no alcance <br />
?harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra?, <br />
+
las fuentes de la vida, <br />
las serrezuelas calvas por donde tuerce el Duero para <br />
+
y en el mar o en el cielo haya un abismo <br />
formar la corva ballesta de un arquero en torno a Soria. <br />
+
que al cálculo resista, <br />
?Soria es una barbacana, hacia Aragón, que tiene la torre <br />
+
mientras la humanidad siempre avanzando <br />
castellana?. Veía el horizonte cerrado por colinas oscuras, <br />
+
no sepa a dó camina, <br />
coronadas de robles y de encinas; desnudos peñascales, <br />
+
mientras haya un misterio para el hombre, <br />
algún humilde prado donde el merino pace y el toro, <br />
+
¡habrá poesía! <br /><br />
arrodillado sobre la hierba, rumia; las márgenes de río <br />
+
 
lucir sus verdes álamos al claro sol de estío, y, <br />
+
Mientras se sienta que se ríe el alma, <br />
silenciosamente, lejanos pasajeros, ¡tan diminutos! <br />
+
sin que los labios rían; <br />
?carros, jinetes y arrieros?, cruzar el largo puente, y bajo <br />
+
mientras se llore, sin que el llanto acuda <br />
las arcadas de piedra ensombrecerse las aguas plateadas <br />
+
a nublar la pupila; <br />
del Duero. El Duero cruza el corazón de roble de Iberia y <br />
+
mientras el corazón y la cabeza <br />
de Castilla.<br /><br />
+
batallando prosigan, <br />
 +
mientras haya esperanzas y recuerdos, <br />
 +
¡habrá poesía! <br /><br />
 +
 
 +
Mientras haya unos ojos que reflejen <br />
 +
los ojos que los miran, <br />
 +
mientras responda el labio suspirando <br />
 +
al labio que suspira, <br />
 +
mientras sentirse puedan en un beso <br />
 +
dos almas confundidas, <br />
 +
mientras exista una mujer hermosa, <br />
 +
¡habrá poesía!
 +
</div>
 +
</div>
 +
</div>
  
¡Oh, tierra triste y noble, la de los altos llanos y yermos <br />
+
<div class="column">
y roquedas, de campos sin arados, regatos ni arboledas; <br />
+
<div class="NavFrame">
decrépitas ciudades, caminos sin mesones, y atónitos <br />
+
<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''Rima V'''</div>
palurdos sin danzas ni canciones que aún van, <br />
+
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
abandonando el mortecino hogar, como tus largos ríos, <br />
+
Sacudimiento extraño <br />
Castilla, hacia la mar! Castilla miserable, ayer <br />
+
que agita las ideas, <br />
dominadora, envuelta en sus andrajos desprecia cuanto <br />
+
como huracán que empuja <br />
ignora. ¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada <br />
+
las olas en tropel. <br />
recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada? Todo se <br />
+
Murmullo que en el alma <br />
mueve, fluye, discurre, corre o gira; cambian la mar y el <br />
+
se eleva y va creciendo
monte y el ojo que los mira. ¿Pasó? Sobre sus campos <br />
+
como volcán que sordo <br />
aún el fantasma yerta de un pueblo que ponía a Dios <br />
+
anuncia que va a arder. <br />
sobre la guerra. La madre en otro tiempo fecunda en <br />
+
Deformes siluetas <br />
capitanes, madrastra es hoy apenas de humildes <br />
+
de seres imposibles; <br />
ganapanes. Castilla no es aquella tan generosa un día, <br />
+
paisajes que aparecen <br />
cuando Mío Cid Rodrigo el de Vivar volvía, ufano de su <br />
+
como al través de un tul. <br />
nueva fortuna, y su opulencia, a regalar a Alfonso los <br />
+
Colores que fundiéndose <br />
huertos de Valencia; o que, tras la aventura que acreditó <br />
+
remedan en el aire <br />
sus bríos, pedía la conquista de los inmensos ríos <br />
+
los átomos del iris <br />
indianos a la corte, la madre de soldados, guerreros y <br />
+
que nadan en la luz. <br />
adalides que han de tornar, cargados de plata y oro, a <br />
+
Ideas sin palabras, <br />
España, en regios galeones, para la presa cuervos, para <br />
+
palabras sin sentido; <br />
la lid leones. <br />
+
cadencias que no tienen <br />
Filósofos nutridos de sopa de convento contemplan <br />
+
ni ritmo ni compás. <br />
impasibles el amplio firmamento; y si les llega en <br />
+
Memorias y deseos <br />
sueños, como un rumor distante, clamor de mercaderes <br />
+
de cosas que no existen; <br />
de muelles de Levante, no acudirán siquiera a preguntar <br />
+
accesos de alegría, <br />
¿qué pasa? Y ya la guerra ha abierto las puertas de su <br />
+
impulsos de llorar. <br />
casa. Castilla miserable, ayer dominadora, <br />
+
Actividad nerviosa <br />
envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora.
+
que no halla en qué emplearse; <br />
 +
sin riendas que le guíen, <br />
 +
caballo volador. <br />
 +
Locura que el espíritu <br />
 +
exalta y desfallece, <br />
 +
embriaguez divina <br />
 +
del genio creador... <br />
 +
Tal es la inspiración. <br />
 +
Gigante voz que el caos <br />
 +
ordena en el cerebro <br />
 +
y entre las sombras hace <br />
 +
la luz aparecer. <br />
 +
Brillante rienda de oro <br />
 +
que poderosa enfrena <br />
 +
de la exaltada mente <br />
 +
el volador corcel. <br />
 +
Hilo de luz que en haces <br />
 +
los pensamientos ata; <br />
 +
sol que las nubes rompe <br />
 +
y toca en el zenít. <br />
 +
Inteligente mano <br />
 +
que en un collar de perlas consigue las indóciles <br />
 +
palabras reunir. Armonioso ritmo que con <br />
 +
cadencia y número las fugitivas notas encierra en <br />
 +
el compás. Cincel que el bloque muerde la estatua <br />
 +
modelando, y la belleza plástica añade a la ideal. <br />
 +
Atmósfera en que giran con orden las ideas, cual <br />
 +
átomos que agrupa recóndita atracción. Raudal en <br />
 +
cuyas ondas su sed la fiebre apaga, oasis que al <br />
 +
espíritu devuelve su vigor... Tal es nuestra razón. <br />
 +
Con ambas siempre en lucha y de ambas <br />
 +
vencedor, tan sólo al genio es dado a un yugo atar <br />
 +
las dos.
 
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</div>
 
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Revisión actual del 15:14 14 abr 2021