Diferencia entre revisiones de «El justo juez de la noche.»

De CEBES Perquín
(Página creada con «De acuerdo a relatos antiguos el justo juez de la noche es un personaje como fantasma que suele aparecérsele a quienes acostumbran a caminar por las zonas rurales a altas…»)
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Revisión del 03:00 21 jul 2020

De acuerdo a relatos antiguos el justo juez de la noche es un personaje como fantasma que suele aparecérsele a quienes acostumbran a caminar por las zonas rurales a altas horas de la noche. Quienes lo han visto aseguran que es un hombre con sombrero, vestido totalmente de negro montado sobre un caballo de ese mismo color y en su mano sostiene una rienda o un lazo para castigar a quienes se encuentre en su camino. Su estatura es bastante alta y algunos mencionan que no tiene cabeza, que en su lugar se observa solamente una columna de humo. Es un hombre errante y en los lugares que pasa el viento mueve violentamente las ramas de los árboles. Las personas que se han visto sorprendidas con su presencia, afirman regresar advertidos a sus casas, pues el Justo Juez de la Noche afirma que la noche le pertenece solo a él.


Además se cuenta que en más de alguna ocasión, mostrándose como un vigilante del orden, ha azotado a cualquier incauto a manera de reprimenda por no haber caso de sus órdenes de no salir de noche. El Justo Juez de la Noche pertenece al folklore de El Salvador, y su origen parece remontarse la época de la colonización española, cuando era necesario mantener la tranquilidad por la noche y ahuyentar los peligros de la misma. El territorio donde deambulada haciendo sus abruptas apariciones se limitaba a la entonces pequeña nación recién independizada de la España, El Salvador; su espíritu se aparecía solamente a las áreas rurales; el encuentro de los tropiezos de personas durante las noches, lo describían como un fantasma de pocas palabras, solamente preguntaba y repreguntaba, si lo consideraba conveniente. Efectivamente, se trataba de todo un juez, por propio criterio, impartía justicia a su modo, cuidaba aquellos habitantes decentes y trabajadores honrados, de perturbaciones de los vagos, haraganes, zánganos, viciosos, delincuentes, en fin de los apoderados del mal espíritu .


Como “juez justo”. impartía a diestra y siniestra después de analizar la transgresión nocturna, el castigo: propinar latigazos. Los pobladores se sometían a sus reglas, obligadas a ser obedecidas y respetadas.