Diferencia entre revisiones de «El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío»

De CEBES Perquín
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Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío».
 
Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío».
  
== Homilía ==
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==Homilía==
Este domingo estamos leyendo y reflexionando otro fragmento del discurso de despedida de Jesús. Son palabras relevantes.
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Al referirse Jesús a la vida cristiana, nunca la presentó como un camino fácil. Nunca ha sido un demagogo con  tal de ganar adeptos. Siempre ha dicho la verdad, planteando aún, con toda claridad, las dificultades y las  exigencias que todo seguidor, seguidora tendrá que enfrentar.
  
1. Salta a la vista la alusión que Jesús hace a su Padre y a la vez al envío del Espíritu Santo. Este es el mismo que inspiró y movió a Dios desde siempre y que inspiró y que movió a Jesús a lo largo de su vida.
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En el evangelio de hoy presenta Jesús la vida cristiana como una práctica que requiere lucidez, audacia y disposición a cargar la cruz.
  
De acuerdo con el evangelio, la presencia de Jesús ya ausente físicamente, se prolongará con la del Espíritu Santo, que vendrá para ayudar a hacer memoria de todo lo que hizo y dijo Jesús y para acoger la verdad que está en todo aquello.
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Nunca pensó Jesús en seguidores inconscientes, sino en personas lúcidas y responsables.
  
Es un consuelo para los discípulos y discípulas que después de que Jesús ha vuelto al Padre no quedarán huérfanos; tendrán alguien a quien acudir para descubrir con certeza el camino a seguir.
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Los dos ejemplos que pone en el evangelio tienen un mismo mensaje: antes de iniciar un proyecto, hay que sentarse a pensar, a ver si se tiene los recursos y las fuerzas necesarios para llevarlo a feliz término. Si no se hace esto, se corre el peligro de iniciar un proyecto que no se va a poder terminar ,  fracasará y se hará uno el ridículo ante quienes le observan.
  
Tendremos que tener alguna desconfianza respecto a lo que nos ocurre espontáneamente, mejor es abrirnos a las indicaciones del Espíritu Santo.
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Esto, lo dice Jesús, pueda suceder a quien construye una torre sin antes evaluar si se tiene lo requerido para concluir esa obra; igual pueda suceder a quien emprende una batalla sin antes evaluar si dispone de lo necesario para convertirla en una victoria.
  
Al hacer referencia al Espíritu Santo, la liturgia nos va preparando para lo que vamos a celebrar dentro de quince días: el día de Pentecostés, cuando la iglesia bajo el impulso del Espíritu Santo comienza a dar sus primeros pasos.
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  En este sentido también la vida cristiana, que es todo un proyecto, requiere antes reflexión, diálogo y debate a fin de  que podamos hacer de ella una práctica exitosa.  
  
2. La idea principal del evangelio, sin embargo, es otra. Se trata de saber dónde está Dios presente, realizando el reino.
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La vida cristiana abarca toda nuestra realidad: la familia, la comunidad, y la sociedad local y mundial. Se trata de construir el reino, es decir, un mundo en que predomina la justicia y el amor, y donde se vive en paz.
  
Dice Jesús:” Quién me ame cumplirá mi palabra, mi Padre lo amará, vendremos a él y habitaremos en él.” Comienza algo nuevo y diferente.
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En el debate que se necesita hacer antes de llegar a la acción concreta, tres cosas son sumamente importantes:
  
Primero se ha colocado a Dios en el cielo, sentado en su trono; después se ha puesto a Dios en medio de su pueblo, el pueblo de Israel, un pueblo peregrino; el pueblo de Israel se apoderó de Dios, los demás pueblos eran pueblos paganos, alejados del verdadero Dios; Ya se va señalando el templo, en concreto el templo de Jerusalén, como la morada por excelencia de Dios; después de Jesús es la iglesia (católica) que se considera el lugar por excelencia para encontrarse con Dios.
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1. Habrá que hacer un análisis de la situación en la que vivimos. Se tratará de descubrir lo bueno que hay,  que tendremos que potenciar y lo malo que hay, que tendremos que corregir. El análisis nos ayudará descubrir lo que es necesario hacer para adecuar nuestra realidad al reino que como cristianos debemos proclamar y realizar
  
El evangelio de hoy, sin embargo, nos dice que Dios está ahí donde se cumple la palabra de Jesús. La palabra de Jesús escuchamos con toda claridad el domingo pasado cuando les dice a sus seguidores y seguidoras: “ámense unos a otros como yo los he amado.
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2. Habrá que evaluar de cuantos recursos y fuerzas disponemos. Esto nos ayudaría para no  proponernos cosas que están totalmente fuera de nuestro alcance, o dicho de manera positiva, para definir algunos esfuerzos con el debido realismo, que nos permitirán dar una contribución real a la instauración del reino.
  
¿Entonces donde pone Dios su morada? Ahí donde hay amor. Una afirmación que supera y sustituye todos los intentos anteriores para ubicar a Dios.
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3. Y, por último, será necesario definir una estrategia; cómo implementaremos el esfuerzo, a fin de que tenga el éxito esperado. Es verdad que nuestra capacidad es poca para incidir en un cambio profundo de nuestro mundo, pero algo podemos hacer, sea de modo modesto, para que nuestro mundo sea un poquitito mejor.
  
Por si sirva de aclaración. Podemos pensar en un lugar remoto en África donde viven unas cuantas familias; no pertenecen a ninguna iglesia, no hay por ahí ningún templo. Sin embargo, se reúnen para ayudarse y solidarizarse mutuamente, hacen comunidad y se esfuerzan por lograr una buena convivencia entre todos y todas y en la medida de lo posible tratan de saber y se preocupan por lo que sucede en otras latitudes del mundo. Sin duda alguna, ahí está Dios. El canto no se equivoca: “Dónde hay amor ahí está Dios”.
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          En Europa he observado un pesimismo sobre el curso que va tomando el mundo, debido a la guerra que se ha desatado en Ucrania y las consecuencias de ella en cuanto hará falta  gas y energía; pesimismo también porque se ha dado una sequía que se ha prolongado durante varios meses y una alza en las temperaturas nunca vivida por esos lados.
  
Y dónde está Dios, en la medida de lo posible, debemos acercarnos nosotros también para colaborar en la realización del reino.
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Aquí tampoco podemos cantar victoria.
  
O cómo lo hemos dicho una y otra vez: como cristianos debemos estar ahí dónde se construye la justicia y la vida.
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El pesimismo, sin embargo, no debe dominarnos. Debe, porque Dios está presente, prevalecer siempre la fe y la esperanza.
  
De esta manera el evangelio nos da una pista para encontrar a Dios. Cuenta en la p.42
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En un periódico belga una periodista (mujer) hace un comentario después de la décima segunda etapa de la vuelta de Francia. Se refiere en especial a chris Froome, un famoso ciclista británico. Entrenándose y tomando a toda velocidad (60 kilómetros por hora) una bajada choca con una pared. Se quiebra un brazo, una pierna, la nuca, una cantidad de costillas etc.. Después de dos años de revalidación y una serie de operaciones muy delicadas, sigue creyendo en un milagro, de volver a ser el ciclista que siempre fue. En la décima segunda etapa de la vuelta de Francia de este año aparece y se esfuerza por ganarla. No pudo, pero si terminó la etapa en un apreciable tercer lugar.
  
3. Hay un regalo muy precioso que Jesús nos ofrece: “la paz les dejo, les doy mi paz.” No se trata de acoger el regalo y guardarlo, más bien se trata de acoger la paz y de extenderla lo más que podamos, es decir, debemos ser artesanos o sembradores de la paz.
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Admirada ante el ejemplo de Chris Froome continua la comentarista diciendo: es difícil definir el momento en que la fe se vuelve irracional.
  
A fin de responder a ese llamado algunas cosas son importantes.
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Lo que diferencia los famosos deportistas de los seres comunes no son los resultados exitosos que alcanzan sino su fe extraordinaria en que todo se puede Y concluye diciendo el que deja caer su fe, cae de la bicicleta.
  
1. Adquirir la costumbre de contribuir a la buena convivencia con nuestras palabras y actitudes. Es una costumbre que poco a poco se puede adquirir, supone aprendizaje.
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¿No es esa la fe y la esperanza que un cristiano debe tener a la hora de luchar por la realización del reino?: Fe a pesar de todo, Esperanza contra toda esperanza.
  
2. No tender a juzgar. Más bien siempre tratar de comprender porque ha surgido tal o tal conflicto. Así se podrá corregirlo desde su raíz.
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         A primera vista puede parecer que Jesús, insistiendo en la reflexión, el diálogo y el debate antes de comenzar a trabajar por el reino, está invitando a un comportamiento prudente y precavido, muy alejado de la audacia con que habla de ordinario a los suyos.
  
3. Ser capaces de perdonar y estar dispuesto a recibir el perdón Esto requiere una dosis de humildad que demasiadas veces nos hace falta.
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Dice José Antonio Pagola:” nada más lejos de la realidad. La misión que quiere encomendar a los suyos es tan importante que nadie ha de comprometerse en ella en forma inconsciente, temeraria o presuntuosa”.
  
4. No revolcarse en la vida y dejarse llevar por todas las novedades sino vivir con sencillez, contento en medio de las pequeñas cosas. La ambición nos quita la capacidad de pacificar el ambiente.
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Con otras palabras, este momento previo es indispensable. No obstante, a la hora de la acción no podrá faltar la audacia para ir concretando lo planificado. Lucidez y audacia se complementan a la hora de construir el reino.
  
5. Hacer tiempo para el silencio como lo hizo Jesús y escuchar su palabra.
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La reflexión que estamos haciendo me hace pensar en Monseñor Romero, hombre lúcido (no le faltaban, en su vida, momentos de reflexión, diálogo y debate) pero a la vez muy audaz.
  
6. No dejar de compartir en solidaridad con las personas que sufren aquí y en todas partes.
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Cuentan que cuando mataron al Padre Neto Barrera le aconsejaron a Monseñor no presidir la eucaristía del funeral pues se rumoraba que el Padre había muerto disparando en defensa de sus compañeros y de su propia persona. Cuando le dieron este consejo M. no contestó sino que quedó un buen rato en silencio reflexionando. Después, dirigiéndose a uno de estas personas cercanas, le preguntó: ¿y dónde está la madre del Padre y aquel le contestó, junto al cadáver de su hijo rezando. Entonces dijo M. que la iglesia  debe actuar como una madre y decidió estar en el funeral y presidir la eucaristía, asumiendo las consecuencias que podría tener este gesto audaz.
  
7. Diferentes opciones políticas o religiosas no pueden ser nunca motivo de conflictos.
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         Jesús cargó y murió en la cruz, consecuencia de una vida al servicio del reino.
  
Acerca de las diferentes opciones religiosas Tony de Mello también tiene una pequeña parábola p. 191
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         Ahora Jesús advierte a todos sus seguidores que deben tener la disposición de cargar la cruz, igual como él. Trabajando por el reino, el cristiano tendrá muchos, muchas a su favor pero igual número o más en su contra.
  
8. Además de todo lo anterior es sumamente importante lo siguiente. No podemos dar lo que no tenemos. Siempre debemos evitar que nuestros corazones se vayan llenando de sentimientos negativos como el rencor, el resentimiento, el odio, la envidia esto nos imposibilitará contribuir a la buena convivencia. Llenemos más bien nuestros corazones de sentimientos positivos, esto si nos ayudará para ser, como Dios manda artesanos y sembradores de la paz.
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José María Castillo, así lo dice:” Ahora bien, cuando una persona vive así, al servicio del reino,  es una persona que resulta irresistiblemente atrayente para unos, pero también sumamente sospechosa, desconcertante y hasta escandalosa para otros”.
  
Es urgente contribuir a la pacificación de nuestro país, pues, tal como lo dijo el cardenal Rosa Chávez durante una misa: “Estamos en un país lleno de odio y de sed de venganza.
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Quedándonos con el ejemplo de M. Romero. Recibió mucho aplauso y tal vez más de lo que el mismo esperaba y deseaba pero a la vez  por igual o mayor número fue despreciado, calumniado, insultado, y amenazado. Igual como Jesús, cargó con su cruz y murió cuando las amenazas se hicieron una dolorosa realidad.
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Por supuesto, hablar de M. Romero es hablar de un santo. Sin embargo al vivir al servicio del reino, nos sucede algo similar como a él sucedió pero ciertamente no del mismo tamaño. La cruz de uno, no es la cruz de otro. Pero sigue siendo una cruz que debemos cargar, sin echarnos atrás nunca, por muy pesada que nos parezca la cruz que nos toca cargar.
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        Concluimos con la frase que colocamos al principio de nuestra reflexión: toda vida cristiana requiere lucidez, audacia y disposición a cargar la cruz. Adecuando nuestra vida a esas palabras de Jesús, estamos haciendo de nuestra vida, una vida llena de sentido y profundidad.
  
 
'''<big>Padre Rogelio Ponseele</big>'''
 
'''<big>Padre Rogelio Ponseele</big>'''
  
== Referencia ==
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==Referencia==
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<youtube>https://www.youtube.com/watch?v=ODvRkEb6ndQ&t</youtube>
 
<youtube>https://www.youtube.com/watch?v=ODvRkEb6ndQ&t</youtube>

Revisión del 22:21 25 oct 2022

Fecha: Domingo 04 de septiembre de 2022

Ciclo Litúrgico: Ciclo C – 22° Domingo del Tiempo Ordinario

Evangelio según San Lucas: 14, 25-33

En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: «Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.

Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: “Este hombre empezó a construir y no pudo acabar”.

¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que lo ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío».

Homilía

Al referirse Jesús a la vida cristiana, nunca la presentó como un camino fácil. Nunca ha sido un demagogo con  tal de ganar adeptos. Siempre ha dicho la verdad, planteando aún, con toda claridad, las dificultades y las  exigencias que todo seguidor, seguidora tendrá que enfrentar.

En el evangelio de hoy presenta Jesús la vida cristiana como una práctica que requiere lucidez, audacia y disposición a cargar la cruz.

Nunca pensó Jesús en seguidores inconscientes, sino en personas lúcidas y responsables.

Los dos ejemplos que pone en el evangelio tienen un mismo mensaje: antes de iniciar un proyecto, hay que sentarse a pensar, a ver si se tiene los recursos y las fuerzas necesarios para llevarlo a feliz término. Si no se hace esto, se corre el peligro de iniciar un proyecto que no se va a poder terminar ,  fracasará y se hará uno el ridículo ante quienes le observan.

Esto, lo dice Jesús, pueda suceder a quien construye una torre sin antes evaluar si se tiene lo requerido para concluir esa obra; igual pueda suceder a quien emprende una batalla sin antes evaluar si dispone de lo necesario para convertirla en una victoria.

  En este sentido también la vida cristiana, que es todo un proyecto, requiere antes reflexión, diálogo y debate a fin de  que podamos hacer de ella una práctica exitosa.

La vida cristiana abarca toda nuestra realidad: la familia, la comunidad, y la sociedad local y mundial. Se trata de construir el reino, es decir, un mundo en que predomina la justicia y el amor, y donde se vive en paz.

En el debate que se necesita hacer antes de llegar a la acción concreta, tres cosas son sumamente importantes:

1. Habrá que hacer un análisis de la situación en la que vivimos. Se tratará de descubrir lo bueno que hay,  que tendremos que potenciar y lo malo que hay, que tendremos que corregir. El análisis nos ayudará descubrir lo que es necesario hacer para adecuar nuestra realidad al reino que como cristianos debemos proclamar y realizar

2. Habrá que evaluar de cuantos recursos y fuerzas disponemos. Esto nos ayudaría para no  proponernos cosas que están totalmente fuera de nuestro alcance, o dicho de manera positiva, para definir algunos esfuerzos con el debido realismo, que nos permitirán dar una contribución real a la instauración del reino.

3. Y, por último, será necesario definir una estrategia; cómo implementaremos el esfuerzo, a fin de que tenga el éxito esperado. Es verdad que nuestra capacidad es poca para incidir en un cambio profundo de nuestro mundo, pero algo podemos hacer, sea de modo modesto, para que nuestro mundo sea un poquitito mejor.

          En Europa he observado un pesimismo sobre el curso que va tomando el mundo, debido a la guerra que se ha desatado en Ucrania y las consecuencias de ella en cuanto hará falta  gas y energía; pesimismo también porque se ha dado una sequía que se ha prolongado durante varios meses y una alza en las temperaturas nunca vivida por esos lados.

Aquí tampoco podemos cantar victoria.

El pesimismo, sin embargo, no debe dominarnos. Debe, porque Dios está presente, prevalecer siempre la fe y la esperanza.

En un periódico belga una periodista (mujer) hace un comentario después de la décima segunda etapa de la vuelta de Francia. Se refiere en especial a chris Froome, un famoso ciclista británico. Entrenándose y tomando a toda velocidad (60 kilómetros por hora) una bajada choca con una pared. Se quiebra un brazo, una pierna, la nuca, una cantidad de costillas etc.. Después de dos años de revalidación y una serie de operaciones muy delicadas, sigue creyendo en un milagro, de volver a ser el ciclista que siempre fue. En la décima segunda etapa de la vuelta de Francia de este año aparece y se esfuerza por ganarla. No pudo, pero si terminó la etapa en un apreciable tercer lugar.

Admirada ante el ejemplo de Chris Froome continua la comentarista diciendo: es difícil definir el momento en que la fe se vuelve irracional.

Lo que diferencia los famosos deportistas de los seres comunes no son los resultados exitosos que alcanzan sino su fe extraordinaria en que todo se puede Y concluye diciendo el que deja caer su fe, cae de la bicicleta.

¿No es esa la fe y la esperanza que un cristiano debe tener a la hora de luchar por la realización del reino?: Fe a pesar de todo, Esperanza contra toda esperanza.

         A primera vista puede parecer que Jesús, insistiendo en la reflexión, el diálogo y el debate antes de comenzar a trabajar por el reino, está invitando a un comportamiento prudente y precavido, muy alejado de la audacia con que habla de ordinario a los suyos.

Dice José Antonio Pagola:” nada más lejos de la realidad. La misión que quiere encomendar a los suyos es tan importante que nadie ha de comprometerse en ella en forma inconsciente, temeraria o presuntuosa”.

Con otras palabras, este momento previo es indispensable. No obstante, a la hora de la acción no podrá faltar la audacia para ir concretando lo planificado. Lucidez y audacia se complementan a la hora de construir el reino.

La reflexión que estamos haciendo me hace pensar en Monseñor Romero, hombre lúcido (no le faltaban, en su vida, momentos de reflexión, diálogo y debate) pero a la vez muy audaz.

Cuentan que cuando mataron al Padre Neto Barrera le aconsejaron a Monseñor no presidir la eucaristía del funeral pues se rumoraba que el Padre había muerto disparando en defensa de sus compañeros y de su propia persona. Cuando le dieron este consejo M. no contestó sino que quedó un buen rato en silencio reflexionando. Después, dirigiéndose a uno de estas personas cercanas, le preguntó: ¿y dónde está la madre del Padre y aquel le contestó, junto al cadáver de su hijo rezando. Entonces dijo M. que la iglesia  debe actuar como una madre y decidió estar en el funeral y presidir la eucaristía, asumiendo las consecuencias que podría tener este gesto audaz.

         Jesús cargó y murió en la cruz, consecuencia de una vida al servicio del reino.

         Ahora Jesús advierte a todos sus seguidores que deben tener la disposición de cargar la cruz, igual como él. Trabajando por el reino, el cristiano tendrá muchos, muchas a su favor pero igual número o más en su contra.

José María Castillo, así lo dice:” Ahora bien, cuando una persona vive así, al servicio del reino,  es una persona que resulta irresistiblemente atrayente para unos, pero también sumamente sospechosa, desconcertante y hasta escandalosa para otros”.

Quedándonos con el ejemplo de M. Romero. Recibió mucho aplauso y tal vez más de lo que el mismo esperaba y deseaba pero a la vez  por igual o mayor número fue despreciado, calumniado, insultado, y amenazado. Igual como Jesús, cargó con su cruz y murió cuando las amenazas se hicieron una dolorosa realidad.

Por supuesto, hablar de M. Romero es hablar de un santo. Sin embargo al vivir al servicio del reino, nos sucede algo similar como a él sucedió pero ciertamente no del mismo tamaño. La cruz de uno, no es la cruz de otro. Pero sigue siendo una cruz que debemos cargar, sin echarnos atrás nunca, por muy pesada que nos parezca la cruz que nos toca cargar.

        Concluimos con la frase que colocamos al principio de nuestra reflexión: toda vida cristiana requiere lucidez, audacia y disposición a cargar la cruz. Adecuando nuestra vida a esas palabras de Jesús, estamos haciendo de nuestra vida, una vida llena de sentido y profundidad.

Padre Rogelio Ponseele

Referencia