Diferencia entre revisiones de «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos»
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Revisión del 03:40 26 sep 2020
Fecha: 17-05-2020
Temas: el amor de Dios
Ciclo Litúrgico: domingo 6º de pascua – Ciclo A
Referencia:
Santo evangelio según san Juan (14,15-21):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, por qué. no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros. No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él.
Resume:
Homilía
Con el evangelio de hoy estamos dando continuidad al discurso, con el que Jesús se despide. “Dentro de poco, el mundo no me verá más, dice Jesús.” A simple vista,Juan,en el evangelio de hoy, no hizo más que unir algunas frases sueltas, de contenido muy teológico después de otra lectura, uno encuentra el hilo conductor, que une a todas estas frases sueltas y este hijo conductor no es sino el amor tanto al inicio ,como al final, el evangelio se refiere a la práctica del amor es el amor que une al Dios Padre con el Hijo, con nosotros, y con el Espíritu Santo, Dios Padre ama a su Hijo y ama a todos sus hijos e hijas dispersos en el mundo; el amor de Dios es incluyente, no excluye a nadie, por ninguna razón; el Hijo ama a su Padre y a la vez amó intensamente, hasta dar la vida, al rebaño que el Padre le había confiado;nosotros,seguidores del Hijo, estamos llamados a practicar el mandamiento del amor; Y el Espíritu Santo es aquel que se mantiene presente y nos anime a construir un mundo, lleno de amor, un mundo hermanado bajo la mirada bondadosa de Dios.
Ahora falta que aterrizar. ¿Qué hacemos con lo que acabamos de afirmar? Me acuerdo unas palabras de Padre Rutilio, mártir y pronto viene la beatificación y la canonización Decía: “No trepen el evangelio a las nubes; no sean cohetones, bulla y ruido allá arriba aquí abajo hay que componer el bonche Dios no está en las nubes acostado en una hamaca ahí donde hay un cristiano, está el Espíritu del Padre y de nuestro hermano Jesús, el Señor, que actúan y nos invitan a construir el Reino aquí y ahora, con los pies bien en la tierra.”
Es necesario aterrizar y queremos hacerlo, a través de tres pequeñas reflexiones sobre el amor.
1.No nos confundamos, el amor que nos exige el evangelio no es cualquier amor se trata de amar según el ejemplo que nos ha dado Jesús Oigamos bien lo que Jesús nos dijo: “ámense unos a otros como Yo les he amado” nos pide amar como él lo hizo, a su estilo.
“El estilo de amar de Jesús es inconfundible no se acerca a las personas buscando su propio interés o satisfacción, su seguridad o bienestar solo piensa en hacer el bien,acoger,regalar lo mejor que tiene, ofrecer amistad, ayudar a vivir, así le recordarán años más tarde en las primeras comunidades cristianas: “pasó toda su vida haciendo el bien” hace sitio en su corazón y en su vida a quienes no tienen sitio en la sociedad, ni en la preocupación de la gente; defiende a los débiles y pequeños, los que no tienen poder para defenderse a sí mismos, los que no son grandes o importantes; se acerca a quienes están solos y desvalidos, los que no conocen el amor o la amistad a nadie.
Lo que distingue al seguidor de Jesús no es cualquier amor, sino precisamente ese estilo de amar que consiste en acercarnos a quienes pueden necesitarnos no lo deberíamos olvidar. (palabras de José Antonio Pagola)
2.El amor es lo que da sentido y profundidad no solo a la vida cristiana sino también a toda vida humana en general.
Un compañero de estudio me acaba de escribir una carta estuvimos juntos, como adolescentes en una escuela católica, dirigida por sacerdotes, preparándonos para llegar a ser profesores de educación básica Egresamos de esta escuela en el año 1958 estamos hablando de algo que sucedió hace más de 60 año se queja todavía de la educación ,por cierto muy rígida, muy estricta y puritana que entonces recibimos de aquellos sacerdotes reconoce que se ha quedado traumatizado, para el resto de su vida incluso ha dejado de ser cristiano; y después de haber recorrido un largo camino de búsqueda se ha quedado con un humanismo ateo, pero que si, me dice ,insiste en el amor al prójimo cercano y lejano.
Le contesté que respeto la opción que él ha tomado que aquella educación,ciertamente,no era la más adecuada había entonces ya un cierto abuso de poder, que se manifestaba en una extrema rigidez ahora unos asimilan esto de una manera y otros de otra manera mucho depende del temperamento de uno y de la historia que le ha tocado vivir y le dije que no nos sintamos tan distanciados pues, ambos estamos convencidos de la importancia del amor que debemos a nuestros hermanos y hermanas ambos estamos rescatamos algo muy fundamental, para toda vida cristiana y a la vez para toda vida auténticamente humana.
Un prestigioso teólogo francés dice: “la gran revolución religiosa llevada a cabo por Jesús consiste en haber abierto a los hombres, otra vía de acceso a Dios, distinta de la de lo sagrado, la vía profana de la relación con el prójimo, la relación vivida como servicio al prójimo el amor es el camino ciertamente universal hacia Dios”.
Espontáneamente me acuerdo del capítulo 22, de San Mateo unos fariseos preguntan a Jesús: ¿cuál es el mandamiento más importante? Jesús responde, sin vacilación alguna el mandamiento más importante es el mandamiento del amor.
Muchas veces hemos concluido nuestra reflexión acerca de este pasaje de la siguiente manera, igualmente insistiendo en la importancia del amor: que no nos preocupemos por tanta ley, por tanta norma, por tanto, requisito, vivamos con radicalidad el amor, en el hogar, en la comunidad y junto a nuestro pueblo, y seremos salvos.
3.Muchos pensadores están convencidos y lo repiten hasta la saciedad, de que lo que nos está pasando, se refieren a la pandemia, no es sino una reacción de la misma naturaleza ante el maltrato que le estamos dando.
Los seres humanos y hasta apoyándose equivocadamente en la misma sagrada escritura, se han siempre hoy, considerado como los dueños de todo y con el derecho de tratar a la creación a su antojo, en función de sus intereses según los pensadores, al maltrato, la naturaleza responde maltratando, a su vez, a los seres humanos.
Es hora que nos vayamos convenciendo de que, en el amor a nuestros hermanos y hermanas, debemos incluir también el amor a la naturaleza y al universo en general.
San Francisco, ya hace 800 años insistió en esto en un libro de Leonardo Boff se recoge el siguiente testimonio acerca de este santo:
“San Francisco es un nombre que el cristianismo siempre pronunciará con dulzura y orgullo vivió una relación nueva con la naturaleza de una forma tan conmovedora que se transformó en un guía certero para la conciencia ecológica de la humanidad, aunque haya vivido hace 800 años parece nuevo nosotros si nos comparamos con él, nos descubrimos como viejos la confraternidad que vivió con todos los elementos del universo posee una importancia fundamental para la espiritualidad humana y cristiana”.
Una canción popular acerca de San Francisco, hecho hace muchos años, indica que no basta el amor a Dios y a nuestros semejantes, debemos incluir también en la práctica del amor, a la naturaleza.
Un día Francisco le dijo al Señor entre lágrimas: yo amo al sol y a las estrellas, amo a Clara y sus hermanas, amo los corazones de los hombres, y todas las cosas bellas señor, perdóname, porque solo debería amarte a ti el Señor sonriente, respondió: Yo amo al sol y a las estrellas, amo a Clara y a sus hermanas, amo los corazones de los hombres, y todas las cosas bellas mi querido Francisco, no tienes por qué llorar, pues todo esto lo amo yo.
El amor debe ser al estilo de Jesús;
El amor es el camino universal hacia Dios;
El amor a nuestros hermanos y hermanas debe incluir a la vez el amor a la naturaleza y el universo en general.
Tres afirmaciones, tres desafíos Llevemoslos a la práctica