Acompañando a las comunidades de base en el exterior de El Salvador

Cita: Juan Carlos Hernández. Memoria escrita en febrero de 2021.

“La diáspora salvadoreña llevó a muchos miembros de las Comunidades de Base perseguidos por su fe y sueño de construir un mundo diferente, a vivir fuera de la tierra que les vio nacer.

El equipo Pastoral miembro de las Comunidades Eclesiales de Base de El Salvador, acompañó a comunidades de base de salvadoreños radicados en México, Estados Unidos, Canadá y Nicaragua.

Personalmente me tocó acompañar a nombre de las CEB a comunidades de Base en tres países:

México. Ahí estaba organizadas las comunidades eclesiales de base con una oficina que atendió a los refugiados salvadoreños y la comunidad de salvadoreños participando en celebraciones de la palabra, organizaron eventos para dar a conocer la realidad de El Salvador, las violaciones a los derechos humanos, recogieron fondos para apoyar el trabajo de las CEBES en El Salvador, visitaban a los miembros de las comunidades de base en diferentes partes del Distrito Federal y de México porque tenían trabajo de comunidades en Cuernavaca y otros lugares de esa nación.

Yo fui para reunirme con ellos, actualizarles en los acontecimientos que se estaban viviendo en el país, en las zonas donde las comunidades de base realizaban su acompañamiento, principalmente en Morazán.

Coordinamos con ellos todo el trabajo de solidaridad que realizaban y los planes de trabajo de las Comunidades Eclesiales de Base fuera y dentro de El Salvador.

Entre las personas que recuerdo ser parte de ese equipo Juancito, Mario Bernal, Raúl, Alfredo y toda su familia (entre ellos Chanita, una mujer maravillosa comprometida con su fe y sus ideales).

Estados Unidos. Yo fui a acompañar a las comunidades de base de salvadoreños radicados en diferentes partes de la nación americana, principalmente salvadoreños en Los Ángeles, ahí eran acompañados por un equipo de personas lideradas por Moisés Escalante, con un equipo dinámico de jóvenes como Zoila, Carlos y otros más que olvido sus nombres.

Realizamos en Estados Unidos el trabajo de iniciar una Fundación llamada “Semilla de Libertad” quienes se encargaron de buscar, acompañar y dar seguimiento a grupos solidarios, congregaciones religiosas y organizaciones que se hermanaron con comunidades de base en El Salvador y con La Pequeña Comunidad.

El anterior trabajo fue posible por el excelente trabajo y aporte de Secundino Ramírez, Clemencia Padilla, su hija Lourdes, Moisés Escalante, Dilcia Torres que fue la primera presidenta de la Fundación, ese esfuerzo estuvo acompañado y apoyado por la organización American Friends Services Committe de Chicago , aportaron también a ese esfuerzo Lorena y su esposo Francisco.

En Estados Unidos funcionaba un colectivo político del ERP que apoyó este esfuerzo de construir hermanamientos, recuerdo a Pedro, Euclides, Tony, Luis...

Mi trabajo fue de acompañamiento a todo el diseño de la Fundación, darla a conocer y visitar comunidades religiosas, organizaciones, comunidades de base, diferentes iglesias solidarias con el trabajo de las CEB en Morazán y con la lucha popular que en ese momento se liberó.

Nicaragua. Salí a esta nación hermana en múltiples oportunidades para hacer equipo con los compañeros y compañeras que ahí, desde una oficina hicieron el maravilloso trabajo de conectar y enriquecer los diferentes esfuerzos tanto dentro como fuera de El Salvador.

Mi trabajo fue ponerme a su disposición llegando desde el interior de Morazán para representar las CEB en diferentes eventos de solidaridad, encuentros, reuniones en Europa, Norte- américa, Sur América y el Caribe.

Con este equipo de trabajo visité diferentes refugios de salvadoreños diseminados en varias partes de Nicaragua para celebrar, visitar, animar y aprender de todos ellos, su fe y amor por su tierra y su libertad.

En este equipo fabuloso estuvieron en diferentes años Pedro Declercq, Guillermo Denaux, Guillermo Cuellar, Ignacio Six, Lut, Marieta, Gloria Núñez, Ondina Castillo.”

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