Diferencia entre revisiones de «Bibliografia Antonio Machado»

De CEBES Perquín
(Página creada con «<div class="nomobile"> <div class="row"> <div class="column"> <div class="NavFrame"> <div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''1'''</div> <div class="Nav…»)
 
 
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''1'''</div>
+
<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''A un Viejo y distinguido señor'''</div>
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
A través del follaje perenne<br />
+
Te he visto, por el parque <br />
que oír deja rumores <br />
+
ceniciento <br />
extraños,<br />
+
que los poetas aman <br />
y entre un mar de <br />
+
para llorar, como una noble <br />
ondulante verdura,<br />
+
sombra <br />
amorosa mansión de los <br />
+
vagar, envuelto en tu levita larga. <br />
pájaros,<br />
+
El talante cortés, ha tantos años <br />
desde mis ventanas veo<br />
+
compuesto de una fiesta en la <br />
el templo que quise tanto.<br /><br />
+
antesala, <br />
 
+
?¡qué bien tus pobres huesos <br />
El templo que tanto quise,<br />
+
ceremoniosos guardan!? <br />
pues no sé decir ya si le <br />
+
Yo te he visto, aspirando distraído, <br />
quiero,<br />
+
con el aliento que la tierra exhala <br />
que en el rudo vaivén que <br />
+
?hoy, tibia tarde en que las <br />
sin tregua<br />
+
mustias hojas <br />
se agitan mis pensamientos,<br />
+
húmedo viento arranca?, <br />
dudo si el rencor adusto<br />
+
del eucalipto verde <br />
vive unido al amor en mi <br />
+
el frescor de las hojas perfumadas. <br />
pecho
+
Y te he visto llevar la seca mano <br />
</div>
+
a la perla que brilla en tu corbata.
</div>
 
</div>
 
 
 
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''2'''</div>
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
 
¡Otra vez!, tras la lucha que rinde<br />
 
y la incertidumbre amarga<br />
 
del viajero que errante no sabe<br />
 
dónde dormirá mañana,<br />
 
en sus lares primitivos<br />
 
halla un breve descanso mi alma.<br />
 
Algo tiene este blando reposo<br />
 
de sombrío y de halagüeño,<br />
 
cual lo tiene, en la noche callada,<br />
 
de un ser amado el recuerdo,<br />
 
que de negras traiciones y dichas<br />
 
inmensas, nos habla a un <br />
 
tiempo.Ya no lloro..., y no obstante, <br />
 
agobiado y afligido mi espíritu, <br />
 
apenas de su cárcel estrecha y <br />
 
sombría osa dejar las tinieblas<br />
 
para bañarse en las ondas<br />
 
de luz que el espacio llenan.<br />
 
Cual si en suelo extranjero me <br />
 
hallase, tímida y hosca, contemplo<br />
 
desde lejos los bosques y alturas<br />
 
y los floridos senderos donde en <br />
 
cada rincón me aguardaba<br />
 
la esperanza sonriendo.
 
</div>
 
</div>
 
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''3'''</div>
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
 
Oigo el toque sonoro que entonces a mi <br />
 
lecho a llamarme venía con sus ecos que <br />
 
el alba anunciaban, mientras, cual <br />
 
dulce caricia, un rayo de sol dorado<br />
 
alumbraba mi estancia tranquila.<br />
 
Puro el aire, la luz sonrosada, ¡qué <br />
 
despertar tan dichoso! Yo veía entre <br />
 
nubes de incienso, visiones con alas de <br />
 
oro que llevaban la venda celeste<br />
 
de la fe sobre sus ojos... Ese sol es el <br />
 
mismo, mas ellas no acuden a mi <br />
 
conjuro; y a través del espacio y las <br />
 
nubes, y del agua en los limbos confusos, <br />
 
y del aire en la azul transparencia,<br />
 
¡ay!, ya en vano las llamo y las busco. <br />
 
Blanca y desierta la vía entre los <br />
 
frondosos setos y los bosques y arroyos <br />
 
que bordan sus orillas, con grato <br />
 
misterio atraerme parece y brindarme<br />
 
a que siga su línea sin término.<br />
 
Bajemos, pues, que el camino<br />
 
antiguo nos saldrá al paso,<br />
 
aunque triste, escabroso y desierto,<br />
 
y cual nosotros cambiado,<br />
 
lleno aún de las blancas fantasmas<br />
 
que en otro tiempo adoramos
 
</div>
 
</div>
 
</div>
 
 
 
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''4'''</div>
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
 
Tras de inútil fatiga, que mis fuerzas agota, <br />
 
caigo en la senda amiga, donde una fuente <br />
 
brota siempre serena y pura,<br />
 
y con mirada incierta, busco por la llanura <br />
 
no sé qué sombra vana o que esperanza <br />
 
muerta, no sé qué flor tardía de virginal <br />
 
frescura que no crece en la vía arenosa y <br />
 
desierta. De la oscura Trabanca tras la <br />
 
espesa arboleda, gallardamente arranca al <br />
 
pie de la vereda La Torre y sus contornos <br />
 
cubiertos de follaje, prestando a la mirada <br />
 
descanso en su ramaje cuando de la ancha <br />
 
vega por vivo sol bañada que las pupilas <br />
 
ciega, atraviesa el espacio, gozosa y <br />
 
deslumbrada. Como un eco perdido, como un <br />
 
amigo acento que sueña cariñoso, el familiar <br />
 
chirrido del carro perezoso corre en alas del <br />
 
viento y llega hasta mi oído cual en aquellos <br />
 
días hermosos y brillantes en que las ansias <br />
 
mías eran quejas amantes, eran dorados <br />
 
sueños y santas alegrías. Ruge la Presa <br />
 
lejos..., y, de las aves nido, Fondón cerca <br />
 
descansa; la cándida abubilla bebe en el <br />
 
agua mansa donde un tiempo he creído de la <br />
 
esperanza hermosa beber el néctar sano, y <br />
 
hoy bebiera anhelosa las aguas del olvido, <br />
 
que es de la muerte hermano; donde de los <br />
 
vencejos que vuelan en la altura, la sombra <br />
 
se refleja.
 
 
</div>
 
</div>
 
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Línea 135: Línea 33:
 
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''5'''</div>
+
<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''A un olmo seco'''</div>
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
¡Cuán hermosa es tu vega, oh Padrón, <br />
+
Al olmo viejo, hendido por el rayo <br />
oh Iria Flavia! Mas el calor, la vida <br />
+
y en su mitad podrido, <br />
juvenil y la savia que extraje de tu <br />
+
con las lluvias de abril y el sol de mayo <br />
seno, como el sediento niño el dulce <br />
+
algunas hojas verdes le han salido. <br />
jugo extrae del pecho blanco y lleno,<br />
+
¡El olmo centenario en la colina <br />
de mi existencia oscura en el <br />
+
que lame el Duero! Un musgo amarillento <br />
torrente amargo pasaron, cual <br />
+
le mancha la corteza blanquecina <br />
barrida por la inconstancia ciega, <br />
+
al tronco carcomido y polvoriento. <br />
una visión de armiño, una ilusión <br />
+
No será, cual los álamos cantores <br />
querida, un suspiro de amor. De tus <br />
+
que guardan el camino y la ribera, <br />
suaves rumores la acorde <br />
+
habitado de pardos ruiseñores. <br />
consonancia, ya para el alma yerta <br />
+
Ejército de hormigas en hilera <br />
tornóse bronca y dura a impulsos del <br />
+
va trepando por él, y en sus entrañas <br />
dolor; secáronse tus flores de virginal <br />
+
urden sus telas grises las arañas. <br />
fragancia; perdió su azul tu cielo, el <br />
+
Antes que te derribe, olmo del Duero, <br />
campo su frescura, el alba su candor.<br />
+
con su hacha el leñador, y el carpintero <br />
La nieve de los años, de la tristeza el <br />
+
te convierta en melena de campana, <br />
hielo constante, al alma niegan toda <br />
+
lanza de carro o yugo de carreta; <br />
ilusión amada, todo dulce consuelo. <br />
+
antes que rojo en el hogar, mañana, <br />
Sólo los desengaños preñados de <br />
+
ardas en alguna mísera caseta, <br />
temores, y de la duda el frío, avivan <br />
+
al borde de un camino; <br />
los dolores que siente el pecho mío, y <br />
+
antes que te descuaje un torbellino <br />
ahondando mi herida, me desti rran <br />
+
y tronche el soplo de las sierras blancas; <br />
del cielo, donde las fuentes brotan <br />
+
antes que el río hasta la mar te empuje <br />
eternas de la vida.
+
por valles y barrancas, <br />
 +
olmo, quiero anotar en mi cartera <br />
 +
la gracia de tu rama verdecida. <br />
 +
Mi corazón espera <br />
 +
también, hacia la luz y hacia la vida, <br />
 +
otro milagro de la primavera.
 
</div>
 
</div>
 
</div>
 
</div>
Línea 168: Línea 71:
 
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''6'''</div>
+
<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''A Miguel de Unamuno'''</div>
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
¡Oh tierra, antes y ahora, siempre <br />
+
Este donquijotesco <br />
fecunda y bella!<br />
+
don Miguel de Unamuno, fuerte vasco, <br />
Viendo cuán triste brilla nuestra <br />
+
lleva el arnés grotesco <br />
fatal estrella,<br />
+
y el irrisorio casco <br />
del Sar cabe la orilla<br />
+
del buen manchego. Don Miguel camina, <br />
al acabarme, siento la sed devoradora<br />
+
jinete de quimérica montura, <br />
y jamás apagada que ahoga el <br />
+
metiendo espuela de oro a su locura, <br />
sentimiento,<br />
+
sin miedo de la lengua que malsina. <br />
y el hambre de justicia, que abate y <br />
+
A un pueblo de arrieros, <br />
que anonada<br />
+
lechuzos y tahúres y logreros <br />
cuando nuestros clamores los <br />
+
dicta lecciones de Caballería. <br />
arrebata el viento<br />
+
Y el alma desalmada de su raza, <br />
de tempestad airada.<br />
+
que bajo el golpe de su férrea maza <br />
Ya en vano el tibio rayo de la <br />
+
aún durme, puede que despierte un día. <br />
naciente aurora tras del Miranda <br />
+
Quiere enseñar el ceño de la duda, <br />
altivo, valles y cumbres dora con su <br />
+
antes de que cabalgue, el caballero; <br />
resplandor vivo; en vano llega mayo <br />
+
cual nuevo Hamlet, a mirar desnuda <br />
de sol y aromas lleno, con su frente de <br />
+
cerca del corazón la hoja de acero. <br />
niño de rosas coronada, y con su luz <br />
+
Tiene el aliento de una estirpe fuerte <br />
serena: en mi pecho ve juntos el odio y <br />
+
que soñó más allá de sus hogares, <br />
el cariño, mezcla de gloria y pena,<br />
+
y que el oro buscó tras de los mares. <br />
mi sien por la corona del mártir <br />
+
Él señala la gloria tras la muerte. <br />
agobiada y para siempre frío y <br />
+
Quiere ser fundador, y dice: Creo; <br />
agotado mi seno.
+
Dios y adelante el ánima española... <br />
 +
Y es tan bueno y mejor que fue Loyola: <br />
 +
sabe a Jesús y escupe al fariseo.
 
</div>
 
</div>
 
</div>
 
</div>
Línea 200: Línea 105:
 
<div class="column">
 
<div class="column">
 
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<div class="NavFrame">
<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''7'''</div>
+
<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''A un naranjo y limonero'''</div>
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
¡Cuán hermosa es tu vega, oh Padrón, <br />
+
Naranjo en maceta, ¡qué triste es tu suerte! <br />
oh Iria Flavia! Mas el calor, la vida <br />
+
Medrosas tiritan tus hojas menguadas. <br />
juvenil y la savia que extraje de tu <br />
+
Naranjo en la corte, ¡qué pena da verte con <br />
seno, como el sediento niño el dulce <br />
+
tus naranjitas secas y arrugadas!. <br />
jugo extrae del pecho blanco y lleno,<br />
+
Pobre limonero de fruto amarillo cual <br />
de mi existencia oscura en el <br />
+
pomo pulido de pálida cera, ¡qué pena <br />
torrente amargo pasaron, cual <br />
+
mirarte, mísero arbolillo criado en <br />
barrida por la inconstancia ciega, <br />
+
mezquino tonel de madera! De los claros <br />
una visión de armiño, una ilusión <br />
+
bosques de la Andalucía, ¿quién os trajo a <br />
querida, un suspiro de amor. De tus <br />
+
esta castellana tierra que barren los vientos <br />
suaves rumores la acorde <br />
+
de la adusta sierra, hijos de los campos de <br />
consonancia, ya para el alma yerta <br />
+
la tierra mía? ¡Gloria de los huertos, árbol <br />
tornóse bronca y dura a impulsos del <br />
+
limonero, que enciendes los frutos de <br />
dolor; secáronse tus flores de virginal <br />
+
pálido oro, y alumbras del negro cipresal <br />
fragancia; perdió su azul tu cielo, el <br />
+
austero <br />
campo su frescura, el alba su candor.<br />
+
las quietas plegarias erguidas en coro; y <br />
La nieve de los años, de la tristeza el <br />
+
fresco naranjo del patio querido, del campo <br />
hielo constante, al alma niegan toda <br />
+
risueño y el huerto soñado, siempre en mi <br />
ilusión amada, todo dulce consuelo. <br />
+
recuerdo maduro o florido <br />
Sólo los desengaños preñados de <br />
+
de frondas y aromas y frutos cargado!
temores, y de la duda el frío, avivan <br />
 
los dolores que siente el pecho mío, y <br />
 
ahondando mi herida, me destierran <br />
 
del cielo, donde las fuentes brotan <br />
 
eternas de la vida.
 
 
</div>
 
</div>
 
</div>
 
</div>
Línea 233: Línea 133:
 
<div class="column">
 
<div class="column">
 
<div class="NavFrame">
 
<div class="NavFrame">
<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''8'''</div>
+
<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''A orillas del Duero'''</div>
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
 
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
¡Ya que de la esperanza, para la <br />
+
Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día. Yo, solo, <br />
vida mía,<br />
+
por las quiebras del pedregal subía, buscando los recodos <br />
triste y descolorido ha llegado el <br />
+
de sombra, lentamente. A trechos me paraba para enjugar <br />
ocaso,<br />
+
mi frente y dar algún respiro al pecho jadeante; o bien, <br />
a mi morada oscura, <br />
+
ahincando el paso, el cuerpo hacia adelante y hacia la <br />
desmantelada y fría,<br />
+
mano diestra vencido y apoyado en un bastón, a guisa de <br />
tornemos paso a paso,<br />
+
pastoril cayado, <br />
porque con su alegría no aumente <br />
+
trepaba por los cerros que habitan las rapaces aves de <br />
mi amargura<br />
+
altura, hollando las hierbas montaraces de fuerte olor <br />
la blanca luz del día.<br /><br />
+
?romero, tomillo, salvia, espliego?. Sobre los agrios <br />
 +
campos caía un sol de fuego. Un buitre de anchas alas <br />
 +
con majestuoso vuelo cruzaba solitario el puro azul del <br />
 +
cielo. Yo divisaba, lejos, un monte alto y agudo, y una <br />
 +
redonda loma cual recamado escudo, y cárdenos alcores <br />
 +
sobre la parda tierra <br />
 +
?harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra?, <br />
 +
las serrezuelas calvas por donde tuerce el Duero para <br />
 +
formar la corva ballesta de un arquero en torno a Soria. <br />
 +
?Soria es una barbacana, hacia Aragón, que tiene la torre <br />
 +
castellana?. Veía el horizonte cerrado por colinas oscuras, <br />
 +
coronadas de robles y de encinas; desnudos peñascales, <br />
 +
algún humilde prado donde el merino pace y el toro, <br />
 +
arrodillado sobre la hierba, rumia; las márgenes de río <br />
 +
lucir sus verdes álamos al claro sol de estío, y, <br />
 +
silenciosamente, lejanos pasajeros, ¡tan diminutos! <br />
 +
?carros, jinetes y arrieros?, cruzar el largo puente, y bajo <br />
 +
las arcadas de piedra ensombrecerse las aguas plateadas <br />
 +
del Duero. El Duero cruza el corazón de roble de Iberia y <br />
 +
de Castilla.<br /><br />
  
Contenta el negro nido busca el <br />
+
¡Oh, tierra triste y noble, la de los altos llanos y yermos <br />
ave agorera;<br />
+
y roquedas, de campos sin arados, regatos ni arboledas; <br />
bien reposa la fiera en el antro <br />
+
decrépitas ciudades, caminos sin mesones, y atónitos <br />
escondido,<br />
+
palurdos sin danzas ni canciones que aún van, <br />
en su sepulcro el muerto, el triste <br />
+
abandonando el mortecino hogar, como tus largos ríos, <br />
en el olvido<br />
+
Castilla, hacia la mar! Castilla miserable, ayer <br />
y mi alma en su desierto.
+
dominadora, envuelta en sus andrajos desprecia cuanto <br />
 +
ignora. ¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada <br />
 +
recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada? Todo se <br />
 +
mueve, fluye, discurre, corre o gira; cambian la mar y el <br />
 +
monte y el ojo que los mira. ¿Pasó? Sobre sus campos <br />
 +
aún el fantasma yerta de un pueblo que ponía a Dios <br />
 +
sobre la guerra. La madre en otro tiempo fecunda en <br />
 +
capitanes, madrastra es hoy apenas de humildes <br />
 +
ganapanes. Castilla no es aquella tan generosa un día, <br />
 +
cuando Mío Cid Rodrigo el de Vivar volvía, ufano de su <br />
 +
nueva fortuna, y su opulencia, a regalar a Alfonso los <br />
 +
huertos de Valencia; o que, tras la aventura que acreditó <br />
 +
sus bríos, pedía la conquista de los inmensos ríos <br />
 +
indianos a la corte, la madre de soldados, guerreros y <br />
 +
adalides que han de tornar, cargados de plata y oro, a <br />
 +
España, en regios galeones, para la presa cuervos, para <br />
 +
la lid leones. <br />
 +
Filósofos nutridos de sopa de convento contemplan <br />
 +
impasibles el amplio firmamento; y si les llega en <br />
 +
sueños, como un rumor distante, clamor de mercaderes <br />
 +
de muelles de Levante, no acudirán siquiera a preguntar <br />
 +
¿qué pasa? Y ya la guerra ha abierto las puertas de su <br />
 +
casa. Castilla miserable, ayer dominadora, <br />
 +
envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora.
 
</div>
 
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</div>
 
</div>

Revisión actual del 15:00 14 abr 2021