Anónimo

Cambios

De CEBES Perquín
5903 bytes añadidos ,  02:21 11 abr 2021
sin resumen de edición
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''AlhambraPoema 1'''</div><div class="NavContent" style="display: none;">Grata la voz del agua a quien abrumaron negras arenasCuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, grato a la mano cóncava te pareces al mundo en tu actitud de entrega. Mi cuerpo de labriego salvaje te socava y hace saltar el mármol circular hijo del fondo de la columnatierra. Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros y en mí la noche entraba su invasión poderosa. Para sobrevivirme te forjé como un arma, gratos los finos laberintos del agua entre los limoneroscomo una flecha en mi arco, grata como una piedra en mi honda. Pero cae la música del zéjelhora de la venganza, grato el amor y grata la plegaria dirigida a un Dios que está solote amo. Cuerpo de piel, de musgo, grato el jazmínde leche ávida y firme. Vano el alfanje ante Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia! Ah las largas lanzas rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste! Cuerpo de los muchosmujer mía, vano ser el mejorpersistiré en tu gracia. Grato sentir o presentir, rey dolienteMi sed, que tus dulzuras son adiosesmi ansia sin límite, que te será negada mi camino indeciso! Oscuros cauces donde la llavesed eterna sigue, que la cruz del infiel borrará y la lunafatiga sigue, que la tarde que miras es la últimay el dolor infinito.</div>
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''AlguíenPoema 2'''</div><div class="NavContent" style="display: none;">Un hombre trabajado por el tiempoEn su llama mortal la luz te envuelve. Absorta, pálida doliente, un hombre así situada contra las viejas hélices del crepúsculo que ni siquiera espera la muerte (las pruebas en torno a ti da vueltas. Muda, mi amiga, sola en lo solitario de esta hora de la muerte son estadísticas muertes y nadie hay que no corra el albur llena de ser el primer inmortal), un hombre que ha aprendido a agradecer las modestas limosnas de los días: el sueño, la rutinavidas del fuego, el sabor pura heredera del agua, una no sospechada etimología, día destruido. Del sol cae un verso latino o sajón, racimo en tu vestido oscuro. De la memoria noche las grandes raíces crecen de una mujer que súbito desde tu alma, y a lo ha abandonado hace ya tantos años que hoy puede recordarla sin amarguraexterior regresan las cosas en ti ocultas, un hombre de modo que no ignora que el presente ya es el porvenir y el olvido, un hombre que ha sido desleal pueblo pálido y con el que fueron desleales, puede sentir azul de pronto, al cruzar la calle, una misteriosa felicidad que no viene ti recién nacido se alimenta. Oh grandiosa y fecunda y magnética esclava del lado de la esperanza sino de una antigua inocencia, de su propia raíz o de un dios disperso. Sabe círculo que no debe mirarla de cercaen negro y dorado sucede: erguida, porque hay razones más terribles que tigres trata y logra una creación tan viva que le demostrarán su obligación de ser un desdichado, pero humildemente recibe esa felicidad, esa ráfaga. Quizá en la muerte para siempre seremos, cuando el polvo sea polvo, esa indescifrable raízsucumben sus flores, y llena es de la cual para siempre crecerá, ecuánime o atroz, nuestro solitario cielo infiernotristeza.</div>
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;>'''Antelación del amorPoema 3'''</div><div class="NavContent" style="display: none;">Ni la intimidad Ah vastedad de tu frente clara como una fiesta ni la privanza pinos, rumor de tu cuerpoolas quebrándose, aún misterioso y tácito y lento juego de niñaluces, ni campana solitaria, crepúsculo cayendo en tus ojos, muñeca, caracola terrestre, en ti la sucesión tierra canta! En ti los ríos cantan y mi alma en ellos huye como tú lo desees y hacia donde tú quieras. Márcame mi camino en tu arco de tu vida situándose esperanza y soltaré en palabras o acallamiento serán favor tan persuasivo delirio mi bandada de ideas como el mirar flechas. En torno a mí estoy viendo tu sueño implicado en la vigilia cintura de niebla y tu silencio acosa mis ávidos brazos. Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria del sueñohoras perseguidas, quieta y resplandeciente como una dicha en la selección del recuerdo, me darás esa orilla eres tú con tus brazos de piedra transparente donde mis besos anclan y mi húmeda ansia anida. Ah tu vida voz misteriosa que tú misma no tienes, Arrojado a la quietud divisaré esa playa última de tu ser el amor tiñe y dobla en el atardecer resonante y te veré por vez primera quizás como Dios ha de verte, desbaratada muriendo! Así en horas profundas sobre los campos he visto doblarse las espigas en la ficción boca del Tiempo sin el amor, sin míviento.</div>
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;>'''Arte PoéticoPoema 4'''</div><div class="NavContent" style="display: none;">Mirar Es la mañana llena de tempestad en el corazón del verano. Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes, el río hecho viento las sacude con sus viajeras manos. Innumerable corazón del viento latiendo sobre nuestro silencio enamorado. Zumbando entre los árboles, orquestal y divino, como una lengua llena de tiempo guerras y agua de cantos. Viento que lleva en rápido robo la hojarasca y recordar desvía las flechas latientes de los pájaros. Viento que el tiempo es otro ríola derriba en ola sin espuma y sustancia sin peso, saber y fuegos inclinados. Se rompe y se sumerge su volumen de besos combatido en la puerta del viento del verano.</div></div></div> <div class="column"><div class="NavFrame"><div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''Poema 5'''</div><div class="NavContent" style="display: none;">Para que nos perdemos tú me oigas mis palabras se adelgazan a veces como las huellas de las gaviotas en las playas. Collar, cascabel ebrio para tus manos suaves como el río y las uvas. Y las miro lejanas mis palabras. Más que los rostros pasan mías son tuyas. Van trepando en mi viejo dolor como el agualas yedras. Ellas trepan así por las paredes húmedas. Eres tú la culpable de este juego sangriento. Ellas están huyendo de mi guarida oscura. Todo lo llenas tú, todo lo llenas. Sentir Antes que tú poblaron la vigilia es otro sueño soledad que sueña no soñar ocupas, y están acostumbradas más que tú a mi tristeza. Ahora quiero que digan lo que quiero decirte para que tú las oigas como quiero que me oigas. El viento de la muerte que teme nuestra carne es angustia aún las suele arrastrar. Huracanes de sueños aún a veces las tumban. Escuchas otras voces en mi voz dolorida. Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas. Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme. Sígueme, compañera, en esa muerte ola de angustia. Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras. Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas. Voy haciendo de cada nochetodas un collar infinito para tus blancas manos, que se llama sueñosuaves como las uvas.</div></div></div> <div class="column"><div class="NavFrame"><div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''Poema 6'''</div><div class="NavContent" style="display: none;">Te recuerdo como eras en el último otoño. Eras la boina gris y el corazón en calma. En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo. Ver Y las hojas caían en el día o agua de tu alma. Apegada a mis brazos como una enredadera, las hojas recogían tu voz lenta y en calma. Hoguera de estupor en que mi sed ardía. Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma. Siento viajar tus ojos y es distante el año otoño: boina gris, voz de pájaro y corazón de casa hacia donde emigraban mis profundos anhelos y caían mis besos alegres como brasas. Cielo desde un símbolo navío. Campo desde los cerros. Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma! Más allá de tus ojos ardían los días del hombre crepúsculos. Hojas secas de otoño giraban en tu alma.</div></div></div> <div class="column"><div class="NavFrame"><div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;>'''Poema 7'''</div><div class="NavContent" style="display: none;">Abeja blanca zumbas -ebria de miel- en mi alma y te tuerces en lentas espirales de sus añoshumo. Soy el desesperado, la palabra sin ecos, el que lo perdió todo, convertir y el ultraje que todo lo tuvo. Última amarra, cruje en ti mi ansiedad última. En mi tierra desierta eres la última rosa. Ah silenciosa! Cierra tus ojos profundos. Allí aletea la noche. Ah desnuda tu cuerpo de estatua temerosa. Tienes ojos profundos donde la noche alea. Frescos brazos de flor y regazo de rosa. Se parecen tus senos a los años caracoles blancos. Ha venido a dormirse en tu vientre una músicamariposa de sombra. Ah silenciosa! He aquí la soledad de donde estás ausente. Llueve. El viento del mar caza errantes gaviotas. El agua anda descalza por las calles mojadas. De aquel árbol se quejan, como enfermos, las hojas. Abeja blanca, ausente, aún zumbas en mi alma. Revives en el tiempo, un rumor delgada y silenciosa. Ah silenciosa!</div></div></div> <div class="column"><div class="NavFrame"><div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;>'''Poema 8'''</div><div class="NavContent" style="display: none;">Ebrio de trementina y un símbololargos besos, estival, el velero de las rosas dirijo, ver en torcido hacia la muerte del delgado día, cimentado en el sueño, sólido frenesí marino. Pálido y amarrado a mi agua devorante cruzo en el ocaso un agrio olor del clima descubierto, aún vestido de gris y sonidos amargos, y una cimera triste orode abandonada espuma. Voy, duro de pasiones, montado en mi ola única, lunar, solar, ardiente y frío, repentino, tal es dormido en la garganta de las afortunadas islas blancas y dulces como caderas frescas. Tiembla en la poesía que es inmortal noche húmeda mi vestido de besos locamente cargado de eléctricas gestiones, de modo heroico dividido en sueños y pobreembriagadoras rosas practicándose en mí. La poesía vuelve Aguas arriba, en medio de las olas externas, tu paralelo cuerpo se sujeta en mis brazos como un pez infinitamente pegado a mi alma rápido y lento en la aurora y energía subceleste.</div></div></div> <div class="column"><div class="NavFrame"><div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;>'''Poema 9'''</div><div class="NavContent" style="display: none;">Hemos perdido aun este crepúsculo. Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas mientras la noche azul caía sobre el ocasomundo. He visto desde mi ventana la fiesta del poniente en los cerros lejanos. A veces como una moneda se encendía un pedazo de sol entre mis manos. Yo te recordaba con el alma apretada de esa tristeza que tú me conoces. Entonces, dónde estabas? Entre qué gentes? Diciendo qué palabras? Por qué se me vendrá todo el amor de golpe cuando me siento triste, y te siento lejana? Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo, y como un perro herido rodó a mis pies mi capa. Siempre, siempre te alejas en las tardes hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.</div></div></div> <div class="column"><div class="NavFrame"><div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;>'''Poema 10'''</div><div class="NavContent" style="display: none;">Casi fuera del cielo ancla entre dos montañas la mitad de la luna. Girante, errante noche, la cavadora de ojos. A ver cuántas estrellas trizadas en la charca. Hace una cara nos mira desde el fondo cruz de luto entre mis cejas, huye. Fragua de metales azules, noches de las calladas luchas, mi corazón da vueltas como un espejo; volante loco. Niña venida de tan lejos, traída de tan lejos, a veces fulgurece su mirada debajo del cielo. Quejumbre, tempestad, remolino de furia, cruza encima de mi corazón, sin detenerte. Viento de los sepulcros acarrea, destroza, dispersa tu raíz soñolienta. Desarraiga los grandes árboles al otro lado de ella. Pero tú, clara niña, pregunta de humo, espiga. Era la que iba formando el arte debe ser como ese espejo que nos revela nuestra propia caraviento con hojas iluminadas. Cuentan que UlisesDetrás de las montañas nocturnas, harto blanco lirio de prodigiosincendio, lloró ah nada puedo decir! Era hecha de amor al divisar su Itaca verde y humildetodas las cosas. El arte Ansiedad que partiste mi pecho a cuchillazos, es esa Itaca hora de verde eternidadseguir otro camino, donde ella no sonría. Tempestad que enterró las campanas, turbio revuelo de prodigiostormentas para qué tocarla ahora, para qué entristecerla. También es como Ay seguir el río interminable camino que pasa y queda y es cristal se aleja de un mismo Heráclito inconstantetodo, donde no esté atajando la angustia, la muerte, que es el mismo y es otroinvierno, como con sus ojos abiertos entre el río interminablerocío.</div>
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