Diferencia entre revisiones de «La leyenda de Serapio.»
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Esto sucedió hace mucho tiempo en el río que divide los departamentos de Intibucá y La Paz en Honduras, había una poza que se llamaba Serapio, igual que un muchacho del municipio de Santa Elena. | Esto sucedió hace mucho tiempo en el río que divide los departamentos de Intibucá y La Paz en Honduras, había una poza que se llamaba Serapio, igual que un muchacho del municipio de Santa Elena. | ||
Él era el hombre más rico de su comunidad, tenía muchos bienes, así un día aparecía con una mesa, al siguiente con una cama, un colchón nuevo y cada vez más cosas. Dicen que todas las noches se le aparecía a Serapio una mulita negra que le servía para hacer negocios, y cuando se montaba en ella, de repente, ya aparecía en El Salvador. La gente extrañada de lo que le pasaba a aquel hombre, comenzó a investigar y se dieron cuenta que tenía un pacto con el diablo, por eso le mandaba la mulita cargada de dinero para que comprara muchas cosas y viajes que eran largos los hacía en poco tiempo. Al saber aquello, mandaron a llamar a un cura, y el le pidió a Serapio que amarrara sus libros de hechicería y los tirara al fondo de la poza para deshacerse de todo ese maleficio. Serapio obedeció y de repente ya no tuvo nada. Pasó el tiempo y el joven comenzó a extrañar su vida anterior. Decidió regresar a la poza para rescatar los libros y volver a hacer un pacto con el diablo, pero cuando llegó, una fuerza muy grande lo atrajo hasta el fondo de la poza y murió ahogado. Nunca se encontró su cuerpo ni los libros, y la poza lleva ahora su nombre. | Él era el hombre más rico de su comunidad, tenía muchos bienes, así un día aparecía con una mesa, al siguiente con una cama, un colchón nuevo y cada vez más cosas. Dicen que todas las noches se le aparecía a Serapio una mulita negra que le servía para hacer negocios, y cuando se montaba en ella, de repente, ya aparecía en El Salvador. La gente extrañada de lo que le pasaba a aquel hombre, comenzó a investigar y se dieron cuenta que tenía un pacto con el diablo, por eso le mandaba la mulita cargada de dinero para que comprara muchas cosas y viajes que eran largos los hacía en poco tiempo. Al saber aquello, mandaron a llamar a un cura, y el le pidió a Serapio que amarrara sus libros de hechicería y los tirara al fondo de la poza para deshacerse de todo ese maleficio. Serapio obedeció y de repente ya no tuvo nada. Pasó el tiempo y el joven comenzó a extrañar su vida anterior. Decidió regresar a la poza para rescatar los libros y volver a hacer un pacto con el diablo, pero cuando llegó, una fuerza muy grande lo atrajo hasta el fondo de la poza y murió ahogado. Nunca se encontró su cuerpo ni los libros, y la poza lleva ahora su nombre. | ||
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+ | ==Referencia== | ||
+ | https://leyendasdeelsalvador.com/la-leyenda-de-serapio |
Revisión actual del 15:11 6 nov 2020
Esto sucedió hace mucho tiempo en el río que divide los departamentos de Intibucá y La Paz en Honduras, había una poza que se llamaba Serapio, igual que un muchacho del municipio de Santa Elena.
Él era el hombre más rico de su comunidad, tenía muchos bienes, así un día aparecía con una mesa, al siguiente con una cama, un colchón nuevo y cada vez más cosas. Dicen que todas las noches se le aparecía a Serapio una mulita negra que le servía para hacer negocios, y cuando se montaba en ella, de repente, ya aparecía en El Salvador. La gente extrañada de lo que le pasaba a aquel hombre, comenzó a investigar y se dieron cuenta que tenía un pacto con el diablo, por eso le mandaba la mulita cargada de dinero para que comprara muchas cosas y viajes que eran largos los hacía en poco tiempo. Al saber aquello, mandaron a llamar a un cura, y el le pidió a Serapio que amarrara sus libros de hechicería y los tirara al fondo de la poza para deshacerse de todo ese maleficio. Serapio obedeció y de repente ya no tuvo nada. Pasó el tiempo y el joven comenzó a extrañar su vida anterior. Decidió regresar a la poza para rescatar los libros y volver a hacer un pacto con el diablo, pero cuando llegó, una fuerza muy grande lo atrajo hasta el fondo de la poza y murió ahogado. Nunca se encontró su cuerpo ni los libros, y la poza lleva ahora su nombre.