Ver el código de «Bibliografia Rosalia de Castro»

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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''1'''</div>
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A través del follaje perenne<br />
que oír deja rumores <br />
extraños,<br />
y entre un mar de <br />
ondulante verdura,<br />
amorosa mansión de los <br />
pájaros,<br />
desde mis ventanas veo<br />
el templo que quise tanto.<br /><br />

El templo que tanto quise,<br />
pues no sé decir ya si le <br />
quiero,<br />
que en el rudo vaivén que <br />
sin tregua<br />
se agitan mis pensamientos,<br />
dudo si el rencor adusto<br />
vive unido al amor en mi <br />
pecho
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''2'''</div>
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¡Otra vez!, tras la lucha que rinde<br />
y la incertidumbre amarga<br />
del viajero que errante no sabe<br />
dónde dormirá mañana,<br />
en sus lares primitivos<br />
halla un breve descanso mi alma.<br />
Algo tiene este blando reposo<br />
de sombrío y de halagüeño,<br />
cual lo tiene, en la noche callada,<br />
de un ser amado el recuerdo,<br />
que de negras traiciones y dichas<br />
inmensas, nos habla a un <br />
tiempo.Ya no lloro..., y no obstante, <br />
agobiado y afligido mi espíritu, <br />
apenas de su cárcel estrecha y <br />
sombría osa dejar las tinieblas<br />
para bañarse en las ondas<br />
de luz que el espacio llenan.<br />
Cual si en suelo extranjero me <br />
hallase, tímida y hosca, contemplo<br />
desde lejos los bosques y alturas<br />
y los floridos senderos donde en <br />
cada rincón me aguardaba<br />
la esperanza sonriendo.
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''3'''</div>
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Oigo el toque sonoro que entonces a mi <br />
lecho a llamarme venía con sus ecos que <br />
el alba anunciaban, mientras, cual <br />
dulce caricia, un rayo de sol dorado<br />
alumbraba mi estancia tranquila.<br />
Puro el aire, la luz sonrosada, ¡qué <br />
despertar tan dichoso! Yo veía entre <br />
nubes de incienso, visiones con alas de <br />
oro que llevaban la venda celeste<br />
de la fe sobre sus ojos... Ese sol es el <br />
mismo, mas ellas no acuden a mi <br />
conjuro; y a través del espacio y las <br />
nubes, y del agua en los limbos confusos, <br />
y del aire en la azul transparencia,<br />
¡ay!, ya en vano las llamo y las busco. <br />
Blanca y desierta la vía entre los <br />
frondosos setos y los bosques y arroyos <br />
que bordan sus orillas, con grato <br />
misterio atraerme parece y brindarme<br />
a que siga su línea sin término.<br />
Bajemos, pues, que el camino<br />
antiguo nos saldrá al paso,<br />
aunque triste, escabroso y desierto,<br />
y cual nosotros cambiado,<br />
lleno aún de las blancas fantasmas<br />
que en otro tiempo adoramos 
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''4'''</div>
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Tras de inútil fatiga, que mis fuerzas agota, <br />
caigo en la senda amiga, donde una fuente <br />
brota siempre serena y pura,<br />
y con mirada incierta, busco por la llanura <br />
no sé qué sombra vana o que esperanza <br />
muerta, no sé qué flor tardía de virginal <br />
frescura que no crece en la vía arenosa y <br />
desierta. De la oscura Trabanca tras la <br />
espesa arboleda, gallardamente arranca al <br />
pie de la vereda La Torre y sus contornos <br />
cubiertos de follaje, prestando a la mirada <br />
descanso en su ramaje cuando de la ancha <br />
vega por vivo sol bañada que las pupilas <br />
ciega, atraviesa el espacio, gozosa y <br />
deslumbrada. Como un eco perdido, como un <br />
amigo acento que sueña cariñoso, el familiar <br />
chirrido del carro perezoso corre en alas del <br />
viento y llega hasta mi oído cual en aquellos <br />
días hermosos y brillantes en que las ansias <br />
mías eran quejas amantes, eran dorados <br />
sueños y santas alegrías. Ruge la Presa <br />
lejos..., y, de las aves nido, Fondón cerca <br />
descansa; la cándida abubilla bebe en el <br />
agua mansa donde un tiempo he creído de la <br />
esperanza hermosa beber el néctar sano, y <br />
hoy bebiera anhelosa las aguas del olvido, <br />
que es de la muerte hermano; donde de los <br />
vencejos que vuelan en la altura, la sombra <br />
se refleja.
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''5'''</div>
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
¡Cuán hermosa es tu vega, oh Padrón, <br />
oh Iria Flavia! Mas el calor, la vida <br />
juvenil y la savia que extraje de tu <br />
seno, como el sediento niño el dulce <br />
jugo extrae del pecho blanco y lleno,<br />
de mi existencia oscura en el <br />
torrente amargo pasaron, cual <br />
barrida por la inconstancia ciega, <br />
una visión de armiño, una ilusión <br />
querida, un suspiro de amor. De tus <br />
suaves rumores la acorde <br />
consonancia, ya para el alma yerta <br />
tornóse bronca y dura a impulsos del <br />
dolor; secáronse tus flores de virginal <br />
fragancia; perdió su azul tu cielo, el <br />
campo su frescura, el alba su candor.<br />
La nieve de los años, de la tristeza el <br />
hielo constante, al alma niegan toda <br />
ilusión amada, todo dulce consuelo. <br />
Sólo los desengaños preñados de <br />
temores, y de la duda el frío, avivan <br />
los dolores que siente el pecho mío, y <br />
ahondando mi herida, me desti rran <br />
del cielo, donde las fuentes brotan <br />
eternas de la vida.
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''6'''</div>
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
¡Oh tierra, antes y ahora, siempre <br />
fecunda y bella!<br />
Viendo cuán triste brilla nuestra <br />
fatal estrella,<br />
del Sar cabe la orilla<br />
al acabarme, siento la sed devoradora<br />
y jamás apagada que ahoga el <br />
sentimiento,<br />
y el hambre de justicia, que abate y <br />
que anonada<br />
cuando nuestros clamores los <br />
arrebata el viento<br />
de tempestad airada.<br />
Ya en vano el tibio rayo de la <br />
naciente aurora tras del Miranda <br />
altivo, valles y cumbres dora con su <br />
resplandor vivo; en vano llega mayo <br />
de sol y aromas lleno, con su frente de <br />
niño de rosas coronada, y con su luz <br />
serena: en mi pecho ve juntos el odio y <br />
el cariño, mezcla de gloria y pena,<br />
mi sien por la corona del mártir <br />
agobiada y para siempre frío y <br />
agotado mi seno.
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''7'''</div>
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
¡Cuán hermosa es tu vega, oh Padrón, <br />
oh Iria Flavia! Mas el calor, la vida <br />
juvenil y la savia que extraje de tu <br />
seno, como el sediento niño el dulce <br />
jugo extrae del pecho blanco y lleno,<br />
de mi existencia oscura en el <br />
torrente amargo pasaron, cual <br />
barrida por la inconstancia ciega, <br />
una visión de armiño, una ilusión <br />
querida, un suspiro de amor. De tus <br />
suaves rumores la acorde <br />
consonancia, ya para el alma yerta <br />
tornóse bronca y dura a impulsos del <br />
dolor; secáronse tus flores de virginal <br />
fragancia; perdió su azul tu cielo, el <br />
campo su frescura, el alba su candor.<br />
La nieve de los años, de la tristeza el <br />
hielo constante, al alma niegan toda <br />
ilusión amada, todo dulce consuelo. <br />
Sólo los desengaños preñados de <br />
temores, y de la duda el frío, avivan <br />
los dolores que siente el pecho mío, y <br />
ahondando mi herida, me destierran <br />
del cielo, donde las fuentes brotan <br />
eternas de la vida.
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<div class="NavHead" style="background-color: #2471A3;">'''8'''</div>
<div class="NavContent" style="display: none; text-align:center;">
¡Ya que de la esperanza, para la <br />
vida mía,<br />
triste y descolorido ha llegado el <br />
ocaso,<br />
a mi morada oscura, <br />
desmantelada y fría,<br />
tornemos paso a paso,<br />
porque con su alegría no aumente <br />
mi amargura<br />
la blanca luz del día.<br /><br />

Contenta el negro nido busca el <br />
ave agorera;<br />
bien reposa la fiera en el antro <br />
escondido,<br />
en su sepulcro el muerto, el triste <br />
en el olvido<br />
y mi alma en su desierto.
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