Diferencia entre revisiones de «Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí tendrá vida eterna.»

De CEBES Perquín
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''Que nunca nos falte esa profunda confianza en Dios padre, él es un Dios de vida, Él da la vida y es capaz de rescatarla, aún más allá de la muerte.''  
 
''Que nunca nos falte esa profunda confianza en Dios padre, él es un Dios de vida, Él da la vida y es capaz de rescatarla, aún más allá de la muerte.''  
  
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Queridos hermanos y hermanas en esta oportunidad el tema de la reflexión es la muerte. Al menos una vez al año debemos hacer esa reflexión acerca de la muerte, porque la muerte es, el acontecimiento más impactante en la vida del ser humano. El ser humano a lo largo de su vida va adquiriendo conocimientos, va adquiriendo diferentes experiencias y  capacidades para hacer las cosas y para amar y además de esto, el ser humano, a lo largo de su vida, va estableciendo relaciones cercanas, amistosas con unos y con otros; ahora uno tiene la sensación de que todo esto se acaba con la muerte y por eso es que la muerte tiene un impacto tan grande .
 
Queridos hermanos y hermanas en esta oportunidad el tema de la reflexión es la muerte. Al menos una vez al año debemos hacer esa reflexión acerca de la muerte, porque la muerte es, el acontecimiento más impactante en la vida del ser humano. El ser humano a lo largo de su vida va adquiriendo conocimientos, va adquiriendo diferentes experiencias y  capacidades para hacer las cosas y para amar y además de esto, el ser humano, a lo largo de su vida, va estableciendo relaciones cercanas, amistosas con unos y con otros; ahora uno tiene la sensación de que todo esto se acaba con la muerte y por eso es que la muerte tiene un impacto tan grande .

Revisión actual del 21:05 9 nov 2020

Fecha: 05-11-2017.

Ciclo Litúrgico:  Ciclo A - 31º del Tiempo Ordinario.

Temas: Fe, Vida y muerte.

Evangelio según Juan (11, 17-41)

Cuando llego Jesús lázaro llevaba 4 días en el sepulcro Betania está a unos tres kilómetros de Jerusalén y muchos judíos habían ido a la casa de Marta y de María para consolarlas por la muerte de su hermano apenas Marta supo que Jesús llegaba salió a su encuentro mientras María permanecía en casa Marta dijo a Jesús Si hubieras estado aquí mi hermano no habría muerto pero aun así Yo sé que puede pedir a Dios cualquier cosa y Dios te la concede la Jesús le dijo tu hermano resucitará Marta respondió y así que será resucitado en la resurrección de los muertos en el último día le dijo Jesús yo soy la resurrección y la vida, El que cree en mí aunque muera vivirá el que vive y cree en mí no morirá para siempre crees esto, ella contestó Sí señor Yo creo que tú eres el Cristo el hijo de Dios el que tenía que venir al mundo.

Resumen:

Hemos visto que la fe y las creencias de los indígenas y de las indígenas  coinciden bastante con la fe cristiana; es decir la fe cristiana no anula la fe de los indígenas e indígenas, más bien viene a reforzarla.

Hemos querido resaltar algunas cosas; una, recordar y celebrar a los difuntos y las difuntas es de humanos, no hacerlo es una señal de deshumanización; dos, recordar y celebrar a los difuntos se hace en comunidad ,en familia, porque uno solo no es capaz de enfrentar, de asimilar la muerte, un acontecimiento, como decíamos, tan impactante en nuestra vida; y tres y ahí está otra coincidencia entre la fe cristiana y la fe indígena, la muerte es la conclusión de una etapa en la vida y el inicio de  otra etapa. Nuestra fe tiene como fundamento a Dios, es producto de nuestra confianza en Dios. El nos ha acompañado toda la vida, no nos va a defraudar en el momento de nuestra muerte.

Que nunca nos falte esa profunda confianza en Dios padre, él es un Dios de vida, Él da la vida y es capaz de rescatarla, aún más allá de la muerte.

Homilía

Queridos hermanos y hermanas en esta oportunidad el tema de la reflexión es la muerte. Al menos una vez al año debemos hacer esa reflexión acerca de la muerte, porque la muerte es, el acontecimiento más impactante en la vida del ser humano. El ser humano a lo largo de su vida va adquiriendo conocimientos, va adquiriendo diferentes experiencias y  capacidades para hacer las cosas y para amar y además de esto, el ser humano, a lo largo de su vida, va estableciendo relaciones cercanas, amistosas con unos y con otros; ahora uno tiene la sensación de que todo esto se acaba con la muerte y por eso es que la muerte tiene un impacto tan grande .

Ahora, a lo largo de la historia los seres humanos han tratado de comprender la muerte, han tratado de darle sentido a la muerte y esto ha ayudado bastante para vivir la muerte con dignidad. La Biblia, el libro sagrado de todos nosotros, ha dado a esta búsqueda de comprensión y de sentido de la muerte, ha dado un aporte sumamente importante.

Ahora en la actualidad, y me estoy refiriendo a la gente de Europa y de los Estados Unidos, hay muchos que se esfuerzan por olvidarse de la muerte, por ignorar la muerte, creyendo y haciendo creer que la vida es un continuo progreso sin límite alguno Ese  pensamiento no se puede sostener mucho tiempo porque tarde o temprano la muerte con toda claridad y con toda fuerza se hace presente o bien en la vida de uno mismo, o bien de un ser querido. La muerte es parte de nuestra condición humana, no se puede negar esto. Los indígenas, nuestros ancestros no huyen de la muerte más bien incluyen a sus muertos en sus rituales y en sus rezos y buscan también como darle a la muerte un sentido. Por eso a los indígenas les toca un tanto fácil comprender y vivir con serenidad, la muerte propia y la muerte de sus seres queridos.

En esta hojita que se le han dado tenemos la descripción de un funeral, como también la descripción de una celebración del 2 de noviembre entre los indígenas Vamos  ahora leer esta hojita para ver dónde hay puntos coincidentes. Muchas cosas de lo que los indígenas y las indígenas hacían, nosotros las hacemos todavía. Veamos como nosotros, recogiendo la cosmovisión indígena, su modo de pensar acerca de la vida y la muerte, recogiendo esto, cómo podemos seguir celebrando y recordando a nuestros muertos con un profundo sentido humano.

En un funeral entre los indígenas, el dolor es el mismo. Cuando el cuerpo. sin vida, fue enterrado, los cánticos desgarradores de las mujeres se avivaron. Luego de haber recorrido el barrio con el difunto en hombros, se cavó un hoyo de unos 60 cm de profundidad. Se lo depositó ahí. Cada uno de los asistentes tomó un puñado de tierra en sus manos y mientras pronunciaba unas palabras, lo arrojó sobre la cripta. Luego, de rodillas, dos jóvenes arrastraron la tierra sobre la fosa y la cubrieron. El más anciano se acercó a la tumba, agarró dos vistosas vacías y con fuerza las chocó una contra otra.

Los pedazos de barro cayeron sobre la tumba como signo del fin de una etapa y el inicio de otra. Luego se compartió choclo, papa y chicha y un plato fue colocado sobre la tumba.

Celebración del 2 de noviembre entre los indígenas.

La costumbre indígena es visitar las tumbas de sus seres queridos y comer y beber al lado de ellas La familia acude al cementerio como a una cita con sus antepasados. La tumba de sus seres amados difuntos se vuelve el punto de encuentro cantan, ríen, lloran, comen y beben Una de las recomendaciones del ritual indígena  consiste en regar la tumba con algo de comida y bebida. En algunos lugares es entonces cuando los niños y niñas reciben juguetes. Llegan a los niños y niñas como regalos de sus antepasados. Igualmente se le da a la visita, el carácter festivo . Es un festín gastronómico que acompaña este día. En platos blancos se pone la uchuta una mezcla de mote, papas, carne, achiote y maní que se sirve fría. Es preparada en la víspera por las mujeres indígenas. Este plato se acompaña con un vaso de colada morada y roscas de pan, también preparadas en casa. Cualquier plato que haya gustado al muerto, es también colocado en el piso, incluyendo en algunos casos una botella de licor y cigarrillos y fósforos.

Así celebraban los indígenas un funeral; así celebraban el 2 de noviembre.

Yo quisiera Resaltar tres cosas:  

En primer lugar, es evidente que los indígenas no huyen de sus muertos más bien  conviven  con ellos y los tratan como seres vivos ; No dejan pasar un 2 de Noviembre sin recordar y celebrar a sus seres difuntos.

Esto es lo que hacen los humanos desde que habitan el planeta. Es una cosa muy de humanos recordar y celebrar a los difuntos. Si algunos ya no lo hacen están, no demostrando progreso sino más bien demostrando retroceso. Me parece que no hacerlo, olvidarnos de nuestros difuntos, no dar importancia a  ellos y a ellas, es una señal de  deshumanización. Es de humanos celebrar y recordar a los difuntos.

En segundo lugar, el recordar y celebrar a los muertos no es un asunto individual, es un asunto más bien colectivo. Cuando se visita la tumba de los seres queridos difuntos van en familia y acompaña parte de la comunidad y esto lo puedo entender yo de la siguiente manera: la muerte es tan impactante que necesitamos de los demás familiares, que necesitamos de los demás miembros de la comunidad para poder enfrentar esta realidad. No es un asunto individual, es un asunto de la familia, de la comunidad. Nosotros lo tenemos todavía muy presente. Si usted quiere ver mucha gente hay que ir a un funeral, la gente se siente urgida a participar en un funeral Esa conciencia de que la familia doliente sola no puede enfrentar esa situación tan grave, tan lamentable, que la familia doliente necesita de la presencia de la comunidad para poder enfrentar y asimilar lo que acaba de suceder existe; nosotros tenemos esto todavía muy presente y es una de nuestras muestras de solidaridad, un valor que jamás podemos perder.

Por otro lado cuando está la comunidad debe de haber comida, la comida ocupa un lugar importante en los rituales de los indígenas. como hemos podido constatar, leyendo la hojita. Nosotros también tenemos esa costumbre, pues, cuando hay un fallecido  lo primero que estamos pensando es organizar un equipo de cocina para garantizar la comida del día y de la noche. La comida no puede faltar, es una manera de darle a un acontecimiento lamentable un carácter festivo y es una manera también de manifestar nuestra hospitalidad, otro valor que no podemos perder nunca.

En tercer lugar: para los indígenas la muerte causa dolor, pero no es una tragedia. Mantienen ante la muerte un nivel de serenidad, porque la muerte la ven como conclusión de una etapa en la vida y el inicio de otra etapa. Como hemos podido leer en la hojita al final del funeral el más anciano se coloca frente a la tumba y choca las dos vasijas preciosas y los pedazos caen sobre la tumba como signo de que una etapa en la vida se ha concluido y otra etapa está por iniciarse. Esta manera de pensar, les ayuda ciertamente para poder enfrentar la muerte con serenidad. Nuestra visión cristiana va en esa misma línea, nuestra visión cristiana no niega la visión indígena y no es una cosa opuesta a la visión indígena, todo lo contrario, como que en nuestra fe cristiana estamos recogiendo la cosmovisión de los indígenas y de las indígenas. Por eso, nosotros decimos que tenemos esa idea también de una etapa que se concluye y otra etapa que se inicia, por eso  decimos que la muerte no es punto final. no es desgracia, no es fracaso, es acceso a una vida nueva, la vida termina en Dios que nos está esperando para compartir con nosotros su propia vida, porque nuestro Dios es de vida y no de muerte, un Dios capaz de dar la vida y de rescatarla ,aún más allá de la muerte. Hay mucha coincidencia, me parece, entre la manera de ver la vida y la muerte de los indígenas y de las indígenas y la manera de ver la muerte y la vida de nosotros que nos llamamos cristianos.

Y San Pablo, como hemos escuchado en la primera lectura hace de la resurrección el punto central de la fe, dice: si no hubiera resurrección nuestra fe sería en vano.

Hemos escuchado también en el evangelio estas palabras de Jesús: yo soy la resurrección y la vida el que cree en mí tendrá vida eterna

Quisiera concluir esta reflexión con unas palabras de Hans Küng sobre la muerte, es un gran intelectual, es un teólogo alemán, ya debe tener 95 o más años y habla de la muerte, pero antes que nada agradece el don de la vida y dice “te doy las gracias por esta vida con todo lo  inexplicable y raro, te doy las gracias por todas las experiencias, las luminosas y las oscuras te doy las gracias por todo lo que ha salido bien y por todo, a lo que tú finalmente has dado un giro para el bien, te doy las gracias por el hecho de que mi vida haya sido lograda ,no solo por mí mismo, si no por aquellos que han tenido la ocasión de participar en ella” y refiriéndose a su muerte que debe estar ya bastante cerca en vista de la edad que tiene, dice, “así también el futuro lo pongo con serenidad y confianza en tus manos ya sean muchos años o tan solo unas cuantas semanas más, me complazco en cada nuevo día que me es regalado y a ti dejo lleno de confianza  sin preocupación y miedo todo lo que todavía me aguarda, porque al igual que eres el comienzo del comienzo, el centro del centro, también eres el final del final, las metas  de las metas, te doy las gracias mi Dios pues tú eres amable y tu bondad dura eternamente amén así sea”.

Queridos hermanos y hermanas: podemos recoger de esto, dos palabras; serenidad ante la muerte y en segundo lugar también confianza. Aquel Dios que nos ha acompañado a lo largo de nuestra vida no nos va a defraudar en el momento de la muerte. Mantengamos siempre en la vida esa serenidad y mantengamos siempre ante la muerte también esa profunda confianza, Dios no nos va a defraudar nunca.